48. Te amo.

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NARRA GUIDO

Habían pasado dos semanas desde que a Ema le dieron el alta.
Y la verdad, es que no se si ya le pedí que fuéramos novios, pero si fue así, no me importa.
Quiero hacerlo de una manera especial. Ya la conozco suficiente y es una mina de oro, de las que ya no hay.

- Guido, ¿Podes secar el desastre que hiciste en el baño? - Me pregunto con el ceño fruncido.

- Ya voy - Le dije riendo, con la toalla atada a la cintura.

Me acerque y le di un beso en la frente. Ella sonrió un poquito y se fue con una mirada pervertida.

Tome un trapo de piso y seque "mi desastre" mientras pensaba como pedirle a Ema que fuera mi novia oficialmente...

Patricio era muy romántico en ese sentido y también tenía buenas ideas. Podría consultarlo con el...

Una vez que me cambié y desayune con Ema, le dije que iba a ver a Pato.

- Anda tranquilo, ya enseguida viene Mai a comer, así que si queres vení y sino quedate con tu hermano. Mandale saludos a mi hermana también!

- Bueno, dale - Dije dándole un beso fugaz en los labios - ¿Segura que vas a estar bien?

- Si tonto, anda!

Me abrazó fuerte y me despidió con un beso en la mejilla. La mire mientras caminaba hacia la cocina y me fui.

Que linda vista...

Cuando baje, Aurelio me comento que sus nietas estaban emocionadas por conocernos.

- Obvio Aurelio, ¡Traigalas cuando quiera! Aviseme...

- Claro Guido, ¿Cómo no?

Me subí al ascensor y presione el botón que decía "S" por "Subsuelo".

Y allí estaba mi bebé. Ni un solo rasguño, pero Paula me daba miedo igual.

Entonces, Eugenia apareció detrás de las puertas del ascensor.
Su cara seria había pasado a tener una sonrisa enorme y provocadora, mientras batía sus pestañas delante de sus ojos verdes.

- Rubio lindo, ¿Cómo estás?

- Eugenia. Bien. ¿Vos? - Respondí mientras le quitaba el seguro al auto.

- Bien... ¿Ya te vas?

- Si, estoy muy apurado... otro día, hablamos.

- Guido espera... es un poco incómoda esta pregunta, pero ¿podrías llevarme? - Su sonrisa se disminuyo, me imagino la cara de atónito que debió de ver en mi - es que llego muy atrasada, y por ahí no te costaba nada...

- Eugenia, yo no tengo drama en llevarte, pero no hagas ninguna estupidez que perjudique mi relación con Ema.

- Pero si vos no queres, nada va a poder perjudicarlos ¿O si?

- No me refiero a tus provocaciones, me refiero a que no quiero fotos, ni videos, ni audios, ni nada.

- Ay, esta bien... lo prometo.

Luego de que pusiera sus ojos en blanco, me dio la dirección del lugar: a dos cuadras del hotel.

Eugenia no era una mina muy desagradable, pero era una rubia plástica, y no solo por su aspecto, si no también por sus pensamientos.

- Bueno, así que Malena nos llevó al shopping y estuvimos nueve horas adentro ¿Te imaginas? ¡Nueve horas! - Su sonrisa iba al compás de sus gestos - Así que creo que sobrepase el crédito de mi tarjeta y bueno...

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora