36. Mentira La verdad (Parte I)

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NARRA EMA

- Si mami, solo me llevo esto por ahora... Las otras cajas son basura prácticamente – Mamá estaba en el trabajo, mientras los chicos me ayudaban con las cosas – Bueno dale, cuando me haya instalado te aviso mami... un beso!

Salir de mi casa era el primer paso que daría un pajarito para volar libremente.

- Ema, ¿Y estas cajitas las llevo yo? – Dijo Pato mientras abría una caja grande con las cosas de mi habitación.

- Si Pato, porfa– Dije pegándole en las manos y cerrando la caja –
!No las toques!

Pato levanto una mano, y metió la caja en el asiento trasero del auto de los amigos de Gastón.

- Ahora que lo pienso bien, un auto no nos vendría mal – Dijo Guido

- Tenés razón cuñadito, no les vendría mal darle un buen uso al dinero – Esto iba dirigido a Pato, que aunque no pareciera era bastante responsable con sus gastos.

Saludamos a todos, y una vez más me iba solo con Guido, Patricio gritaba ''se cuidan!'' sugiriendo algo indebido, al parecer por la mirada de Paula, que sonreía y saludaba mientras Mai y Gastón ponían los ojos en blanco por ver la situación.

Ambos nos reímos, y una vez listo el camión que llevaba los muebles, nos dirigimos hacia un nuevo destino, sorpresa para mí por cierto: La casa de los padres de Guido.

- ¡¿QUE?!

- Bueno, Ema... tenía que buscar unas cositas y quer...

- Pero me podrías haber avisado... estoy toda llena de tierra y transpirada... - Dije ''ofendida''

- Pero no importa eso enana – Me dijo mientras me abrazaba y me besaba la frente – Solo está mi papá ahora, y si está mi mamá tampoco le importa.

Bajamos del auto, yo sacudiéndome desde el pelo hasta las zapatillas, me ''peine'' un poco y listo. Y Guido, esplendido como siempre, solo se sacudió un poco el pelo y listo.

- ¿Estás bien? – Me preguntó. Simplemente asentí con una sonrisa pequeña. Tenía miedo, iba a conocer a los creadores de esta obra de arte, y según Paula, las suegras son un poco intimidantes...

Guido tocó el timbre y se escuchó una voz detrás de la puerta gritando un ''ya va!''

- Hijo! – Un señor de unos cincuenta y pico de años nos recibió cálidamente - ... Y esta debe ser Ema

El hombre me sonreía. Mire a Guido sorprendida porque su papá sabía de mi existencia, el me miró colorado y ahí supe quien le había brindado información a este hombre.

- Si, mucho gusto...? – Le tendí la mano, pero él la tomo y me besó la mejilla.

- Gastón, como mi hijo mayor, muy original! - Dijo animado. Guido lo abrazó fuerte y se palmearon la espalda.

- Pasen, cerrá la puerta Guidito, ¿Quieren tomar algo? Tengo Limonada, Agua fría, o CocaCola, o té, o mate...

Mientras Gastón nos daba su inventario de bebidas, yo observaba la hermosa casa en que vivían. Se notaba que era antigua, pero con reformas modernas, que le daba un toque magnifico al hogar.

- Dale, ¿Querés mate? – Me preguntó Guido

- Bueno...

- ¿Y mamá? – Preguntó el rubio

- Esta en el Súper, comprando algunas cosas...

Mientras entrabamos en temas interesantes, Gastón sacó un tema más interesante aún...

- Me han hablado maravillas de vos, Ema – Guido solo me miró con una sonrisa de lado - ¿Y desde hace cuánto están de novios?

- En realidad...

- Es que aún estamos saliendo, el me conoce poquito pero como Guido le habrá contado, he vivido con mi hermana, una admiradora de la banda toda la vida, lo que me facilitó mucha información - Dije entre risas...

Hablamos un poco más, ya que el camión estaba afuera, pero Guido interrumpió la charla...

- Ema, ¿me ayudas a buscar unas cajas?

- Si, dale rubio

Guido me llevó escaleras arriba, que culminaban en un pasillo largo con 4 puertas.

- La primera es la de Gastón, la segunda de Pato y mía, y la tercera es de mis papas – Dijo, señalando cada habitación - La del final es el baño, por si queres ir.

Guido estaba un poco distraído, o desconcertado, lo cierto es que hacía de cuenta que no estaba ahí. Me sentía intrusa.

El rubio abrió la puerta de su cuarto. Era grande, ya que también lo compartía con Pato, estaba lleno de posters de bandas legendarias, como ACDC, Led Zeppelin, Nirvana, Metallica, Soda, entre otras.

Encendió la luz, y su pelo brilló, como mi alma cuando lo veía.

Me sonrío y se puso a buscar unas cosas debajo de su cama. Parece que hace mucho no andaba por su territorio...

- Baja esas cajas chiquitas del placard – Dijo mientras sacaba una caja debajo de la cama, lo que provoco que tosiera un poco y dispersara el polvo que había aparecido en el aire.

- Okay, ¿Y de que son?

- Posters, y algunas cosas que tal vez te gustaría conocer

Una vez que terminamos, salimos al oscuro pasillo, y una mano me estiró fuerte del brazo, en consecuencia las cajas que llevaba encima se cayeron al piso. Guido me tomo de la cintura, me aprisiono entre su cuerpo y la pared, y me beso. Admito que siempre ocurre esta escena en lugares raros, pero nunca me voy a cansar de él, ni de sus besos.

Finalmente, me besó la frente – Ya sé que fue raro, pero ya no me aguantaba – Me miro

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora