Capítulo 97

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Ethan Winters había estado atento de toda la conversación de la pareja. Aún le parecía sorprendente la capacidad de unos seres como aquellos de poder verse tan humanos.

Estuvo atento a todas y cada una de las palabras que la rubia soltaba por la boca. Era a la única con la que no había tenido un encuentro a solas, sin contar cuando tuvo que usar la bomba de humo. Le parecía distinta al resto de alguna manera y el Duque le había hablado de ella.

-Yo que usted, señor Winters, no me interpondría en el camino de Lady Elizabeth.

-¿A qué te refieres? ¿Tiene algo que ver con mi hija?

-Al contrario, ella es la que menos sabe del paradero de tu hija y la que menos contacto tiene con Madre Miranda. Su odio es algo legendario en esta villa.

-¿Entonces?

-Al igual que usted, esa mujer tiene agallas y coraje para hacer cualquier cosa por su familia. Pero eso no quiere decir que no sea capaz de dialogar. No la haga enfadar y puede que tenga posibilidad de recuperar a su hija sin llevar las cosas a más.

Aquella charla se había grabado en su mente y había podido ver lo que sus ojos decían, eran ojos de madre al igual que los suyos de padre. Había hecho bien en no matar a una de sus hijas pero no sabría cuanto podría evitarlo. Su vida estaba en juego.

¿De verdad se puede dialogar con algo como eso?

Sus pensamientos acabaron en cuanto vio a Lady Dimitrescu lanzando su tocador al otro lado de la habitación y carcajeó silenciosamente al ver la expresión de la otra vampira. Aunque le preocupaba más la fuerza de aquella enorme mujer.

En cuanto se fueron no dudo en entrar a la habitación en busca de su hija. No había nada, solo una cuna vacía y un cuaderno abierto que no tardó en examinar.

No puedo soportar el indudable hecho de que Madre Miranda este jugando con nosotros. Creí ser su favorita, su hija. Pero todo se ha ido desmoronando en los últimos años y ya no se como actuar respecto a ella.

Elizabeth, mi dulce y bella esposa ha sufrido de mil maneras distinas por ella y aún después de eso sigue respetando que yo obedezca sus órdenes.

Sé que la he decepcionado, a ambas. Pero la atención de Miranda ya no me importa o eso quiero pensar.

¿Qué debería hacer? Ahora que ha puesto uno de los frascos bajo mi custodia no quiero fallarle de nuevo. Pero otra vez pienso en el dolor que también me ha causado a mi. No vale la pena. Y he aquí mi gran pregunta:

¿Debería seguirla como un peón otra vez o creer lo que mi propia alma me reclama? Es lo que aún no sé.

Necesito una copa.

Ahora era cuando Ethan comprendía a que se refería el Duque respecto al odio de ambas. El diario de Lady Dimitrescu se lo había confirmado y aunque no entendiera ni la mitad ya tenía algo en claro.

Es posible que ella pueda ayudarme. Su esposa esta involucrada y según el Duque ella lo daría todo por su familia, igual que yo por Rose. Tengo una oportunidad.

Agarró la llave colgada y se dispuso a salir por aquella puerta, pero al abrirla se llevó una gran sorpresa.

-Mierda..-escapó su voz como un susurro.

-Ahí estas.-Alcina pasó por debajo de la puerta siendo seguida de su adorada-. Todo por una niña que ni siquiera esta aquí.-su sonrisa indicaba superioridad pero sus ojos estaban llenos de rabia.

-¿De qué estas...?-no pudo acabar pues le agarró fuertemente del cuello casi ahogándole.

-¡Tú, maldito egoísta desgraciado! ¡Vienes a mi casa!-lo golpeó contra el suelo con una fuerza descomunal-. ¡Te atreves a tocar con tus sucias manos a mis hijas!-le golpeó de nuevo-. ¡Y para colmo intentas robar mi propiedad! ¡¿CÓMO TE ATREVES?!-el suelo bajo él empezó a resquebrajarse.

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora