Capítulo 61

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Los días fueron pasando lentamente para la rubia. Estaba dolida, su corazón palpitaba poco y enviaba pulsos fuertes que llegaban a dejarla sin aire. Era incapaz de dejar de pensar en lo que había pasado.

Después de todo.... ¿Por qué?

Los golpes de los costados se habían curado al igual que el golpe que había recibido, aunque a ella aún le ardía el rostro como si la hubieran golpeado de nuevo. Lo único que aún tenía que recuperarse era su ojo, ahora menos morado gracias al frio de la bolsa de hielos que tenía colocada en esos momentos.

Tanto Donna como Angie se habían encargado de cuidarla lo mejor posible. La muñeca hacía las mil maravillas para animarla y la hacía jugar con ella para distraerla mientras Donna la ayudaba a dormir con sus plantas.

Pero el verdadero infierno de Elizabeth estaba por llegar.

Habían pasado apenas dos días desde que estaba allí cuando aquella figura enmascarada apareció en la casa sin previo aviso. Ambas mujeres se levantaron precipitadamente de sus asientos.

-Madre Miranda ¿A qué se debe esta visita tan inesperada?-habló Donna en un susurro intentando que su voz no temblara.

-Oh mi pequeña niña, no es nada en especial.-con una sonrisa fue caminando lentamente hacia ellas-. Solo he venido a por algo que ahora me pertenece.-el corazón de la rubia se encogió del propio miedo al comprenderlo todo.

-Fuiste tú....-gruñó por lo bajo haciendo que Miranda riera más.

-¿Lo dudabas? Te dije que esto no había acabado Elizabeth.-justo cuando iba a agarrarla Donna se interpuso en su camino.

-¡Vete de aquí! ¡Huye lejos!-le gritó a la humana mientras intentaba frenar a Miranda.

-¡Por aqui!-Angie tiró de ella haciéndola correr hacia la salida-. ¡Ve lejos! ¡Te daremos tiempo!

No....

Tenía que huir o su destino sería mucho peor, pero al escuchar los gritos de dolor de Donna no pudo hacerlo y volvió sobre sus pasos. Fue cuando pudo ver a Donna llorando mientras Miranda agarraba a Angie por la cabeza con intenciones de romperla.

-¡Basta!-la gritó deteniendola-. Dejate de juegos y alejate de ellas.

-Sabes que es lo que me interesa, dámelo y las dejaré en paz.-los musculos de la menor se tensaron y sus uñas se clavaron en la palma de sus manos antes de asentir con la cabeza.

-¡Elizabeth no!-gritó Donna antes de ser golpeada contra la pared.

-¡No te preocupes por nosotras! ¡Marchate!-chilló la muñeca antes de sentir una de las garras de Miranda clavándose sobre ella.

-¡Lo tendrás, pero para esto!-gritó la menor más fuerte para regocijo de la atacante.

-Así me gusta, que buena chica.-soltó a Angie tirándola al lado de Donna quien empezaba a sangrar por la cabeza mientras miraba con pena a la humana-. Tú y yo vamos a pasar mucho tiempo juntas.

Y con esas palabras todo a su alrededor se oscureció.

***

Despertó en un lugar desolado, no sabía donde estaba pero si tenía una ligera idea de como había llegado hasta allí.

-¿Estas despierta? Perfecto.-la mayor tiró de ella dejando cortes en sus mejillas-. Eso lo hará todo más interesante.-clavó una aguja sin cuidado en uno de sus brazos mientras extraía su sangre-. Veamos quien eres en realidad.

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora