46. Como en un cuento de hadas.

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NARRA GUIDO

Paula quería aprender a manejar, pero obvio que no le iba a prestar mi bebé recién adquirido a mi demoníaca pequeña cuñada.

- ¡Dale Guido! – Me dijo saltando por todos lados – ¿Porfi? Es solo para ver cómo anda, es hermoso...

- No Paula, estas loquita...

Me subi corriendo al asiento del piloto, y ella le gano el asiento de copiloto a Cuty. Cerró con tanta fuerza que no pude evitar mirarla con los ojos muy abiertos. Ella me sonrió como psicópata, y después miró a Patricio, que la apañaba con una mirada cómplice. Encendí el motor, con Cuty como ultimo pasajero a bordo y partimos hacia el hospital.

Cuando llegamos al hospital, Paula descendió con los brazos cruzados y con el cuello bien en alto. Pato corrió tras ella y la abrazo por detrás, mientras le daba besitos en el cuello. Que amor el de los tortolos... Diagh!

Ingresamos al hospital, y yo me puse el distintivo que me había dado la enfermera unos días antes.

- ¡Mami! ¿Cómo estás? – Le pregunto Pau a Claudia

- Bien, hija. ¿Ustedes? ¿Qué han hecho en este tiempo libre?

- Nada Claudia, despejarnos un poquito... - Dije yo, rascándome la nuca

- O cocinando – Dijo Pau con una mirada insinuante...

-¿La familia de Ema? – Preguntó un doctor joven. Todos levantamos la mano. – Ya pueden pasar, y de a uno por favor...

Nos reímos ante la situación y dejamos que Claudia pasara antes que todos, así que fuimos a tomar un café a la sala de espera...

- ¿A dónde fuiste anoche? – Le preguntó Pau a patricio, en un tono amenazador. Pato nos miro si saber que decir, Cuty y yo asentimos como dándole permiso para que hablara.

- Emmm, mira. Va a ser un poco raro lo que te voy a contar, pero fue todo por tu hermana, así que no te enojes – Paula abrió los ojos mas de lo normal, cómo dejando en claro sus miedos – Fuimos a ver a Marco.

La cara de relajación en la cara de mi cuñadita era evidente. Patricio empezó por el principio de ese loco plan, le contó absolutamente cada detalle, y ella le peguntaba emocionada. Hasta que menciono lo que Marco había soltado.

- Pero no sabemos quién puede ser, por ahí vos si...

- ¿Y Eugenia? – Pregunto ella. Todos nos miramos serios – Antes era súper amiga de mi hermana, después nos dimos cuenta de lo zorra que era.

- Mmm, pero dijo que era muy cercana actualmente...

- ¿Y específico si es cercana en cuanto relaciones o en cuanto a espacio?, porque Eugenia es la peor enemiga de mi hermana pero vive en el quinto piso, y considero eso bastante cercano...

Nos pusimos a pensar, y claro!

Teníamos nuestras dudas, pero podríamos espiarla y ver que pasa en estos días, total no perdíamos nada...

Paso una hora desde que Claudia había entrado a ver a su hija. Claro que tenia hasta mas derecho que Antonio, por decirlo así, pero yo soy tan impaciente que no podía esperar tanto.

- ¿Y si vamos a ver que paso? - Propuse.

- Bueno, es una gran idea. Mi mamá no vino a buscarnos nunca.

Recogimos los vasitos de la mesa y los tiramos a un tachito que estaba justo a la salida del buffet.

Caminamos por un pasillo hasta llegar al ascensor. Subimos al tercer piso, en donde Ema estaba internada.

- ¡Chicos! - Era Mai, con una sonrisa enorme al ver a Cuty.

- ¡Mai! Te extrañe muchísimo

Mai hizo un saludo general a todos y se alejo de la mano de mi hermano. Nosotros seguimos el rumbo, seguido de un "¡Los alcanzamos!" de la parejita feliz. De nuevo, diagh!!

Cuando llegamos, Antonio había suplantado a Claudia.

- No se ha despertado... desde que se fueron - Dijo su mamá con lágrimas en los ojos.

Los padres de Mai se habían ido, pero ella seguía acá. Paula abrazo a su mamá y su prima la miraba con ojos tristes, pero llenos de esperanza...

- Ema se va a despertar, seguramente lo va hacer. Y no le den tanta bola a las probabilidades, son solo números - Paula le agarro la mano en forma de agradecimiento, y mientras le apoyaba la mano en el hombro a su tía.

Antonio salió palmeandome la espalda, y los chicos simplemente se quedaron en una orilla. Mai me sonrió lastimeramente, y yo le correspondí.

- Bueno, entra vos Guido - Me dijo Paula, dándome un empujoncito.

- ¿Estas loca? Es tu hermana nena, dale anda...

- ¿Y eso que tiene que ver? - Me dijo con una ceja arriba - Se que te quiere mas a vos que a mi... Ademas me prometiste que yo iba a manejar de vuelta al departamento, asi que te lo compenso - Al ver la sonrisa sinica de Paula no me quedo mas que levantar una ceja y abrir los ojos bien grandes, era mi auto, pero Ema valia cien mil millones mas que toda la tierra.

Le dedique una sonrisa de "venganza" y ella giro la punta de su pie sobre si mismo, con las manos detrás de la espalda.

Me dirigí hacia la puerta de vidrio y la empuje vagamente. Ver a Ema en una vidriera, una jaula de cristal, me deprimía muchísimo.

Me acerque a la camilla y a la única máquina que acompañaba el frágil cuerpo de mi Ema.

Sus pulmones subían y bajaban, y su corazón latía perfectamente, pero sus ojos se mantenían cerrados, aun así cuando le acariciaba la piel, o aunque le dijera cuanto la quería al oído.

Decidí contarle todo lo que no le había contado. Siempre hablaba con ella, y siempre le hacía algún chiste pesado porque mis esperanzas de que se hiciera la dormida durante este tiempo, eran altas.

Le conté sobre lo que había hecho con Marco; y lo que el había dicho también.

Le dije que Paula estaba chantajeandome por el auto, y me reí un poco, pero al ver que sus labios permanecían inmóviles, mis esperanzas se desvanecieron. Y mis lágrimas cayeron con toda la sinceridad y tristeza que pude haber retenido.

Aparte la pequeña máscara que cubría su nariz y sus labios, y la bese delicadamente, y cuando mi ultima lágrima cayó sobre su mejilla, sentí como sus dientes atrapaban mi labio inferior.

¿Fue de verdad?

Me aparte bruscamente, ya que mi mente me había jugado una mala pasada.

- Te quiero - Le susurre al oído

Me encamine a la puerta, y me seque los ojos, nadie tenia que verme así.

- Yo también, rubio...

Mis ojos se abrieron bruscamente, gire sobre mis pies, y allí estaba. Ema. Despierta.

Sus ojos color miel habían vuelto, y la luz que desprendían inundaba mi corazón.
Estaba en shock, y me encantaba que se riera. Aunque fuera débil, era una sonrisa con mas intensidad que un lucero. 

Al fin mi bella durmiente se despertó.
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Hola hola! Si, ya se que falta una hora para que sea viernes, pero en serio no me aguantoooo!

¿Que les pareció este capítulo?
Fue como en las pelis de disney, jajajaj.

Bien, también pasaba para comentarles que, a los que vieron el aviso de la semana pasada, gracias por leer y comentar mi historia corta "la chica del vestido azul".
Lamentablemente no gane el concurso, pero me puso muy feliz que les haya gustado.

En fin, para terminar; el viernes pasado les dije que iba a revelar otro "dato" de mi, y es simplemente si quieren seguirme en instagram (es agustinachiconi) para conocernos mejor *lunita pervertida* jajajaja. Pero simplemente es para eso, siento que asi somos mas cercanos y bueno, eso.

Gracias por estar ahi siempre, nos vemos el viernes,  los adoroooooo! ♡

¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora