Capítulo 88

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La suave brisa veraniega pasó por las rendijas de la ventana que daba a su habitación envolviéndolas ligeramente. Alcina fue la primera en abrir los ojos sintiendo el aire pasar por su cuerpo. Al momento en que volvió su consciencia lo recordó todo.

Sonrió tontamente al volver a ver ese momento en su mente, parecía un sueño tan real. Miró su mano solo para comprobarlo y allí estaba aquel anillo que había recibido apenas la noche anterior.

Fue real, fue un sueño hecho realidad.

Escuchó la ligera respiración de su prometida a su lado y no dudo en girarse para mirarla. Dormía plácidamente con algunos cabellos por su cara cubriéndola. Alcina rió al verla y apartó cada pelo colocándolo detrás de su oreja para así ver su hermoso rostro.

Debes de estar agotada draga mea.

Tan solo pensar que pasaron toda la noche bailando bajo la luna de sangre la llenaba de alegría, más aún al saber los sentimientos de su amada hacia ella.

La dejaré un poco más y después se lo compensaré.

Así fue, se quedó todo el tiempo viendo como dormía y acariciándola despacio cuando la veía moverse mucho. Cuando la mañana ya era más centrada decidió despertarla con múltiples besos.

Lo primero en recibir fue un pequeño gruñido, pero era uno de recién despertar y no le dio importancia. Siguió besando cada centímetro de ella hasta que sintió sus ojos mirándola.

-Hm... Alci....-su voz sonaba tan ronca al levantarse-. Esto es un buen despertar....-murmuró carraspeando un poco para quitar la sequedad de su garganta. Posó su mano en su cabeza y sonrió al sentir como la vampira llevaba su mano a sus labios-. Alguien se levantó con energía.

-¿Cómo no hacerlo después de lo de ayer?-siguió besándola y su mirada pasó a una más lasciva-. Y voy a darte un premio por pasar toda la noche a mi lado haciéndome la mujer más feliz de la tierra.-sintió sus frías manos en sus muslos y la vio meterse bajo las sábanas.

A empezar el día con energía.

Ese fue su pensamiento antes de soltar un jadeo sabiendo lo que venía.

***

-Son muchas cosas para planear ¿Verdad?-sonrió anotando cosas en una libreta bajo la atenta mirada de Lady Dimitrescu.

-En eso tienes toda la razón, pero vale la pena.-masajeó sus hombros despacio-. ¿Falta alguna cosa?

-Pues...-se quedó pensando-. ¿Quién te llevará al altar?

-Podría llevarme....-se calló al saber que el único hombre que asistiría era su hermano-. Preferiría que me llevara Donna mil veces antes que él.-refunfuñó sacándola una carcajada.

-Oh vamos, es tu hermano.

-¿Y? Le odio.-se cruzó de brazos-. Ese impresentable no me va a llevar al altar.

-Deja de decir eso.-golpeó levemente su brazo-. No le odias, solo no le soportas. En el fondo quieres a tu hermano pequeño, no me lo puedes negar.

-¡Pero...!

-¿Después de todos los años que llevo a tu lado crees que no me he dado cuenta?-la interrumpió sonriente sabiendo que había ganado-. Ahora tengo que pensar quien me acompañará en la espera.

-Te cedo a mi hermano, es un gran sacrificio que estoy dispuesta a hacer.

-Buen intento.-la besó-. Ya veremos como hacerlo. Ahora....-calló agachando la cabeza-. ¿Puedo preguntarte algo?

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora