Ambas habían decidido lo mismo, sobretodo Elizabeth. Iban a recuperarse la una a la otra, no podía aguantar más esa lejanía entre ellas.
-¿Cómo lo harás?-preguntó Daniela caminando a su lado.
-No lo se, algo se me ocurrirá supongo.-estaba seria, pensativa.
-Oye Eli.... Cualquier cosa tienes mi apoyo.-la humana sonrió posando su mano en la cabeza de ella.
-Gracias Dani.-sonrió con sinceridad y siguió andando ella sola.
Pero ¿Cómo lo haré? Tengo que acercarla a mi.
Decidió que lo mejor era ir a donde ella estuviera, estar más tiempo a su lado y demostrarle que no había nada que temer.
Los días pasaban y la cosa no funcionaba del todo, si podían estar juntas a solas por horas pero todos los gestos de cariño ya fueran caricias o besos habían desaparecido. Era como volver a ser una criada e incluso peor.
-Hey Alci.-saludó entrando a su sala viéndola tocar el piano.
-Hola Elizabeth.-dijo de la misma manera sin dejar de tocar. La rubia se sentó observándola maravillada por las piezas tan complejas que era capaz de tocar.
-¿Algún día sabré tocar como tú?
-Solo con mucha práctica.-añoraba su compañía cada vez que estaba a sola y su corazón se reconfortaba al estar juntas pero seguía siendo incapaz de acercarse por propia voluntad.
-Bueno, tengo una buena maestra. Cuando esta no me pone de los nervios antes claro esta.-bromeó sirviendo algo de vino y dándole la copa-. ¿Sigues indecisa Alcina?-vio como tomaba la copa con cuidado de no tocarla.
Es difícil para mi también Eli.
-Creo que.... Va siendo hora de que te las enseñe.-suspiró sabiendo que tendría que enfrentarlas tarde o temprano.
-¿De qué hablas?-la vio desprenderse de su ropa dejando la parte superior desnuda excepto por el sujetador. Se encontraba de espaldas esperando a girarse y fue cuando entendió-. Si lo ves necesario hazlo.
Elizabeth se preparó mentalmente para cualquier reacción y dio media vuelta. Los ojos de Alcina estaban llenos de horror al verla. Varias cicatrices surcaban todo su vientre y parte de su pecho. Casi no había ni una parte del abdomen que no tuviera una. Se presionó a si misma más contra su asiento temerosa al verla caminar hacia su dirección.
-¡NO! ¡No vengas!-quiso levantarse e irse de allí lo antes posible pero Elizabeth fue más rápida. Tomó una de sus manos temblorosas y colocó una de sus rodillas sobre sus piernas para evitar que se fuera-. No.... Eli no....-quitó suavemente el guante que portaba dejando su mano libre. La acercó despacio a su tripa y tragó duro pues ella también temía. La posó con delicadeza haciendo que recorriera todas sus cicatrices.
-Estoy aquí Alcina.-susurró sin apartar la mirada de ella-. Contigo. Y no pienso dejarte.-dejó su mano libre en la mejilla de la mayor y la besó con suavidad. Hacía tanto tiempo que no sentía sus labios.
El beso fue lento, necesitado pero no voraz. Se separaron a los segundos y juntaron sus frentes.
-Te amo.-dijeron al mismo tiempo.
***
-Madre, Donna acaba de llegar.-avisó Cassandra.
-Hora de irme, querrá hablar contigo a solas.-la rubia se levantó de su sitio y siguió a la azabache.
Estos meses te han cambiado. Estas más seria últimamente aunque hay veces donde vuelves a ser la que eras. Espero poder ayudarte y cambiar eso.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi único pensamiento
FanfictionLady Dimitrescu x Oc. Muy pocos conocían aquella simple villa, pero los que allí habitaban sabían de la existencia de cualquier tipo de criaturas, incluso de las que aguardaban más allá. Y entre ellas estaban los habitantes del castillo de los Dimit...