Capítulo 10

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¡¿QUÉ?!

Alcina rió un poco al ver su cara.

-Consideralo tu pequeño castigo por mentirme. Además, así me aseguro de que no te vuelva a ocurrir nada.

Debe ser una puta broma.

-Mi lady ¿Hablas en serio?-rascó su nuca deseando que estuviera bromeando.

-¿Tú que crees?-dijo quitándose su vestido para ponerse su ropa de noche.

-Pe... Pero no es necesario. Estoy bien Lady Di...-Alcina puso un dedo en su boca silenciandola.

-Dejalo, no vas a conseguir que cambie de opinión cervatillo. Ahora, cambiate el uniforme y a dormir.

-Si, mi Lady.-obedeció sin más. Tampoco es que la quedara de otra.

A la mañana siguiente despertó de la misma manera que la última vez que había dormido con ella y tuvo exactamente la misma reacción.

-¿Por qué a mi?-pensó intentando no moverse mucho. Un pequeño gruñido por parte de la contraria la advirtió del peligro y se hizo la dormida. Sintió pequeñas caricias por su cabello y una mirada fija en ella.

-Sé que estas despierta Eli.-abrió los ojos y soltó una risa nerviosa-. Tranquila, no te voy a comer.-susurró en su oído. Elizabeth se levantó rápidamente tapando su cara.

-Bueno saberlo.-murmuró antes de que volvieran a acostarla en la cama-. ¿Eh?

-Tengo que curar tus heridas, no te olvides de eso.-la rubia asintió dejando ver los vendajes. Notó las manos frías de Alcina quitarlos y curar sus heridas con tremendo cuidado. Eso era extraño viniendo de alguien que podía provocar heridas peores ¿Por qué la cuidaba? ¿Por qué era distinta al resto? ¿Era posible que la pasara lo mismo que a ella? Fue entonces cuando decidió preguntar.

-Mi lady... ¿Puedo preguntar algo?

-Eso ya fue una pregunta pequeña.-rió levemente volviendo a cubrir algunas heridas-. Cuando quieras.

-Sonará estúpido de mi parte pero... ¿Alguna vez has estado enamorada?-esto pilló desprevenida a la vampira quien no sabía como responder exactamente pero creía entender hacia donde iba la conversación.

-No, nunca lo he estado.-giró el rostro de la joven para mirarse entre ambas-. ¿A qué se debe ese tipo de pregunta?

-Yo... Busco consejo o eso creo.-ladeó la cabeza.

-¿Acaso sientes algo por alguien?-decidió preguntar para sacar algo de información.

-Si y no. No sé describirlo y no lo comprendo, es raro.-volvió a sentir aquellas caricias.

-No has ido a la persona indicada para preguntar querida.

-Lo lamento si molesto, es solo que Daniela no ayuda mucho y me gustaría comprenderlo.-apoyó su cara con la mano de Alcina mientras esta pasaba a acariciar su mejilla.

-Lo entenderás pronto.-sonrió sin dejar de mirarla.

Yo misma haré que entiendas lo que yo siento.

***

Elizabeth había vuelto a sus tareas pero no podía quitarse la idea de la cabeza. Cansada de eso fue al cuarto de Daniela en busca de respuestas más claras que las que le había dado su ama.

-Dani ¿Puedo pasar?

-¡Pasa pasa!-abrió la puerta dejando ver su cuarto lleno de cosas tiradas por el suelo. Que podría decir, Daniela era feliz entre su desorden-. Es raro que vengas a verme a esta hora ¿Qué pasa?

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora