Capítulo 48

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Elizabeth agarró la mano de la matriarca y tiró de ella queriendo dejar ese ambiente. Miranda la había hartado mucho pero ahora su única prioridad era darle el mejor día que pudiera a su querida vampira. Alcina por su parte se dejó arrastrar sin soltar su mano y sin preguntar, aunque grandes fueron sus ganas. Llegaron hasta las puertas que llevaban a los jardines y se soltó de Alcina.

-Tengo que hacer algo más, tú sigue este camino.-señaló los petalos de rosas del suelo-. Te veré allí.-dejó un rápido beso en su mano y se alejó de allí dejando a la mayor aún más confundida.

No será que ella también...

Sacudió la cabeza y caminó por el patio siguiendo las pétalos. Fue rápido para ella llegar hasta el final donde una de sus hijas la esperaba algo abrigada.

-¿Cassandra? Deberías estar dentro mi niña.-habló preocupada.

-Hoy hace más calor madre, no te preocupes. Además tengo que hacer algo.-sus insectos rodearon a su madre dejándole puesta una venda en los ojos que la hizo reir.

-¿Es en serio?-levantó un poco para ver a su hija mediana sonriendola.

-Las sorpresas lo son por algo. -respondió mientras sus hermanas llegaban para tomar ambas manos de su madre-. Te guiarán hasta allí. Y madre “No hagas trampa”.

Eli ¿Qué planeaste esta vez?

Tanto Daniela como Bela ayudaron a su madre llevándola por varios pasillos para desorientarla mientras hablaban.

-La sala esta lista madre.-dijo la mayor.

-¿Y el escenario?

-Todo correcto y todo perfecto como pediste.-afirmó Daniela entre risas-. Ella tampoco se lo va a esperar.

-¿Y adónde se supone que me estáis llevando? Nuestro hogar es grande pero no tanto como para esto.-ambas jovenes se tensaron por un momento y apretaron un poco las manos de su madre.

-No te preocupes por eso, pronto lo sabras.-la distrajo Bela sin llegar a responderla.

Mientras tanto Elizabeth terminaba de prepararse. Estaba nerviosa y sus mejillas no tardarían en enrojecerse. Observó el lugar a su alrededor y respiró despacio.

¿De verdad la gustará esto? ¿Y si es insuficiente? Dios ella se merece tanto y esto...

-Esto no va a funcionar.-pensó en voz alta sintiendo un golpe en su espalda-. ¿A qué ha venido eso?

-¿Qué a que..? ¡Dah! ¿Eres tonta? Llevas planeando esto desde que empezó el invierno. No me vengas ahora con que tienes miedo.-gruñó Cassandra mirándola mal.

-No me puedes culpar, sabes como es tu madre.

-Y es precisamente por eso que se que va a funcionar.-bufo cruzándose de brazos-. Ten la misma seguridad que tenías antes hablando con Miranda. Si esa arpía es difícil de llevar y tú ya has podido con ella significa que madre no te será más difícil.

-En eso... En eso tienes razón.-sonrió rascándose su nuca mientras recibía otro golpe en el hombro.

-Fiate más de mi.

Al poco tiempo sus hermanas aparecieron junto a su madre. Elizabeth las hizo una señal con la mano para que la soltaran y se fueran. Empezó a caminar hasta ella y agarró una de sus manos dando suaves caricias con su pulgar. Alcina al principio no comprendía lo que pasaba, hasta sentir el dulce aroma de su cervatillo. La venda de sus ojos cayó gracias a la ayuda de Cassandra quien salió volando después de hacerlo. Lady Dimitrescu frotó un poco sus ojos por el cambio de luces y miró a su alrededor. Todo el paisaje ante sus ojos estaba adornado con rosas y luces que acompañaban el ahora oscuro cielo de la noche. Y eso no era todo, frente a ella había una pequeña carpa con una mesa y dos sillas igual de decoradas.

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