Capítulo 98

1.5K 208 257
                                    

Tanto Alcina como Elizabeth se tensaron al escuchar los gritos y no tardaron en actuar.

La primera en moverse fue Elizabeth quien salió corriendo a gran velocidad siguiendo los gritos.

No, por favor. Todo menos mis niñas.

La escena que pasó frente a sus ojos hizo que su sangre estallara de la rabia.

Frente a ella estaban sus hijas e Irina. Bela cubría a su pareja como podía mientras lloraba por el dolor que sentía al no haberse recuperado del todo. Cassandra sujetaba a su hermana pequeña mientras sostenía su hoz hacia su atacante. Y Daniela....

Daniela estaba empezando a congelarse en los brazos de su hermana.

¡NO!

-¡Daniela!-gritó al verla, pero su voz fue sofocada con el sonido de una pistola cargándose.

Ethan palideció al verla, no era su intención llegar a esto pero no tenía elección. Pero tras ver la expresión en el rostro de la chica comprendió la advertencia del duque.

-¡ALEJATE DE ELLAS!-rugió apareciendo enfrente suyo con las garras extendidas. Todo fue demasiado rápido para que él pudiera reaccionar. Le atravesó con sus garras con tal fuerza que acabó llevándose parte de sus costillas con ellas.

El rubio escupió sangre sujetándose el costado y mientras se desangraba pudo ver como ella le golpeaba una y otra vez hasta creerle muerto. Así debería haber sido.

Debería estar muerto, me cortaron una mano y ahora esta bien. Y me han arrancado las costillas... ¿Por qué sigo vivo?

Por otra parte Elizabeth volvió hacia sus pequeñas con ojos llenos de terror al escucharlas llamarla con voz cortada. El frío las estaba haciendo daño.

-Mamá...-lloriqueó Daniela entre su dolor mientras ella acunó sus mejillas despacio.

-Esta todo bien... Tranquilas... Estaréis bien...-aunque esas palabras se las decía más a si misma para no caer.

Se están muriendo... ¡No puedo dejarlas! ¡No puedo perderlas! ¡Por favor!

Por un momento y junto a un susurro en su oído, sus ojos se iluminaron con varias imágenes pasando por su mente haciéndola comprender ciertas cosas. Cosas que había supuesto pero que nunca se había parado a probar. Era ahora o nunca.

Arrancó la manga derecha de su ropa dejando ver su brazo desnudo y afilo sus colmillos justo antes de clavarselos a si misma en la muñeca. Empezó a bajar por todo su antebrazo con ellos desgarrando su carne y haciéndola sangrar. Pero ese dolor era un precio justo si con él podría salvar a sus pequeñas.

-¿Mamá?-Cassandra la miraba sin comprender-. ¡Para! ¡Te estas haciendo daño!-quiso detenerla pero la herida ya estaba hecha. Su segunda madre extendió su brazo hacia las tres y las miró fijamente.

-Beber.-ordenó mientras su sangre comenzaba a desbordarse por la herida-. ¡Beber!-alzó su tono de voz al ver como titubeaban y dudaban sobre beber de ella. Acercó su brazo despacio hacia Daniela para que no se moviera mucho y esperó a que posara sus labios en su antebrazo.

Cassandra hizo lo mismo al ver la seguridad en los ojos de Elizabeth, pero Bela seguía insegura al respecto.

-Bela.

-No... Te quedarás débil mamá.-se hizo la fuerte para no seguir llorando frente a su pareja.

-Bela, hazlo. Necesitas recuperarte y ayudarlas.-añadió Irina con una sonrisa reconfortante.

Me gusta para ti, al menos sabe lo que hace. Aunque es igual de terca que tú.

La mayor de las hermanas acabó haciéndolas caso y bebió de ella. Fue cuando Alcina se asomó por la puerta viéndolo todo.

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora