NARRA GUIDO
Ema seguía durmiendo sobre mi brazo. Eran las 9:39 AM, y no sabía si despertarla o no.
Su nuevo trabajo me agradaría mucho mas si no tuviera un nuevo satélite rondando por ahí.
Su pelo estaba esparcido por todo mi brazo, y no podía evitar pensar en el inconveniente que tenia en este momento, aunque ella debía saber que es muy normal.
Sus labios murmuraban algo.
Me acerque a ellos...- ¿Que? - Le dije
- Mmvid... David...
Mi corazón comenzó a provocar una especie de bamboleo que me produjo náuseas. ¿Porque dijo su nombre?
- Ema - Dije moviendo mis manos bruscamente sobre su pequeño cuerpo.
- ¿Eh? ¿Qué pasó? - Dijo volviendo a su lugar, para luego levantarse repentinamente - ¡¿Que hora es?!
Miro el reloj de su mesa de luz, y corrió hasta la lavandería. Cuando volvió me dio mi ropa lista y lavada, junto con los borcegos.
Se vistió fugaz, entro al baño y salio en diez minutos (tiempo récord) y me dijo que me apurara.
- Ya estoy... - Me agarró de la mano, presionó el botón del subsuelo y resistimos juntos por casi un minuto y medio, sin caer en las tentaciones de estar solos.
Corrió al auto y me imploro que la llevará. Por supuesto, accedí, y una sonrisa de maldad entró en mi...
Conduje por diez minutos, ella me resumió lo que hacía por ahora.
- Y yo me encargo de las heridas o diagnósticos no tan importantes. Es decir, si viene un nene con un raspón, o mocos, me encargo yo. Si es mas grave se encarga Eli, la enfermera que te vió ayer.
- ¿Y David? - Pregunté
- David es mi supervisor, si hago algo mal, el lo tiene que reportar al médico encargado del área.
Asentí, luego se me ocurrió una idea, de la cual David era participe.
Llegamos a la puerta del hospital.
- Gracias, otro día hablamos - Me dijo ella. En la puerta de la guardia, estaba parado el rubio ese. La tome del cuello sutilmente, y la bese.
Sus labios esta vez no me correspondían; me dolió, pero no tanto como a David.
Ema me miró petrificada y se bajo dando un portazo.
Me sentí mal. Porque aún la quería, pero no podía tenerla y un lado posesivo que desconocía comenzaba a salir. ¡Que mal!
Por alguna razón, esto me hacía enojar.
Que hago yo, buscando a una chica por todos lados, si con todas las que tengo estoy sobrado.
Ema estaba inmutable, o yo perdí mi toque.
Cuando me iba; vi por el espejo retrovisor la pequeña discordia que había causado para Ema y su nuevo novio.
Ser malo podría ser lo mio, pero lo único que mas quería en ese momento, era tener a Ema conmigo de nuevo.
NARRA EMA
- ¡David! Dejame explicarte - Dije prácticamente gritándole.
Entramos a la guardia y nos metimos al lugar de los lockers.
- ¿Que cosa? ¿Que volviste con el? Ema, a mi no me importa si me lo decís, me molesta que me mientas. Y ocultar es mentir.
- No, pero entendé que yo te quiero a vos. En el poco tiempo que hemos pasado juntos me encariñe bastante. Yo no quise que Guido me besara, lo hizo a propósito.
David se sentó un momento, y yo me puse el guardapolvo.
- ¿Llegaste tarde por esto? - Me preguntó un poco mas calmado.
Asentí. Le conté desde que salí ayer del hospital, hasta que llegue hoy.
Asintió y luego me abrazo.- Ya marque tu entrada, así que nadie se va a dar cuenta de que llegaste tarde. Ahora, entiendo que Guido aún esté en tu vida, ya que probablemente no salga de ella. Pero yo quiero ayudarte a olvidarlo, quiero ser quien comience de nuevo con tus sentimientos. Con un corazón desde cero.
Asentí y me reí. David era demasiado bueno para mi. Sus ojos eran tan profundos como el océano, y me transmitían cierta esperanza.
Me perdonaría todo con tal de estar a mi lado, pero realmente no me gustaría aprovecharme de la situación.
Como siempre, la tarde llegaba; y con ella el ocaso.
El sol en su máximo esplendor de belleza. Realmente era hermoso.
Mi camino a casa era bastante corto en auto, pero caminando no tanto.
El otoño empezaba a hacer efecto sobre la ciudad, y sobre mi.
David se había ofrecido a llevarme, pero necesitaba pensar.
Pensar es algo complicado, nunca se sabe por donde empezar. En lo que a mi respecta, pensar es un enredo, cada pensamiento desemboca en otro. Es como un mar de ideas, arrepentimientos. Estanques y lagunas también, pero luego se evaporan.
Los recuerdos invaden la mente, en los momentos menos oportunos, luego se olvidan, o simplemente vuelan lejos.
Siento como si mi amor con Guido fuera un cliché. De esos que se sabe que vuelve. Aunque no se desee en lo superficial.
El corazón sabe lo que necesita. Y la ciencia no esta en bombear cualquier cantidad de sangre. Esta en entender que no es solo mas que eso, un músculo. Una metáfora. Un órgano del sistema circulatorio.
Pero por tanto, es el mas importante, audaz, y vivo del cuerpo humano.
Y nos hace vivir, y sentir vivos. El secreto está en entender eso, que puede tener dos caras, entre válvulas, se esconde lo mas preciado. El lugar donde se guardan los sentimientos.
Recordar, según Galeano y según la lengua muerta del Latin, viene de Re-cordis: volver a pasar por el corazón.
Es simbólico, el cofre de los sentimientos es el corazón. Aunque el amor se produzca por un intercambio neuroquimico. Existe, es complicado, pero esta.
Y asi es mi amor por el. Se parte, pedacito por pedacito, pero ahí sigue, latiendo y encontrando una nueva forma de unirse.
Y no se olvida tan fácil. Pero prefiero dejarlo ir. Como los árboles en otoño dejan que sus hojas mueran. Y traen nuevas y mas bonitas, mas llenas de vida.
La destrucción es necesaria, la tristeza, y la soledad también.
Newton alguna vez dijo que para evolucionar había que dejar algo atrás.
Y creo que todos sabemos que debemos superar, y seguir adelante. Por el camino del cofre de los sentimientos, el corazón sigue latiendo, y te das cuenta de que todo pasa. Todo.
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Amo reflexionar de una manera mas poetica, mas rebuscada, la historia se enrieda aun mas jajaj, si buscan en algún libro de anatomía o en google van a entender a que me refiero con válvulas. Pero no es necesario para la trama de la historia, esto es mas para los que les gusta la poesía o esas cosillas.
Espero que disfruten, y sigan leyendo. Los adoroooo!
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¿Dónde mueren las promesas?
ФанфикDonde tu risa se desborda, donde brillan las estrellas, donde ya no queda nada... Una verdadera historia de amor entre dos jóvenes contemporáneos. El, una estrella de rock. Ella, una simple joven con grandes expectativas para su vida. Los astros se...