80. Pequeña frutilla.

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NARRA GUIDO

Ema me sonreía con sus labios y dientes rojos.

Al cabo de dos segundos se dio cuenta y se rió. Era como escuchar la risa del cielo, del bosque y el mar juntas.

Me sentía libre, y me reí con ella. Y me di cuenta de que éramos los únicos dos riendo como estúpidos en la mesa.

Luego ella se calló.

- ¿Porque no te reís? Tu risa es hermosa, y nadie te lo prohíbe - Dije observando a David

- No - Dijo ella sonrojada. Eugenia me tomo de la mano y su nuevo novio me frunció el ceño - Lo qué pasa es que me dio vergüenza...

Yo solo le sonreí. Y el silencio funerario de la mesa resucitó en el momento en que Paula le exclamó un "Y como te decía..." a Patricio.

Todos los murmullos se conectaron nuevamente y mis ojos seguían conectados a Ema.

Mis manos acariciaban unas manos mas calientes que las de costumbre, y eran las de Eugenia.
Ella aún tenia el ceño fruncido cuando la mire. Pero intercambiaba algunas palabras con Mailen, mientras sonrisas de gloria y calculo volaban en el aire.

Mis ojos no podían dejar de admirar una sonrisa mas cálida y frutal, aunque una sonrisa mucho mas brillante y fuertemente protectora se posara a su lado.

David me observaba y yo sonreía gloriosamente, ya que no tenía ningún plan, pero el no lo sabia.

Solo necesitaba destapar el gigante escudo de Fingimiento de Ema para arriesgarme a dar el salto de mi vida.

Y David me iba a ayudar si mostraba cualquier inseguridad ante el amor que supuestamente le tenía la enana.

Se que ellos tal vez se sientan bien juntos, y si tengo que vivir con eso, lo voy a hacer, pero lo que no quiero es vivir con la idea de que Ema tal vez seguía sintiendo algo por mi y no lo vi.

Así que solo voy a hacer saltar unos sentimientos por aquí.

Ema comía frutillas y helado, y David la miraba como si viera a la mismísima Mona Lisa.

Patricio me pateaba la pierna de vez en cuando, cada vez que miraba mal a la competencia.

En realidad era una situación cómica.

Luego del postre, algunos nos fuimos al patio, y otros se quedaron en el sillón hablando.

Ema, David, Pato y yo estábamos afuera.

Mientras que Mai, Gastón, Eugenia y Paula seguían adentro.

Yo ya me había sacado el traje porque nada que ver y ya estaba cagado de calor.

Pato igual, pero Cuty era mas correcto y permanecía con el saco así hicieran 40 grados.

Y por que estábamos cerca de esa temperatura, mi hermano pelilargo aprovecho para sacar unas cervezas del freezer y ponerlas en una mesita, cerca de la pileta.

Todos tomamos una botellita, y brindamos por la gira.

Paula grito desde el interior de la casa que alguien la socorriera, pero como Ema la conoce, supo que era para limpiar o lavar algo, así que solo negó con la cabeza y entró.

- Me alegro de que puedas acompañarnos, David. - Dijo Pato - Ema nos comento lo largas que son tus guardias en el hospital.

- Si, yo vine porque realmente me gusta su música... pero más por la enana, ella me lo pidió,  y creo que nadie se puede resistir a esas peticiones, ¿O si? - Dijo mientras le daba un sorbo a su botellita...

Yo solo asentí y Pato se reía irónicamente.

La noche estaba bajo un manto de tensión muy palpable, y eso no estaba bien. Así que en ese momento, tome una decisión crucial:

Por conclusión, Ema había invitado a David a la gira, y por algo seria.

Ella simplemente no se mostraba como yo me lo esperaba, y eso me hacía decaer un poco mas.

Pero una vocecita en mi interior decía "Ánimo Guido!, solo es cuestión de sacarte la venda que alguien te ató".

Tal vez la voz tenia razón, pero por esa noche al menos, preferí mantenerme alejado. Tal vez pueda mirar la situación desde otro punto de vista.

Me levante de la reposera, y me fui adentro. Me senté junto a Eugenia y ella me dio la mano. Algo en mi pecho no estaba bien. Y unas rotundas lágrimas quisieron aparecer en mis ojos. Pero las evite.

No era así como planeaba empezar la gira, no era de esta forma y tampoco de la mano de esta persona.

- Che, me parece que me voy a ir a dormir, me siento mas cansado de lo normal - Dije con una falsa risa.

- ¿Estas cansado? ¿Vos?, recién son la una Guido... te vas a perder los jueguitos... - Dijo Mai, incitándome a quedarme con su cara picaresca.

- No me quedan mas energías Mai... mañana será un nuevo día - Les dije. Me paré y les di un beso en el pelo a Cuty, a Mai y a Eugenia.

Paula termino de lavar el último plato y vino corriendo hacia mi.

- ¿Te muestro la habitación? - Me dijo con las manos húmedas

- Si, reina. ¿Y tu hermana? Saludé a todos menos a ella.

- Dijo que se iba a cambiar, para estar más cómoda. Debe estar en mi habitación.

- Bueno, saludala de mi parte... Hasta mañana loca - Le dije, y me dio un beso en la mejilla. Ella se fue por el pasillo y yo estaba por entrar en su habitación.

Me cruce a su puerta, y la abrí.

Ema no estaba allí. Y no había mas que ropa de Patricio en el piso.

Así que volví a mi habitación, entre, me senté en la cama y me saque los zapatos.

Mis maletas estaban junto a las de Eugenia en el pequeño vestidor de la habitación; según Paula.

Así que, luego de quedarme únicamente en boxers (porque así se siente mi paraíso) entré al vestidor, y busqué una remera entre mi ropa.

Y cuando la encontré, vi a una chica, en ropa interior, de espaldas al final del pequeño cuartito.

Estaba descolgando un pijama de osos de una percha. Y no se había percatado de mi presencia.

La conocía muy bien. Y un pequeño huracán de alegría revolvió mi corazón.

Así que me quede ahí, admirándola unos segundos mas.

Su pelo se movió bruscamente, al compás de su cuerpo girando.

Y se detuvo abruptamente, cuando me vio en "su vestidor", en boxers, y riéndome.

Sus ojos se hicieron grandes como nueces, y sus manos fueron directo a tapar sus pechos, que envueltos entre encaje negro se veían mas irresistibles.

Yo solo le dedique mi sonrisa.

Y seguí admirando a esa chica, pequeña frutilla de postre.

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Hola holaaaa....
Como estan??
Les traigo el siguiente capítulo. Disfrútenlo, y si tienen comentarios no duden en dejarlos.
Los adoro con mi black soul.
Adiosssss

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora