Pato y Gastón volvieron y salimos finalmente de ese lugar...
Nos dirigimos hacia el micro, que estaba estacionado afuera hace ya media hora...
- Dale Guido, bajame, ya llegamos – Supliqué yo
- Todavía no subimos
- No nene – Dije tratando de zafarme de su agarre – Me dijiste que cuando llegáramos me ibas a bajar
- ¡Te vas a caer boluda! Quedate quieta – Exclamó mientras me apretaba las piernas – Además, te dije que te iba a bajar EN el micro – Dijo haciendo énfasis y señalando el piso con los dedos
Gastón subió con mi prima riéndose de mi desgracia (que no era tan desgracia) y Pato le ayudó a mi hermana, ya que estaba un poco ebria. Guido dio la vuelta conmigo sobre su hombro aún para hablar con el chofer.
- Bueno, a ver ¿Dónde vivís?
- No te voy a decir hasta que me bajes
- Bueno – Dijo dando la vuelta – te vas con nosotros de viaje...
- ¡NO NO PARA! – Grité para que volviera. Se detuvo en seco
- Pero si es hermoso viajar – Dijo riendo, siempre molestándome
- Sos un tarado – Le dije la dirección que me pedía y caminamos de vuelta hasta el chofer
- Víctor, nos vas a hacer un enorme favor: vamos a llevar a esta señorita – Dijo, mientras giraba para que saludara al tal Víctor, un hombre de unos cincuenta años. Lo ví y lo saludé con una mano, mientras seguía apoyada sobre la espalda del rubio. – A esta dirección - Se dio la vuelta y le tendió un papel con mi dirección
- Rubio, primero baja a la señorita...?
- ¡Ema! – Grité yo para que me escuchara ya que estaba de espaldas, y trataba de parecer dulce
- A la señorita Ema. La escucho gritar hace rato, ¿no te duelen los brazos ya?
- Pero si no pesa nada, además se lo merece – Dijo. Luego sentí una cachetada en mi nalga derecha
- ¡GUIDO! – Exclamé yo, le di una cachetada en la cara, como pude obviamente
- Gracias Víctor – Dijo cordialmente, mientras se reía por mi reacción. Víctor se rió incomodamente y Guido dio la vuelta al micro (otra vez) para subir finalmente.
- Antes de que subamos, no te voy a bajar porque si – Dijo sin pisar el primer escalón del micro – Hay una condición...
- ¡Pero lo prometiste!
- Pero me olvidé de un detalle
- Aighhhh – Dije suspirando - ¿Cuál?
- Hagamos el intercambio ahora – Se quedó quieto un rato
- Bueno, obvio que sí, pero bajame ahora...
Dicho esto me bajo inmediatamente y se acercó lentamente a mí. Yo como una idiota, saqué su cruz y el tomó mi mano antes de que pudiera sacarla de mi cuello...
- Pero no hablaba de ese intercambio...
- ¿Ah no? – Yo sabía perfectamente de que intercambio hablaba - ¿De cuál? – Pero no podía mas, necesitaba hacerlo, escucharlo de el
- De este... - Guido se acercó rápidamente a mí, haciendo que chocara con el micro, me tomó de la cintura y me beso. Fue un beso lento, pero apasionado, como si lo necesitara hace mucho tiempo. Luego de unos minutos nos separamos. Yo solo miraba el suelo, Guido me tomó de la barbilla y me miró, tenía un espectacular brillo en sus ojos que no veía hace mucho en nadie... Nos quedamos en silencio un rato, hasta que decidió romperlo...
- Bueno señorita, lamento decirle que tenemos que abordar, sino Víctor nos va a dejar acá, y le aseguró que no le gustaría quedarse sola conmigo...
- ¿Qué? ¿Por qué no? – Dije riendo
- Cuando nos quedemos solos y en el medio de la nada, lo vas a averiguar – Dijo levantando las cejas
- Sos bastante más perverso de lo que esperaba – Dije pegándole en el hombro
- Pero puedo ser bastante más caballero de lo que imaginas – Dijo moviendo un dedo índice en el aire – Es más, jamás dejaría que una señorita muy cansada como usted, diera un solo paso mas
Guido terminó la frase y me volvió a cargar como antes, pero esta vez, el llevaba la guitarra colgada
- DALE GUIDO, O TE DEJAMOS ACA, DEJALA SUBIR DE UNA VEZ A LA POBRE CHICA –Gritó Gastón desde las escaleras
- Ahí estamos subiendo papaaa – Este último comentario, hizo que todos explotaran de risa
Subimos las pequeñas escaleras, y me encontré con la agradable sonrisa de Gastón, Paula semi dormida, pero riéndose, Pato levantando una ceja y poniendo su típica sonrisa de matador, y Mai sentada en un sillón y básicamente, sin aire.
- ¿De qué se ríen? – Pregunte yo
Todos reprimieron las carcajadas, y el rubio me miraba sin entender nada, al igual que yo lo miraba a él...
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Aca esta!
Bueno, queria decirles gracias a las chicas que comentan y votan, y a todas en verdad. En serio que me hace sentir muy bien ver que quieren seguir leyendo la novela.
Y eso, no se olviden de votar y comentar. Tambien queria decirles que si llego a los 150 votos (para empezar) voy a hacer una maraton!
Graciasssssss :)
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¿Dónde mueren las promesas?
Fiksi PenggemarDonde tu risa se desborda, donde brillan las estrellas, donde ya no queda nada... Una verdadera historia de amor entre dos jóvenes contemporáneos. El, una estrella de rock. Ella, una simple joven con grandes expectativas para su vida. Los astros se...