101. Busco un camino.

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NARRA EMA

Luego de nuestra pequeña charla matutina, decidimos que ya era hora de dejar que los chicos siguieran planeando el recital al que al fin íbamos a poder ir, espero.

Todos se habían ido a preparar cosas para los siguientes conciertos, ya que debía ser uno detrás de otro para llegar a tiempo. Pero yo no, ya que Guido me pidió que esperara un paquete que iba a llegar.

No era raro que mi hermana se fuera con los chicos, lo raro es que se vistió bien... pero bueno, no todos los días se ve una Paula arreglada.

Mientras esperaba la tarde y el reencuentro con los chicos, baje al bar para ordenar mi almuerzo. El bar era mas elegante de lo que pensé, pero mi vestido negro de ocasiones casuales alcanzaba. Un amable mozo me indicó una mesa vacía y camine hacia esta. Por supuesto iba a ordenar un plato que nunca falla: Lasagna, hecha en donde sea es rica. Un vino tinto iba a acompañar mi almuerzo aunque usualmente no lo hiciera. 

Cuando iba por la mitad de mi plato, me di cuenta de que había vaciado la botella.

Eso solo significaba que en momentos me iba a empezar a reír de cualquier cosa. Un hombre que me observaba de manera extraña, comenzó a reírse al ver mi expresión cuando dejo caer un fideo en su camisa pulcramente blanca.

Luego se acercó a mi mesa, y sin ningún tipo de permiso se sentó frente a mi.

- ¿Como te llamas? - Dijo mientras intentaba deshacerse de la mancha al pasar frenéticamente una servilleta sobre esta. 

- Ema... ¿Y vos? - Dije mientras trataba de incorporarme en mi silla y me reía de la situación con su almuerzo. 

- Soy Nicolás, pero podes decirme Nico.

Una chica sentada en una mesa mas lejana miraba la situación con atención mientras tomaba de su copa, y el hombre misterioso me contaba sobre su trabajo.

Nicolás era un ingeniero en software o algo de computadoras, y se encargaba del sistema del hotel. Era muy lindo, no lo voy a negar, pero era sumamente extraño. Utilizaba términos que solo el entendía y sus chistes no me daban gracia ni siquiera con una botella de vino en mi organismo.

Pronto comenzó a insinuar ciertas situaciones, y seguramente mi expresión cambio rotundamente al sentir su mano en mi pierna por debajo de la mesa.

De pronto, la chica de la mesa lejana se paró y caminó decididamente hacia nosotros.

- ¿Cómo estas? ¡Tanto tiempo! - Dijo ella abrazándome rápidamente - Seguime la corriente - Susurró en mi oído

- Ey, ¡Hola! - Dije devolviendole el abrazo con un poco de desconfianza.

La mano de Nicolás ya no se encontraba en mi pierna, y saludó lenta y sospechosamente para pararse y desaparecer detrás del mostrador de recepción.

- ¿Estás bien? - Me dijo la agradable chica de pelo castaño y ojos marrones - Es un tipo que trabaja acá, suele acercarse a chicas que vienen solas, y se terminan la botella de vino también solas - Dijo mientras levantaba la botella y miraba de reojo...

- Estoy bien... pero gracias por acercarte, aunque de todas maneras no iba a dejar que me hiciera nada... Soy Ema, ¿Y vos? - Dije acomodándome en la silla nuevamente

- Soy Lucía, trabajé un tiempo acá en la recepción... pero renuncié porque no soporto a compañeros como Nicolás.

Lucía era sumamente agradable, aunque de un carácter fuerte. Me contó varias situaciones incómodas con el sujeto de camisa blanca. Luego de hablar un poco mas sobre su pasado en el hotel ordenamos una botella de vino blanco, entre dos es mas fácil terminarla...

- Y bueno, mi paso por el hotel fue hermoso, pero ciertas personas encubrían casos de violencia de parte de este tipo y fueron despedidos. De todas maneras el sigue acá como si nada con una simple advertencia en su legajo - Dijo mientras pasaba el pulgar por el borde de su copa.

- Lamentablemente esos casos existen en todos lados, por suerte estas vos que sos una guardiana de chicas que aman el vino como yo, pero últimamente soy mas atenta...

Mientras caía la tarde y el restaurante se convertía en café, ambas tuvimos una conexión de confianza única. Nos reímos y nos enroscamos en otras charlas como arte, política, países favoritos y mi favorito: música. 

- No suelo escuchar mucha música en Inglés, pero me gustan muchas bandas de los 80', además de algunas nacionales que la rompen - Y, acá entraban seguro - Por ejemplo: Ciro, los piojos, no te va gustar (me gusta un poco mas que las otras), Divididos, Airbag...

- Un popurrí - Exclamé mientras tomaba vino de mi copa y miraba hacia un lado - A mi también me gusta mucho Airbag...

- Tienen canciones excelentes, además los sonidos son muy limpios y creativos... tienen muchos estilos...

Cuando levanté la vista, vi a Paula señalándome mientras Gastón, Pato y Guido giraban sutilmente para verme. Todos levantaron sus manos y las agitaron cual niño que ve a su mamá en la puerta del colegio.

Mientras se acercaban mi sangre subía por mis mejillas, tratando de desintegrar las botellas con la mirada, y Lucía seguía dando su impecable discurso sobre gustos musicales.

- ¿Desde cuando socializas? - Dijo Paula parándose detrás de Lucía, con los tres ''guardaespaldas''.

Lucía se giró para ver a quién miraba fijamente, volteó para mirarme con los ojos super abiertos y los volvió a mirar.

Pero no como el resto de nosotras las mortales, mantuvo la calma como toda una diosa.

- Hola linda - Dijo Guido en mi dirección con una mano arriba, y la bajó lentamente al ver que Lucía seguía muda al verlos. Cuando ella volvió a mirarme Guido agitó su mano rápidamente en señal de ''¿Quién es?'' con una cara de interrogación que me hacía querer escupir todo el vino de la risa. Pato levantó los hombros y se presentó como el caballero que suele ser.

- ¿Cómo estas?, Soy Patricio, y ellos son mis hermanos - Dijo tendiéndole la mano. Luci lo saludó como si fuera un vecino de toda la vida e hizo lo mismo con Guido y Gastón.

E inevitablemente, me puse roja cuando ella preguntó como nos conocíamos.

- Es mi novia - Dijo Guido riéndose mientras Paula lo abrazaba...

- Y es nuestra cuñada - Dijeron los otros dos al unísono...

- Me imaginé - Dijo Lucía al escuchar la obviedad, provocando que se rieran.

Subimos al hotel y Gastón sutilmente invitó a Lucía. El es naturalmente un amor, pero sospecho que esta vez tiene otras intenciones. Mi corazón se sacudió de emoción al pensar en la sola idea de que a Gastón por fin le gustara alguien acorde a él.

- ¿A dónde estuvieron? - Le pregunté a Guido mientras su brazo rodeaba mi cuello para apoyarse en mis hombros. 

- Nos fuimos a buscar un par de instrumentos nuevos que Pato quería - Dijo al mirarlo con poca gracia... 

- ¡Eran totalmente necesarios! - Exclamó Patricio que iba de la mano de mi hermana, girando delante de nosotros.

- Y un par de detalles mas, pero ya está todo listo... En cuanto a las botellas de la mesa, imagino que ambas eran para compartir - Lucía se río y exclamó que ella solo había tomado tres copas de vino blanco. Guido abrió los ojos incrédulo y comenzó a reírse por un motivo que desconozco, aunque mi hermana miraba sospechosamente con un ''Te lo dije'' en su expresión.

Evadían el tema de a donde habían ido... pero mi duda mas grande quedaba en que le había dicho Paula al rubio. En fin, solo me quedaba seguir abrazándome de Guido para parecer que me queda algo de equilibrio y seguir el camino. La dignidad la había dejado atrás, en esas botellas.

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Buenaaaas!

Ya era hora de que Gastón  se animara a algo con alguien, aunque fuera una situación tan veloz como la luz...

Espero que les guste el capítulo de hoy! Quisiera pedirles un favor! ¿Qué prefieren?: Un capítulo el miércoles y otro el sábado, o dos juntos el sábado? Promo única jaja, gana la opción con mas votos! Les mando un beso enorme, y muchas energías bonitas :)

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora