NARRA EMA
Guido estaba mirándome fijo, sus manos comenzaron a temblar, y el contacto con su muñeca me decía que su pulso estaba acelerado.
- ¡Guido! ¿Qué te pasa? - Sus ojos empezaron a despedir pequeñas lágrimas.
Y mi corazón se hundió como una piña en mi pecho.
Mis ojos se abrieron, y las mariposas de mi estómago se habían convertido en grillos, que no paraban de raspar sus patitas en mi.
Sabia que algo malo venía, y temía que fuera aquello que sospecho.
- ¿Me podes decir por favor? - Dije rogando en mi interior que no me dijera lo que estoy esperando.
- Ema... - Dijo, y se abalanzo sobre mí y me abrazo tan fuerte que mis costillas me dolieron.
Luego sus manos atraparon rápidamente mi cabeza y besó mis labios apasionadamente.
Estaban salados y sabían a beso de despedida. Sus manos me sostenían cada vez mas fuerte, y sus lágrimas no paraban de caer.
Se separó bruscamente de mi, me miro, junto sus manos y me dijo que nos sentáramos en el sillón.
- Te tengo que decir algo, y ya no aguanto. Esto me viene pasando como hace casi un ... -Dijo tartamuedeando, y en el medio de eso, mi celular sono.
- Espera que Paula me acaba de mandar un mensaje... y tengo que ver algo... - Dije despreocupada mientras mi dedo apretaba el icono de Instagram.
Ya era raro que al iniciar sesión, tuviera notificaciones, pero esta vez el celular casi no andaba de lo trabado que estaba por tantas de ellas.
Guido me miro con los ojos muy abiertos e intento sacarme el celular de nuevo, pero me pare y me aleje de el para que no me impidiera ver algo muy "importante", según Pau.
Las primera foto de mi inicio era una frase, la segunda era de una amiga de la secundaria posando con su novio, y así con las demás.
Entonces aprete el apartado de la lupita, que es "buscar" y salieron miles de imágenes y vídeos.
Mis ojos enfocaron bien, y mis dedos tocaron una foto publicada por una revista muy conocida.
No.
Era imposible.
Mis ojos se abrieron enormes, y mi corazón latía a mil. Mis piernas empezaban a fallar y el oxígeno no entraba totalmente a mis pulmones.
Guido se percató de esto y corrió hasta mi antes de que me volviera totalmente loca.
- ¿Amor, estas bien? ¿Ema? - Su voz se escuchaba lejana y mis ojos esquivaban los suyos, que me buscaban desesperadamente.
- ¿De esto me queres hablar? - Mencione con la garganta helada y un nudo en su interior - Por favor, decime que es mentira, que esta no es Eugenia, prefiero que me digas que es otra mina, si es que hay una buena explicación, pero decime que no es ella...
La foto era de hace tres días, y fue cuando salíamos del cine. Yo me había adelantado con las chicas, y el se había quedado atrás con sus hermanos. Habían tardado mas de la cuenta. Y ahora se porque.
Mi voz al fin se quebró y el nudo se desató, dejando que las lágrimas comenzaran a caer sin retroceso.
Los ojos de Guido imitaron los míos, al igual que su voz con la mía.
- Quería que lo supieras por mi... Ema, esa chica si es Eugenia pero... - Mis oídos comenzaron a producir un sonido muy agudo que bloqueaba cada palabra que Guido emitía.
Baje mas, y encontré otras fotos de hace casi un mes, en las que Eugenia se baja del auto de Guido, en otras sale abrazándolo y finalmente viene la del beso. Eugenia se ve muy contenta. Guido tiene sus manos apoyadas en sus hombros, y ella le aprieta la cara, sin dejarme ver la expresión que tenía.
- Y esa fue la primera y última vez que me beso. Me tomo por sorpresa, pero no me sorprendería saber que esa foto fue idea de ella y los periodistas.
- Guido, ¿hace cuanto que empezaste con esto?
- Te lo dije hace veinte segundos, fue un día que me pidió que la acercara a la casa de un amigo, después bajé a comprar helado, y ahí me dijo que aún me amaba, cosa que por supuesto no creí, y...
Mi mano en el aire lo silenció. Su voz se apago, y mis piernas pesadas, se dirigían a la puerta. Tome las llaves del departamento y me fui sin mirar atrás. Guido gritaba como si me estuviera escapando de la cárcel. Pero obviamente hice oídos sordos y baje. Aurelio se percató de mis lágrimas y no me quería dejar salir. Había una señora bajando de un taxi en la puerta del edificio.
- Solo necesito aire Aurelio es todo, no se preocupe - Le expliqué. El me abrió la puerta, preocupado, ya que mis ojos hinchados no le agradaban mucho.
Los borcegos de Guido resonando en el mármol me dieron la adrenalina necesaria para correr y alcanzar el taxi.
La señora que estaba bajando se hizo a un lado, cerré la puerta y el chófer arrancó en cuanto le di la orden.
Guido había alcanzado a hablar con Aurelio durante este momento y hasta dejó que la señora pasara antes. Sus manos chocaron contra la puerta del taxi, pero ya nos estábamos alejando.
De lejos, vi como se agarraba el pelo, y como se desquitaba con una bolsa en el suelo.
Mi corazón estaba partido en mil millones de pedacitos, pero cada uno de ellos seguía latiendo.
El taxista no me pregunto que me pasaba hasta que vio que me había calmado.
- Mi novio me engaño, con la mujer que mas detesto.
- ¿El sabía eso? - Preguntó mirándome por el espejo retrovisor, yo asentí - Entonces disculpame que te lo diga, pero no sabe lo que perdió. Creo que lo reconozco de algún lado, pero no creo que lo quieran mucho después de eso...
- No... no deje que sus vidas personales le afecten, es parte de una banda con sus hermanos. Sus canciones son espectaculares, y sus hermanos no son así. Son un poco mas maduros...
El señor se rió, y me dijo que todo iba a estar bien. Tenía que hacer una profunda investigación sobre el tema, pero no debía ilusionarme por las dudas.
Y eso ya lo hice hace mucho tiempo, aunque el me odie, yo lo voy a amar con cada pedacito de mi corazón partido.
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Vamo a llorar.
Se que es triste, pero quería recordarles que en los primeros capitulos, en los que Ema conoce a Guido, van a tocar a un boliche y ahi Eugenia le jura una venganza a Ema por haberla "alejado" de Guidito.
Se me partió el corazón al imaginarme al rubio llorando, pero bueno es solo ficción. Jejejjee.
Espero que les haya gustado, voten y comenten que les pareció.
Besos y besas para todos y todas jaja! Adiosss
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¿Dónde mueren las promesas?
FanfictionDonde tu risa se desborda, donde brillan las estrellas, donde ya no queda nada... Una verdadera historia de amor entre dos jóvenes contemporáneos. El, una estrella de rock. Ella, una simple joven con grandes expectativas para su vida. Los astros se...