NARRA GUIDOEma había soltado mi mano repentinamente, como si me tuviera miedo.
Mi expresión fue de obvia confusión. Luego, el mozo nos interrumpió diciendo que la cena ya estaba lista.
No se que clase de mozos habia contratado Cuty, pero hacían aparecer los platos mas ricos, visualmente, antes conocidos por mi, en el medio de la nada.
- Gracias - Dijo Ema cordialmente
- De nada, señorita - Dijo el amable señor
- Muchas gracias - Dije un poco cortante, mirando a Ema.
Ella observaba como el vino caía ligeramente en su copa, hasta que el mozo paró para pasar a la mía.
Sus ojos me esquivaban y mi corazón se detenía cada vez que cortaba el contacto visual.
Ema comenzó a comer lentamente, luego de colocarse la servilleta sobre su vestido corto.
Después hizo un ruido con la garganta, para cortar con el silencio incomodo y mi intimidante mirada fija.
- ¿Que te pasa, rubio?
- Nada, ¿A vos que te pasa? - Pregunté seco
- Nada..., ¿Por que hiciste esta cena? - Cuestionó mientras me paraba de mi asiento
- No te voy a decir hasta que vos no me cuentes que te pasa - Caminé hasta su silla, y me arrodille ante ella
- Bueno... pero no te enojes ¿Si?
Asentí.
- Ya se lo que me queres decir...
- ¿¡Sí?! - Dije con un mínimo de esperanza en los ojos
- Si... - Dijo ella sorprendida, y algo confundida. Y luego de un largo suspiro, lo soltó - Me vas a pedir un tiempo, o algo así... por la gira.
La mire boquiabierto, ahora entiendo porque había estado cortante conmigo...
- Ema... ¿Cómo vas a creer eso? - Me reí un poco, al ver como levantaba su cabeza y sus ojos se enfocaban en los míos - En realidad, te quiero pedir algo, pero va a ser después del postre.
Ella sonrió un poco, con alguna preocupación encima.
- Pero quiero que si te sentís mal, me lo digas ¿Si? - Ella asintió y me dio un beso cortito - Prometelo
- Lo prometo - Tendió su dedo meñique para enlazarlo con el mio, como modo de garantía. Dicen que si rompes una promesa que hayas sellado con un dedo meñique, el castigo sera horripilante.
- Okay, ahora comamos.
Ema sorbia los fideos cual lombricitas, y yo me reia de sus caras. Mientras que ella limpiaba los restos de salsa en las comisuras de mis labios.
Luego de una enorme cena, tuvimos una fluida charla.
- Si, estamos viendo aún, pero para cada provincia necesitas un permiso especial para ver que el escenario no esté ocupado esos días...
- ¿Y porque se llama Mentira La Verdad? - Me dijo muy curiosa
- Bueno, pareces una verdadera periodista, pero se llama asi porque si te das cuenta, ninguna verdad es totalmente absoluta.
Le explique la teoría de Platón y la alegoria de la cueva, y ella lo entendió perfectamente. A veces me olvidaba de que estaba tratando con la chica cerebrito.
- ¿Y no pensas en tomar algún cargo en un hospital de enseñanza pediátrica?
- Mmmm, si, pero estar con vos, la mudanza, Marco y todo eso me mantuvo mas ocupada de lo que planeaba... pero tengo una propuesta de trabajo en varias clínicas bastante buenas...
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¿Dónde mueren las promesas?
FanfictionDonde tu risa se desborda, donde brillan las estrellas, donde ya no queda nada... Una verdadera historia de amor entre dos jóvenes contemporáneos. El, una estrella de rock. Ella, una simple joven con grandes expectativas para su vida. Los astros se...