39. Kalashnikov (Parte I) (M 2/5)

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NARRA GUIDO

- Gracias Ale – Le dije al hombre bajito que descendió de tal nave...

- De nada, Guidito. Siempre que quieras estamos a tu disposición.

Saludó a Ema, y con su traje negro impecable se dió media vuelta y se fue.

- Guido... ¿Qué es esto? – Me preguntó atónita

- Un auto nena...

- Ya se, y no es cualquier auto...

– Un autazo para ser precisos... y es mío... – Su sonrisa se hizo más grande aún, parece que le encantan los autos, pero este es su favorito.

- ¡Ay! ¡Felicidades! Es hermoso, estoy muy feliz – Dijo, sin darse cuenta de que ya lo sabía.

- ...Y tuyo también... – Sus mejillas se enriquecieron.

- Nononono, ni en pedo. Es solo tuyo, no, no lo voy a aceptar...

- Pero quiero que sea de ambos, ¿Vos sabes manejar no?

- Un poco... pero no... es que...

- ¡Confio en que no lo vas a chocar!– Se rió muy fuerte, y me cuestionó para saber si leía la mente o que. Ema se puso muy contenta, y aunque me dijo que no lo aceptaba, sabía que se moría por probar este bebé...

Le abrí la puerta del acompañante y prácticamente saltó al interior del Audi. Lo rodee, y me subí en el. Tenía olor a perfección, y su aspecto también lo favorecía.

Introduje las llaves en la ranura de arranque y sentí como el motor se encendía, con tal energía que apreté el acelerador y tuve que frenar para no salir de golpe. Ema se reía y puso música desde su celular, Lana del Rey, un poco oscura. Pero a ella le encantaba.

En todo el viaje hacía su antigua casa llegamos a las ocho pasadas, aunque no fuera tan lejos.

Toqué la bocina y nadie salía, así que volví a hacerlo y solo así salieron.

Primero vi a Paula con una sonrisa enorme, supuse que Pato no había llegado porque al instante su cara paso a seria, apague el motor y ayude a Ema a bajar.

- ¿Y esto? – Dijo Pau señalando con el dedo y con su cara seria

- Un auto – Respondí mientras lo aseguraba

Cuando cayó en cuenta de que era mío salto mucho y me abrazo fuerte. Sus padres (mis suegros) salieron de la casa por el griterío de sus hijas y me abrazaron al darse cuenta de mi nueva adquisición.

Minutos más tarde, un tipo de pelo largo parecido a mi hermano bajo con Cuty de un taxi. A medida que se acercaba me di cuenta de que era Patricio con la cara deformada por el auto. Todos nos felicitaron, ya que era de ambos.

Una vez que toda la emoción paso, tipo diez y media, subimos al auto.

- ¿Y Mai? – Pregunté

- Dijo que nos veía en el boliche – Explicó Gastón sonriendo

- Y si, con todo esto del acercamiento de sus papás – Dijo Paula, en un susurro – Los debe querer disfrutar al máximo, mientras están juntos y sin pelearse.

Paula nos explicaba que Mai en su interior siempre fue una nena con el corazón roto desde el divorcio de sus papás, y por más que tuviera dieciocho le había costado mucho adaptarse a la vida que llevaba su mamá, después de vivir tanto tiempo así.

- Bueno, pero ahora está bien – Dijo Pato – Es decir, ella tiene dieciocho y puede hacer lo que se le cante...

- Si obvio, pero decidió seguir con tío Guille, y por ahí ve a la tía Susi.

Cuando llegamos al restaurante, estacione el auto mientras los demás entraban a ocupar la mesa reservada.

Nos reímos un rato, hasta llegar al postre, y sí la cereza llegó con el también.

- Este es un recado que dejaron para usted – El mesero se acercó a Ema y le tendió una pequeña tarjeta con una flor violeta horrible...

Ella leyó la nota en voz alta, la cual decía:

''Te veo esta noche, cuida a tu novio. Kalashnikov.

– M''

Ema miró con desprecio la flor y no le dio importancia alguna a la carta, así que la hizo un bollo y la guardó en su cartera para que no estorbara.

- ¿Kalashnikov? – Pregunto Cuty - ¿Cómo nuestra canción?

- Si... no entendí que habrá querido decir – Dije – Tal vez quiso demostrar que sabe algo de nuestras canciones...

Reímos ante mi comentario y Paula propuso un brindis por la repentina valentía de su hermana, así que todos brindamos por eso...

-¡Salud!

Cuando la velada termino, decidimos dirigirnos a ''La Cueva'', el boliche privado favorito de Pato. Como Gastón tiene un idealismo socialista muy copado no le gustaban estos lugares, pero como Mai si venía no le importó nada.

- ¿Nombres? – Pregunto el guardia con una lista en la mano. Había muchas personas en la fila, detrás de una cinta gruesa roja, y al descubrir nuestra presencia muchos gritaron.

- Pato, – Dijo exclamó señalando la lista – Gastón y Guido Sardelli...

- Ya se – Le dijo el tipo riéndose - ¿Airbag, no?... pero me refería a las acompañantes

- Aaaa, son Ema y Paula Ciaretti... - Gastón estaba a punto de decirle al tipo que Mai ya llegaba, cuando volteamos y la vimos.

- ¡Mai! – Dijo Cuty

- ¡Hola bebe! – Dijo dándole un beso a Cuty – Hola chicos...

Mientras Mai saludaba, Pato nos iba diciendo que entráramos.

Como siempre, el no iba a bailar sino a pasarla muy bien, con mi cuñadita. Cuty y Mai estaban en la barra hablando de alguna cosa, y yo estaba esperando que Ema dejara de mirar al techo para que se diera cuenta de que quería ir a bailar.

Sentí que alguien me agarraba de la mano, era Mai.

- ¡Ey nena! Tanto tiempo –Le dije mientras me llevaba a la pista de baile

- Si rubio, la verdad... ¿Qué han hecho?

- Y nada, yo ya me mude con tu prima y apareció este tipo de nuevo. Pero si a Ema no le importa, a mi mucho menos... estoy feliz por ella – Le explique mientras me daba una sonrisa de lado - ¿Y vos que has hecho? Cuty me conto lo de tus viejos...

- ¿Ah sí?, no nada, yo también estoy feliz por Ema. Debería ser horrible que un tipo te ande persiguiendo todo el tiempo – No sabía si lo decía por mi o por Marco – En cuanto a mi, estoy mejor, siempre quise ver a mis papas tranquilos...

Y mientras ella me hablaba, veía como Gastón se acercaba con la enana hacia nosotros. Ema tenía un cuerpo excepcional, y se le marcaba mas con ese vestido en blanco, ella venía con una sonrisa que dejaba en bancarrota la iluminación de la ciudad.

Gastón me cedió su mano, y Mai se abalanzó sobre mi hermano. Ema mientras tanto venía hacia mí. Me agarro de la mano y nos pusimos a bailar. Descubrí que al momento no lo hace la canción, si no la persona con la que estas. Y ese recuerdo me lo iba a guardar para siempre.

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Aghhh, extrañaba esta inspiración!

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora