47. Análisis de un hecho escalofriante.

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NARRA EMA

Sentía una voz masculina en mi mente, lejana, como un recuerdo.

De repente, el aire comenzó a faltarme, y unos labios calientes me besaron lentamente. Guido.
Mientras una lágrima caía sobre mi mejilla, atrape su labio inferior entre mis dientes. Podía reconocer cierta falta de esperanza en su voz.

Se separó bruscamente de mi, y con toda la fuerza del mundo intente otra vez que mis ojos se abrieran, y cuando lo logre, allí estaba el. Tan rubio y despeinado como siempre.

Sus ojos se abrieron de una forma brusca, pero tierna y por fin sonrió. Ante la situación, el se petrifico y luego acudió a nuestro reencuentro.

Después grito desesperado - asomando la cabeza al pasillo - que ya había despertado.

Vi a todos correr hacia mi, incluidos Pato y Gastón. Cuando al fin todos terminaron de saludarme, desaparecieron de la habitación como por arte de magia, y Guido fue quien se quedo a cuidarme.

- Asi que Marco se asustó muchísimo y...

- Guido, ¿Vos te das cuenta del peligro que corrieron? ¡Son unos anormales!

- Pero mi amor - Dijo besándome la mano izquierda - Todavía no te conté la parte mas importante, si es que así se puede decir...

Lo mire con una ceja arriba, esperando la información.

- Marco dijo que el no es el cerebro del plan, hay alguien mas detrás de todo esto, y es muy cercano o cercana a vos...

- ¿Que? Para, ¿No planeo todo lo del psicópata?

El negó con la cabeza - Pero seguramente, la sospechosa es la indicada - Agrego.

Eugenia.

Ese nombre me da escalofríos.

- Permiso - Dijo un médico joven - Bienvenida de vuelta Ema ¿Como te sentís?

Le explique al doctor que aún me sentía mareada, pero el me dijo que era normal, luego de tantos días dormida.

- Bueno, vas a pasar la noche acá, en observación y si vemos que todo sigue bien, mañana mismo te vas a casa.

Ambos le agradecimos, yo con una sonrisa y el rubio con un abrazo enorme.

El hombre de la bata blanca se dirigió hacia la puerta impactado y luego de dirigirme una cálida mirada azul, desapareció a través del cristal.

- ¡Te miro! - Dijo Guido - Es obvio, imposible no enamorarse de vos...

Lo mire graciosa y le di un cacheton en el brazo, a lo que el respondió sobándose y con la risa de pavo que tanto me gusta.

Lo extrañaba, pero ya no más.

NARRA PATO

- ¿¡PAULA PODES PARAR? Por el amor de Dios, te lo imploro - Exclamé.

Guido había accedido a prestarle su auto a su cuñadita, a cambio de quedarse con Ema.
Lo que no sabia era que Paula es una amante de la velocidad, y le encanta probar el acelerador, sobre todo el de un Audi.

Hermano querido, si estas leyendo esto, te recomiendo que vayas comprando otras cosas de esas para los frenos.

Paula se reía. Cuty y Mai iban atrás, abrazados como monitos en cautiverio (y con cinturón de seguridad) y yo iba de copiloto, faltando unas curvas mas para arrancarme la trenza.

Llegamos al destino uno: La casa de Mai.

- ¡Quedense un ratito! Llamamos al delivery y pedimos algo para cenar.

- Nosotros nos vamos al departamento de Ema, y ahora, de Guido también. Asi que si vos te queres quedar no hay drama Gastoncito.

Cuty nos sonrió al igual que Mai, y entonces se quedaron a cenar ahi.

Paula les dio un bocinazo y arrancó sin previo aviso, y no es que me diera miedo, simplemente que esta mujer esta loca...

- ¿Tenes miedo Patito? Te noto extraño - Me dijo mientras ponía los cambios y aceleraba con una sonrisa en su cara...

- No, nena, obvio que no. Pero... ¿podrías ir... mas lento?

Ella se rió a carcajadas, mientras descendía la velocidad.

Cuando llegamos al departamento, Paula me dio las llaves del auto y lo estacionamos en el subsuelo.
Entramos al edificio y el señor que estaba de portero, nos recibió amablemente...

- ¿Cómo está la señorita Ema, señor Patricio? - Nos cuestionó Aurelio

- ¿Quiere que le diga? ¡Ema despertó! - Gritó Paula.

Aurelio paso de una sonrisa lastimera a una carcajada, en segundos.

- ¡Yo lo sabia! Ema es una piba fuerte, se lo merece... ¿Guido esta con ella?

- Si Aurelio, se quedó en el hospital. Y no hace falta que me diga 'señor', con que me diga Pato esta todo joya...

Aurelio se rio y me abrazo, la verdad es que Ema se extrañaba mucho.

Paula le sonrió, nos despedimos y subimos.

- ¿Escaleras? - Pregunté

- Seeeee, ya fue - Dijo mi novia

Mientras hacíamos carreritas hasta el 5A, Eugenia se paseaba por el tercer piso y obviamente decidimos esperar.

- Ya se... Te prometo que no me voy a mandar ninguna - Ella caminaba de un lado a otro por el pasillo, mientras nosotros nos escondíamos detrás de la pared - A ver... ella acaba de salir del hospital. Deberías haber aprovechado cuando el estaba vulnerable - Nos miramos entre nosotros para ver que ambos pensáramos lo mismo - ¡No! Ni en pedo, yo no me voy  manchar mi reputación por tus caprichos, si queres hacelo, yo te ayudo desde afuera, para mi, mi venganza se cumplió.

Dicho esto, los tacos de Eugenia resonaron en el mármol, cada vez mas cerca. La comunicación había terminado ahi.

- Bueno, ¿Y entonces que pedimos? - Le pegunte a Pau, para disimular

- Lo que vos quieras, Patito - Dijo; mientras miraba fulminantemente a su 'antigua' rival

- Cuanta melosidad, por Dios... Escuche lo de Ema... - Paula la observó callada - Que pena, yo que creí que podia retomar mi vida con Guido...

- Guido sabe que mi hermana es mucho mejor que una muñeca barata viviente como vos, rubia plástica.

Eugenia abrió la boca y dejo escapar un suspiro ahogado, con los ojos entrecerrados. Paula me agarro del brazo y nos dirigió hacia nuestro piso.

- Lo que faltaba, que esta pelotuda se creyera con el derecho de hablar de mi hermana...

Ella seguía rabiando, mientras yo buscaba algo en la heladera.

Saque dos cervezas chiquitas,  y nos sentamos a ver una película que ella eligió.

- Paula... vos te diste cuenta ¿no?

- ¿De qué? - Preguntó

- Es fácil: Nosotros creíamos que Eugenia estaba detrás de todo esto, ¡pero no! Ella es solo otra pieza del juego - Ella me miro sorprendida - Estaba hablando con alguien mas. Si pudiéramos, de alguna forma conseguir el celular de esta rubia, ¡podríamos averiguar quien es el que esta detrás de todo esto!

La morocha que tenía en frente sonrió, y se tiro encima mio, me beso y nos reímos.
Después de la peli, nos olvidamos un rato de todo, la abrace, y nos dormimos en el sillón. Y puedo asegurar que era el lugar mas cómodo del mundo.

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Pato así .-. como copiloto de Paula

Bien bien. Maldita Eugenia. Se ha delatadooooo.

Bueno, en realidad quiero pedirles perdón y gracias por lo de siempre.
Me quedo sin batería y estoy lejos de caaasa. Los quieroooo. Nos vemos prontooo.

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora