41. Doctora. (M 4/5)

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NARRA GUIDO

Después de que les contamos toda la historia de Marco a los padres de Ema, y después de comernos tremendo sermón y gritos por no avisar de la situación, la mamá de Ema me abrazó...

- Guidito... no llores, no es tu culpa. Me podrías haber dicho, pero eso no quiere decir que esto se iba a evitar. Sé que me querías decir, y sé que Ema es muy terca, pero estando acá me demostraba cuanto la queres. No te preocupes, ya esta...

- ¡DOCTORA! - Gritó Mai - ¿Cómo esta Ema? ¿Se murió? - Pregunto llorando, por lo que todos miramos raro...

- ¿Los padres de Ema Ciaretti? - Dijo la mujer entrada en años y afilada por la medicina.

- Somos nosotros - Dijo firme Antonio

- Bueno, señor Ciaretti, su hija recibió el impacto de un arma de fuego en la madrugada de hoy. Fue en el torso, en el cuadrante superior izquierdo, por lo tanto... tiene suerte de estar viva.

Todos respiramos aliviados, y mi corazón volvía a latir normalmente...

- Pero... el fusil ingreso 4 cm sobre el corazón, y a 1 cm de la arteria aorta. No tuvo hemorragias internas, ya que no toco la arteria, pero tuvimos que operar de urgencia por la fractura de una de sus costillas, su hija vive, tiene mucho que agradecer - Dijo señalando al cielo.

- ¿Podemos verla? - Pregunto Pato

- Si, pero aún no se despierta. No se preocupen si no lo hace, puede ser así hasta un mes más incluso...

La doctora saludo cordialmente a sus padres y nos llevo hacia la sala de terapia intensiva.

Me dejaron entrar primero a la sala donde estaba Ema.

Se encontraba en una cama, conectada a dos tubos grandes. Nada anormal, según el médico. No entiendo cómo le puede gustar la medicina a esta chica.

Me senté a su lado. Estaba pálida como una hoja de papel, y sus labios rojos ahora eran rosados pastel. Su piel estaba fría y su torso estaba enredado en una pulcra venda blanca, no pude evitar llorar.

Cuando salí los padres de Mailen habían llegado, y todos querían entrar, así que tuvimos otro largo rato de espera.

Cuando el tiempo de visita culminó, la doctora nos dijo que alguien se podía quedar...

- Yo... Yo me quedo, por favor.

Nadie me lo negó. Así que me despedí de los padres de Ema, de sus tíos y de Mai. El resto me siguió.

- ¿A dónde vas? - Me preguntó Paula

- Al departamento, vos te podes quedar a cuidarlo, y Pato te puede hacer compañía. Pero nada de usar la cama ¿Eh? - Todos rieron ante el comentario, y ellos aceptaron quedarse en el, aunque dudo que respeten las condiciones.

La alarma del auto se desactivó a través del botón que presione en el control de seguridad. Era algo súper nuevo para mí.

Cuando entramos Paula quiso ir adelante como una nena chiquita, lo que me recordó a Ema el día anterior al ver el auto por primera vez. No me negué.

Llegamos al edificio, y Paula subió corriendo a buscar la ropa de Ema. Se tardó mucho asi que fui a buscarla...

- Eh, Guido, ¿Otra vez nos cruzamos? - Ay no.

- Si Eugenia, que casualidad ¿no?... Che, estoy apurado. ¡Después hablamos!

Ella solo me sonrió y levantó una mano en el aire, después se puso los lentes de sol, y se dio media vuelta, llevándose toda esa mata de pelo rubio con ella. Obvio que el mío era mucho más lindo.

Paula estaba buscando la ropa interior de Ema cuando entré en la habitación.

- Guido, que pervertido - Me dijo riendo.

Yo también reí, ella era graciosa como su hermana, pero Ema era tierna, y ella era el mismísimo demonio, según Pato.

- ¿Qué más? - Pregunté.

- Mmmm, creo que nada mas - Dijo sonriendo

- Che Pau, ¿Te acordas de Eugenia vos?

- Obvio, las zorras se me quedan grabadas acá - Dijo señalándose la frente.

- Bueno... Ema no sabe, pero ella vive en el tercer o cuarto piso de este edificio.

- ¿¡Cómo sabes?! - Me pregunto atónita

- Me la cruce el otro día y recién en el camino. Obviamente no me importa ella, pero te digo para que no hayan malos entendidos después.

- No Guido, obvio. Igual, gracias por decirme... ¿Vos no vas a llevar algo? - Cierto.

Cuando ella termino de armar la maleta, y yo mi mochila, vimos a Cuty apoyado en el auto y a Pato en el vestíbulo...

- Acá están, acabo de ver a Eugenia bajando del ascensor. Obvio que me pregunto por el auto, y le dije que era tuyo a la muy interesada... Pau... - Dijo abrazándola. Pato era experto en soltar mucha información de golpe - Creí que me habías cambiado por este teñido...

Paula lo abrazó y le dio muchos besos en el cachete, mientras yo rodaba los ojos por la idea que había tenido.

Cuty también se iba a quedar en el departamento, ya que Paula insistió. Así que quedamos en que ellos me llevaban y después buscaban sus bolsos para pasar los días en el departamento de Ema.

Cuando llegamos al hospital, la enfermera me dio un pase, con mi nombre, y la frase ''Visitante Temporal'' inscripta en el.

Ingrese a la sala, y la misma mujer me indico un ropero para acomodar nuestras cosas. Ema seguía intacta y helada, pero aún así se veía perfecta.

En una esquina había un televisor, así que me puse a buscar cosas interesantes, como una peli de acción o un documental de tiburones, pero en cambio encontré los noticieros, y en todos pasaban la misma...

''Este sábado, cerca de las 4 AM, ocurrió un terrible hecho en uno de los boliches privados mas... - Ciertamente, era el boliche en donde estuvimos - ...un individuo sin registrarse, según la seguridad del lugar, ingresó a la fuerza con un arma Kalashnikov, de origen Ruso, en el establecimiento. El individuo abrió fuego con más de 200 personas presentes. Los heridos solamente y por suerte, fueron dos, uno de ellos es un hombre de 35 años. La otra víctima es Ema Ciaretti de 23 años, novia de uno de los integrantes de la famosa banda de rock argentina Airbag, que se encontraba presente esa terrorífica noche... - Si, ahí entro yo - ...Guido Sardelli, quién resulta ser la presa de este furtivo cazador en la jungla de cemento. No se sabe porque, pero esta información vino desde una fuente anónima, y esperamos que esto no sea más que un malentendido. Por otro lado...''

Si, la puta madre. Ahora este tipo nos quería cagar a los tres. Ema seguía dormida, y por más que le hablara no abría los ojos. Pero los médicos dijeron que igual me escuchaba, así que nunca me iba a cansar de decirle cuanto la amaba, ni aunque me tomara toda la vida lograr que mis ojos volvieran a ver ese color miel.

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¿Dónde mueren las promesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora