82. Culpables.

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NARRA GUIDO

Ema me pidió que saliera de la habitación. No podía siquiera concebir la idea de que quien rodeara su cuerpo esta noche, fuera ese rubio infame.

Me dispuse a buscar mis maletas, pero sólo encontré la ropa de Eugenia, y algo que parecía la ropa de David. Entre sus cosas, encontré un frasco de líquido transparente. Como dicen: la curiosidad mato al gato.

Acerqué mi naríz bruscamente y abosorbí el aroma del frasco, automáticamente me maree.

Intenté pararme lentamente porque perdía el equilibrio. La situación fue graciosa, pero por suerte nadie me vió.

Tomé el frasco y deje las maletas como estaban, Paula se equivocó de habitación al dejarlas aquí, pero por algo fué...

- Ema... - Dije susurrandole a la puerta de su habitación

- Estoy... cambiandome Guido - Dijo con una voz extraña, así que entre igual.

La vi recostada, tapándose la cara con una almohada y eso me asustó.

- ¿Qué haces? - Le dije tratando de ver su rostro

- Nada, creo que tengo alergia - Procedió a sacarse el almohadón de la cara para dejarme ver unos ojos achinadosy rojos. La abracé fugazmente porque sabía que eso no era alergia.

- ¿Porque lloras? - Pregunté. Ema negó con la cabeza mientras reía para evitar más lágrimas

- No se, ni siquiera se que es lo que tengo. Sólo se que estoy cansada de este show, cansada de todo lo que no es real...

El corazón me latía como si hubiera corrido una maratón, y seguramente mi expresión me delataba.

NARRA EMA

Guido había entrado en la habitación, ¡y yo no podía parar de llorar!

Todo todo lo que hacía me recordaba a él, y el hecho de que se fuera sin más me dolió, porque al menos esperaba que se quedara igual.

Pero volvió. Y una pequeña llama de esperanza me decía que sus sentimientos por mí seguían ahí.

Debía decirle, debía hacerle entender que David era muy bueno, pero que simplemente no era él.

Cuando pronuncié esas palabras sus ojos se abrieron iluminando la habitación y una muy disimulada sonrisa me hizo reír un poquito.

- ¿Que significa eso? ¿Que tiene que ver con vos el show? - Dijo el, con una inocencia fingida - En realidad entre a mí habitación y vi que Paula se equivocó de maletas. Las mías están acá, pero al descubrir que las maletas no eran las mías, también descubrí que David tenía esto - Señaló un pequeño frasco transparente como el que usamos en el hospital.

Tomé el frasco y acerque mi naríz sutilmente, por las dudas ya que uno nunca sabe.

- Esto es Cloroformo, ¿Estas seguro que eran las maletas de David?

- A menos que Eugenia use boxers de Bob Esponja, creo que si son las maletas de él - Dijo el sonriendo.

- Creo que sabes perfectamente que clase de ropa interior usa Eugenia - Dije con una sonrisa provocadora. Guido miró hacia abajo rascándose la nuca. Paula me había contado de donde venía la marca que el rubio tenía en el cuello.

Pero me hacía sentir menos culpable de lo que yo había hecho con David.

- Ema... Yo... No fue nada, incluso le dije tu nombre y en realid... - Dijo antes de que lo callara sonriendo culpablemente...

- Guido, no tenes que explicarme tu intimidad... Yo entiendo que ya no estabas conmigo - El me miró atónito, pero luego entrecerro los ojos de manera inquisitiva y me miró fijo.

- ¿Qué pasó entre David y vos? - Dijo con una extraña voz. Ups...

NARRA GUIDO

Ema no era tan inocente después de todo. Se me partió el alma, el corazón, cada hueso de mí cuerpo temblaba.

- Fue la emoción del momento, no se que me pasó pero en realidad... Me arrepiento un poco de haberlo hecho con David...

No podía mirarla, me sentía traicionado, ¡pero no tenía derecho a decirle nada!
Ema me agarró del brazo y me tomo de la cara para que la mirara.

- Guido... No fue nada, no fue nada comparado con vos. No significó nada porque... Yo no lo amo a él.

Mi corazón se tambaleaba. Todo esto era mucha información para procesar, muchos sentimientos que dejar fluir y los ojos expectantes de Ema no me dejaban pensar.

Me paré y me dirigí a la puerta.

NARRA EMA

Me temblaba todo el cuerpo. Guido sabía lo que había pasado entre David y yo.

Para mí sorpresa, se levantó bruscamente y se dirigió hacia la puerta.

- Espera, no te vayas - Susurré mientras salía velozmente de la cama. Me acerqué para tomar su brazo pero inesperadamente, el cerró la puerta con llave.

Guido me tomo de la cintura y me alzó para caminar en dirección a la cama. Luego, me beso desesperado, como un beso de reencuentro, como un beso muy esperado.

- Ya no quiero eso - Me dijo entre besos - No quiero a Eugenia, y no soporto verte con ese médico trucho - El rubio intentaba sacarme la parte superior del pijama, y yo en un acto de total impunidad le quite la camisa mal abrochada.

Me tiro a la cama y terminó de desnudarse. Yo hice lo mismo, impaciente por volver a abrazarlo.

Abrió sus ojos y se detuvo.

- Ema, entiendo si de todas maneras no quer... - Lo tomé de los hombros y lo atraje a la cama. Mira si no voy a querer... - Está bien... No me voy a negar tampoco...
Guido se reía de mí repentina reaccion, me beso y se apoyó sobre mí. De ese momento, no hubo vuelta atrás.

Encerrados en la habitación, intentamos no hacer ningún ruido, pero era imposible no gritar con los movimientos exquisitos de Guido.

- Te amo Ema - Dijo inaudiblemnte por su agitación.

- Yo nunca dejé de amarte - Pronuncié entre gemidos.

Sus manos recorrían mi cuerpo y cada roce era increíblemente placentero. Sus besos sólo hacían de esta habitación un caos, y sus caderas cada vez se fusionaban más con mi cuerpo.

Cuando todo culminó, Guido me abrazo y yo me recosté sobre su pecho. Ambos nos miramos cómplices, sabiendo que lo que habíamos hecho estaba mal, pero aún así no sentimos ni un gramo de culpa.

- Creo que esto significa un "disculpa aceptada", ¿o no? - Me dijo acariciando mi pelo.

Sonreí, asentí y lo bese. Guido suspiro aliviado, y una sonrisa enorme apareció en su cara. Sus dedos recorrían mi piel, ayudandome a dormir entre sus brazos. Tenía miedo, pero ya no me importaba nada. Si éramos culpables de amarnos, no importaba durara lo que durara.

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Hola Hola!

HE RESUCITADO, pero en vez de después de 3 días, después de 3 años! Jajajaj, bueno, no es gracioso pero a la vez sí.

Les traigo este capítulo, voy a seguir con la novela porque no podía dejar todo así. Todos merecemos saber que sucederá con este amor soñado.

En fin, voy a actualizar todos los SABADOS. Espero que sigan ahí, verdaderamente extrañaba escribir.

Les recomiendo que relean algunas partes, he corregido algunas expresiones pero nada que le de un giro sin sentido a estos capítulos. Los quiero, mis fieles lectores!

May.

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora