Capítulo 58

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Los meses fueron pasando trayendo con ellos el calor del verano. Elizabeth quería hacer algo para quitar el estrés de la mayor con su trabajo, así que pensó en un plan nocturno.

-¿Y para eso nos querías aquí?-habló primero Heisenberg fumando su puro.

-Solo quería saber vuestra opinión, vosotros vinisteis aquí.

-¡Cómo para perderse tus líos románticos de telenovela!-gritó Angie entre risas.

-Bueno ¿Qué opináis?-preguntó la rubia.

-Será extraño para ella, no es de salir.-dijo Moreau, quien había ido por curiosidad y porque adoraba las cosas románticas.

-Le doy la razón al pez.-dijo magneto recibiendo un golpe de la humana-. Digo Moreau.

-Tranquila, la gustará. Será algo nuevo para ella.-la aseguró Donna.

-Solo me queda pensar que hacer con las niñas. Me gustaría que fuera íntimo y sé que alguna o todas vendrán a ver.-la primera en la que pensó fue en su pequeña pelirroja.

-Ah no, ni de coña hago de niñero.-se anticipó Karl.

-Creeme que eres el último de la lista perro.-bufó la rubia. Angie dio saltitos sobre su dueña y junto sus manos haciéndola sonreír.

-Nosotras nos quedaremos con ellas.-habló en voz baja con algo de vergüenza.

-¡Angie ataca de nuevo! ¡La venganza de la muñeca maligna! ¡Muajajaja! -todos se quedaron mirando a Angie por unos segundos antes de estallar a carcajadas.

-Solo no me matéis a las niñas.-secó sus lágrimas de la risa-. Bien, entonces ya esta todo. Gracias por la ayuda.-se despidió de los lords con total respeto y volvió al castillo donde sabría que su amada la esperaba. Eso o estaba hasta arriba de trabajo por la alta demanda de vino en esta época del año.

Una vez abrió las puertas la pequeña Daniela se tiró en sus brazos saliendo de la nada.

-¡Dani!-reprendió la humana sujetándola y apoyándose en la pared antes de caer-. No me des estos sustos.

-¿Ya hablaste con ellos?-saltó la menor de las Dimitrescu emocionada.

-Si y todos dieron el visto bueno a una salida como esta.-la pelirroja empezó a celebrar-. Y Donna se encargará de vosotras.

-¡¿Qué?!-además de su voz se unieron las voces de sus hermanas quienes también sabían de la idea de Elizabeth.

-¿Por qué?-reclamó Bela.

-¡Eso no es justo!-se quejó Cassandra.

-Porque vosotras os quedaréis en casa hoy. Nada de visitas sorpresas, Donnie os cuidará en nuestro lugar.

-Hiciste trampa.-murmuró Daniela haciendo un puchero.

-Solo pensé rápido.-sonrió empezando a subir las escaleras-. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que queremos sacar a vuestra madre de su despacho ¿Verdad?-las tres asintieron-. Entonces ayudadme a sacarla. Soy buena convenciéndola pero no así.

-Di que no quieres acabar en la cama.-soltó la pelirroja haciendo reir a sus hermanas.

-¡Te he oído!

Juntas fueron por los pasillos hasta llegar a la puerta del estudio de la matriarca. Elizabeth llamó a la puerta firmemente y entró al segundo que se le dio permiso.

-¿Cómo vas amor?-se acercó a ella dejando caricias en su espalda mientras veía el papeleo y las cuentas sobre la producción de vino.

-Estoy bien, no te preocupes querida.-la respondió sin mirarla.

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