105. Éclat.

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NARRA EMA

Una vez listos nos dirigimos al aeropuerto. Guido era un excelente conductor, mas allá de que disfrutara mas de la velocidad que de nuestra integridad física.

- Seguro sale en unas horas el siguiente vuelo, así que tranquila... - Dijo mientras miraba su reloj.

- Si, pero si seguís así en cinco minutos llegamos...

Pato y Paula estaban de acuerdo, así que Guido disminuyó la velocidad mientras negaba con su cabeza. Una vez mas, su mano en mi pierna seguía temblorosa. Paula y Patricio iban mas callados que de costumbre, pero imagino que era por los nervios de la gente que nos vería, o no lo sé.

- ¿Trajiste el disfraz? - Le pregunté al rubio, haciendo referencia a la gorra que usa para que no lo reconozcan. El asintió mientras levantaba una gorra verde y un par de lentes con su mano derecha y su vista fija en el frente.

- ¿Que pasó ahora? - Dijo repentinamente Patricio al ver que Guido frenaba de forma brusca.

- No sé, parece que hay un desvío - Paula tomó su celular para avisarle a Gastón de la situación. 

Una persona de rostro muy familiar llevaba un chaleco refractario y en su mano una flecha que indicaba la salida que debíamos tomar. Todos los autos se dirigían al mismo lugar. Exactamente por las mismas calles. O Guido los seguía, o esto era una especie de broma.

Los autos se detuvieron frente a un terreno baldío, y Guido dió la vuelta dirigiéndose al teatro donde habían realizado la ultima prueba de sonido. Estacionó el auto frente al edificio y los dos individuos que nos acompañaban bajaron a la velocidad de la luz del auto.

- Bueno, te voy a decir la verdad. Organizamos una cena sorpresa para vos en el teatro. De paso vamos a hacer una prueba de las guitarras nuevas. Ya que Pato se las encajó a Gastón, espero que las haya traído.

- ¿Que? - Dije atónita - Con razón Paula insistió tanto en el vestido y el maquillaje, y espero que no tarde mucho.

Guido solo me miraba y sonreía de lado.

- Te amo, no quiero que te vayas pero si te vas, espero que sea sabiendo cuanto te voy a extrañar, y cuanto me importas...

Seguía con ese ridículo discurso de despedida que parecía un distanciamiento total.

- Guido, voy a resolver unos temas y vuelvo, además no me va a pasar nada...

- Bueno, vamos bella dama - Vino hacia mi lado obligándome a esperarlo para que pudiera abrir la puerta y parecer mas caballero. Guido deslumbraba solo con una sonrisa.

NARRA GUIDO 

Todo iba de maravilla, pero me temblaba todo el cuerpo. Paula y Pato se adelantaron junto a Gastón y Lucía que llevaban las guitarras. Ema seguía deslumbrante, y yo era una bola de nudos con sweater. 

La idea era que todos entraran por la parte de atrás para que ella no se diera cuenta. 

- ¿Traes todo? - Me preguntó Paula 

- ¡Si nena, salí porque se va a dar cuenta! - Sacudí sus hombros despeinándola un poco

- ¿Sos tonto?, Está con Lucía - Dijo ella mientras se reía - Respira, porque estas pálido...

Llegue a la conclusión de que los nervios no se debían a mi decisión, sino a la de Ema...

Cuando llegamos el lugar estaba vacío, excepto por una mesa preparada frente al escenario. Gastón y Lucía ya tenían sus lugares, y Ema se había sentado a hablar con Patricio mientras Paula se acomodaba por el otro lado... Cuando me acerqué a la mesa noté el signo de interrogación en la cara de Ema.

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora