Capítulo 82: Flash

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XAVIER
Tenemos que hablar

CLAUDIA
¿Quién es?

XAVIER
Adivina Didi

CLAUDIA
Xavier... ha pasado mucho tiempo

XAVIER
Nos vemos en la exposición de Dalí mañana a las 2

XAVIER

Si hay algo en lo que Claudia era realmente buena, era en joderme la vida.

Pero pensé que había aprendido a ponerme un escudo, a detenerla.

Hasta que, de alguna manera, subió a Angela a su tren de la locura, llevándola a un viaje que la consumía por completo. Un viaje que no podía sacarse de la cabeza ni para hacer el amor conmigo...

Meterse conmigo era una cosa; yo era un niño grande.

Podía soportarlo, pero someter a Angela a juegos mentales, manipular su inocencia, su pureza, ese era un juego totalmente distinto.

Y no lo soportaría.

Especialmente cuando la mujer que lideraba esa locura era la mujer que había roto mi corazón.

Me hizo la trece-catorce. Éramos reales, al menos, yo creía que lo éramos.

Cuando le propuse matrimonio, realmente quería ofrecerselo todo. Darle el mundo. Darle mi corazón.

Y entonces la pillé poniéndome los cuernos.

Con mi mejor amigo.

Pensé que seríamos capaces de trabajar en ello y superarlo, pero Claudia dejó claro que se había terminado.

Si no fuera porque mi padre me obligó a comprometerme con Angela, probablemente seguiría solo, enfurruñado, aislado del resto del mundo, saliendo sólo para tener ligues al azar para lamer mis heridas. Sí, eran modelos. Sí, eran el sueño de cualquier hombre.

Pero para mi no era satisfactorio.

Para ser sincero, no lo fue en absoluto.

Ahora, lo tenía todo de nuevo. Una mujer a la que no sólo quería, sino en la que confiaba. Una mujer que sabía que era honesta, que se preocupaba por mí, que quería lo mejor para mí.

Y Claudia estaba poniendo eso en peligro.

"Todo lo que necesito es saber cómo arruinarla" pensé mientras me acercaba a ella. Le había dicho que se reuniera conmigo en el Museo de Arte Moderno, esperando que el obligado silencio me impidiera gritarle. Que me impidiera perder la cabeza.

Ojalá.

Claudia no se había vestido para el museo. Parecía que se dirigía a una gala, con el vestido perfectamente arreglado y el pelo suavemente planchado.

Siempre lucía mejor cuando estaba en su peor momento. Estaba impresionante cuando me engañó con mi mejor amigo, y aún más hermosa cuando canceló nuestro compromiso para huir con él.

UNA PROPUESTA INMORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora