"Conversación WhatsApp "
ANGELA
¿Vamos juntos?¿A la gala?
Xavier
¿Hola?
"Fin de la conversación "
ANGELA
La suite del hotel estaba vacía cuando volví, y Xavier no respondía a mis mensajes. Me preparé en mi habitación, sola, pensando que cuando terminara, Xavier habría vuelto de donde estuviera.
Sabía que tenía amigos en París, que tenía negocios que hacer, pero no esperaba que me abandonara por completo nada más llegar.
Vamos, Angela, me reprendí a mí misma. Por supuesto Xavier Knight te abandonó.
Me puse el vestido y me miré en el espejo. Incluso después de la ducha caliente que me había dado, seguía sin sentir que me mereciera que esa tela me cubriera.
Cerré los ojos e intenté volver a sentir las sensaciones que había tenido la primera vez que me vi con el vestido en el espejo. En la tienda, en el enorme probador, con la elegante vendedora jadeando en señal de aprobación.
Me había sentido digna entonces.
Me coloque el pelo hacia delante cubriéndome los hombros, y contemplé cómo mis suaves ondas naturales caían hasta justo debajo del coste del vestido. Me apliqué unas cuantas pasadas de rimel y me puse un poco de bálsamo labial en los labios para hidratarlos un poco.
Estaban secos desde el vuelo. Entonces comprobé el reloj.
Me estaba quedando sin tiempo para esperar a que Xavier volviera a la suite. La gala era justo abajo, en el salón de baile, pero tenía que decidirme.
Podía esperar a que volviera, y posiblemente ser reprendida por Brad por llegar tarde, o podía bajar a tiempo y ser reprendida por Xavier por no esperarlo.
Incluso yo sabía que los maridos y las esposas, hasta los que no estaban precisamente enamorados, debían entrar juntos en las galas.
Sopesé mis opciones. Xavier me había reñido casi todos los días desde que nos habíamos casado. Aunque no era agradable se soportar, ya que a menudo acababa llorando, no creía que fuera tan doloroso como decepcionar a Brad.
Brad siempre había sido amable conmigo, como si creyera en mí, y yo no quería que eso desapareciera. Quería que siguiera estando orgulloso de mí como su nuera.
Así que cogí mi bolso, me coloqué bien la alianza y salí de la suite del hotel a las siete y veintiséis de la tarde.
En cuanto se abrieron las puertas, vi a un hombre con traje y un auricular que me indicaba que pasara por las puertas de la derecha. Giré la cabeza y logré distinguir a otros hombres con traje y auriculares, uno delante de cada ascensor.
Esto va a ser todo un espectáculo, pensé.
—¿Mademoiselle? —dijo impaciente el hombre asignado a mi ascensor. Su mano no dejaba de señalar las puertas detrás de él.
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UNA PROPUESTA INMORAL
RomanceXavier Knight tiene claras que dos cosas garantizan la excitación de una chica: los coches deportivos y el dinero. Él tiene ambas. Cuando un escándalo le obliga a casarse con Angela Carson, una don nadie sin dinero, deduce que es una cazafortunas y...