33. Susceptibles.

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NARRA GUIDO

Desperté con un peso en mi pecho, si, sobre el corazón, pero lo bueno es que no era ningún problema ni angustia por resolver. Era Ema, la hermosa chica que me había dado vuelta la vida.

El sol iluminaba su pelo castaño, y levantó lentamente la mirada, era angelical. Con un toque diabólico, debía admitir, pero aun así me encantaba.

Al verme ahi se sobresalto y se sentó de golpe, tomándose la cabeza.

- ¿Hicimos algo? - Me reí ante ese comentario.

- ¿No te acordas?

- No, DE QUE!? - Preguntó con los ojos muy abiertos

- De anoche, me dijiste que nunca te ibas a olvidar de lo que te estaba haciendo...

Necesitaba guardar mi sonrisa delatora. La cara de Ema era espectacular, tenía un brillo raro en los ojos, pero aun así, sabía que no se lo estaba creyendo...

- Dale Guidito, seguí soñando... - Me reí y me acerqué para darle un beso. Ella me correspondió, y ese fue uno de los gestos más bonitos que ha hecho por mí, aparte de la charla que tuvimos anoche.

Generalmente no duermo, y solo duermo cuando hay una mujer en mi cama. Ema es la única chica con la que he dormido sin haber hecho "eso". Y me parece espectacular.

- ¿Que queres desayunar? - Me preguntó levantándose con una remera mía. Llevaba el logo de Led Zeppelin y le quedaba enorme, pero se veía hermosa con ella puesta.

- Podemos pedir al servicio de habitación...

- No nene, nunca comes algo "hecho en casa"

- Bueno, no se, lo que a vos te salga... - Dije, balanceandome en el sillón.

NARRA EMA

Se levantó y solo llevaba bóxers, si, bóxers!. Me fue inevitable observarlo, completamente. Pero algún día esperaba verlo desnudo (lo admito), así que creo que sería como un adelanto.

Estaba preparando tostadas, un poco de café para Guido, té para mí, unos tostados y otras cosas para comer; cuando mi celular sonó.

Guido había puesto música, así que la baje un poquito.

- ¿Hola?

- Al fin respondes, te he estado llamando hace varios días bonita

Mi cuerpo entero sufrió escalofríos al escuchar esa voz. La taza que llevaba en la mano izquierda se había partido en mil pedazos al contacto del suelo, y el café había dejado una mancha enorme y oscura en las baldosas.

- ¿Que queres? - Respondí cortante

- A vos... ya lo sabes!

- Y YA SABES QUE YO NO QUIERO NADA CON VOS! HAGAS LO QUE HAGAS NUNCA TE VOY A QUERER! LO ENTENDES?

- Sabes que eso no importa. Porque hagas lo que hagas siempre voy a estar ahí.

La llamada término, y Guido salió con una toalla alrededor de su cintura, con cara de impactado.

- ¿Que paso amor? - Me cuestionó

- Simplemente volvió a llamar  Marco

- ¿Y QUE TE DIJO?

- Nada, nada... - Lo bese en la frente - no te preocupes, no creo que vuelva a molestarme.

Nos dispusimos a desayunar (Guido ya vestido), y luego salimos con rumbo hacia mi casa.
Obviamente tuvimos que irnos en taxi, ya que Gastón tuvo que devolver el auto a sus amigos.

- Y, ¿cuándo planeas mudarte a tu departamento? – La reciente llamada de Marco me había espantado un poco.

- No sé, en... un mes o dos tal vez...

- UN MES?! Es muchísimo, sabiendo que hace un mes tus viejos te lo compraron!

- Ya se rubio, pero es que no quiero dejar a mis papas solos, y además... nunca he vivido tanto tiempo sola...

Guido rio ante mi comentario, causando que el chofer mirara por el espejo retrovisor

- Si enana, pero un día tenes que volar del nido – Me dijo, tocándome el pelo – Y sobre vivir sola... yo puedo pasar todos los días que quieras con vos...

Mi cara se deformo. Yo lo quiero muchísimo a Guido, pero convivir con una persona es muy distinto a verla de vez en cuando, juntarte un rato. Se necesita paciencia, y no es que no lo quiera, solo que su estilo de vida es como un remolino, y yo soy aguas calmas, somos susceptibles a distintas cosas, que se pueden complementar.

- Igual, no me refiero a mudarme – Prosiguió, mirándome a través de mi pelo – Solo... pasar unos días juntos, y si te parece me quedo a dormir, o a tomar unos mates...

Me reí, percatándome de que faltaban dos cuadras para llegar a mi casa – Ya lo sé Guido, pero, necesito el ruido de mi casa, con los gritos de Pau y mamá peleando, o papá tirando ollas como de costumbre, los perros del vecino, y la heladería de la esquina... estoy acostumbrada a esas cosas...

- Cuarenta y dos con cincuenta – Interrumpió repentinamente el taxista – y perdón que te diga esto, pero un espacio propio no le viene mal a nadie...

Guido reía mientras le pagaba y yo le agradecía el consejo, después de todo el hombre tenía razón... pero si no fuera porque no solo soy susceptible a la tranquilidad, sino también a la debilidad, los ruidos en la oscuridad, si no fuera tan susceptible a los miedos, no me molestaría la soledad.

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Hola niñas! Acá esta el capitulo que les prometí hace dos días... si.

Primero tuve problemas con Word, se me borraron los capítulos que ya había escrito, y me deprimí y se me fue la inspiración. Pero después me fui acordando de a poquito y me puse mejor porque lo hice mas bonito! Jajajaj

Y sinceramente, subí los capítulos el viernes, pero hoy cuando me metí de vuelta a Wattpad me salía ERROR! Si, así que acá esta el primero de los tres. Esto NO es una maratón. Solo son los capítulos que les debía. 

Bien, como habrán visto Totusss, la organizadora de #TFAwards2016, ha dado su opinión sobre este Fanfic. Gracias! Me ha servido mucho para corregirme a mi misma. También agradezco la paciencia que supieron tener todas por este capitulo miserable, pero ya vienen dos mas. 

Las aprecio muchísimo, en serio, no dejen de votar y comentar, que son lo que cambia mi inspiración.

Nos vemos en el siguiente capitulo!

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora