Capítulo 51

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-Entonces.... ¿Visita familiar?

Esta era la situación, hoy se celebraría una especie de reunión entre hermanos y tendrían que acudir al castillo Dimitrescu para desagrado de la mayor.

-Preferiría no llamarlo así.-gruñó levemente mientras ordenaba al resto de sirvientas lo que debían hacer y preparar.

-Oh vamos ¿No te emociona ver a Heisi?-soltó un par de carcajadas con tal solo ver la cara de asco que ponía-. Será divertido boba, no te agobies.

-Sigue sin gustarme la idea.-paró de quejarse al sentir los besos de la humana y consiguió calmarse.

-Tanto las niñas como yo estaremos contigo. Seguro que puedes aguantar esto, eres la gran Alcina Dimitrescu después de todo.

Pasaron las horas llegando al momento esperado. Las primeras en presentarse fueron Donna y Angie.

-¡Llegamos! ¡Vamos a dar guerra!-gritó Angie saltando de los brazos de Donna.

-¡Angie!-regañó y la miró avergonzada-. Lo siento.

-No te disculpes Donna.-Elizabeth sonrió y las dejó pasar-. La gruñona os espera dentro.

-¡Dala de lo tuyo y dejará de gruñir!-rió la muñeca dejándolas a ambas con la boca abierta.

-Eso lo aprende ella solita ¿Verdad?-Donna asintió y pasó su mano por su nuca-. Se nota. Oye Donnie solo voy a pedirte una cosa, quitate eso. Estas entre familia, no tienes que esconder nada.

-¿E-Estas segura Eli?

-Por supuesto, confía en mi. Y si alguno se atreve a burlarse de ti me lo dices.-sonrió quitando despacio el velo negro que la joven siempre llevaba encima-. Así mejor, no temas por tus cicatrices.-se señaló a si misma-. Solo muestran que sobrevivimos y seguimos aquí.

Donna se puso algo nerviosa y escondió levemente la cara entre sus manos.

-¡Tia Donna!-las tres jovenes Dimitrescu aparecieron frente a ellas tomando a la marionetista de los brazos.

-¡Te hemos estado esperando!-saltó Daniela emocionada.

-¡Vamos no hagamos esperar a madre!-la imitó Bela y empezaron a tirar de ella. Donna se despidió rápido de Elizabeth con una pequeña sonrisa.

-Así que.... ¿Quién falta?-se acercó Cassandra a ella.

-Tu tío Moreau y tu tío Heisenberg.

-A mama no le va a gustar nada.-soltó entre risas.

-Tendrá que aguantarse, no esta mal estar en familia de vez en cuando.-respondió apoyándose en el marco de la puerta.

-¿Tú no echas de menos a tu familia?-preguntó la azabache despacio.

-Os tengo aquí todos los días.-sonrió al escuchar el bufido de la menor-. Ya se a que te refieres y supongo que no. No puedo extrañar a alguien a quien no recuerdo.

-Eso es verdad ¡Mira ahí vienen!-señaló hacia un par de figuras.

-¡Ha llegado el rey del mambo!-gritó Heisenberg-. Y traigo compañia.-miró a Moreau quien andaba a su lado-. Casi se va por el camino que no era.

-Y tú como buen hermano le has guiado.

-No, fui yo quien le dijo de ir por ahí.-su carcajada fue cortada por un golpe en el abdomen.

-Que imbécil eres, venga entra.-le empujó y saludó al otro lord-. Me alegra volver a verle.

-Y a mi también Elizabeth.-sonrió y saludó a Cassandra quien solo asintió con la cabeza.

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora