ANGELA
Me metí en el calor de la cafetería, sacudí el paraguas y lo dejé colgado en el perchero de la puerta junto con mi abrigo húmedo.
Em ya se había apoderado de la mesa más grande y había colocado tazas de café y diversos artículos para la boda sobre ella. Levantó la vista de la revista de novias que estaba hojeando cuando me desplacé al banco de al lado.
—Parece feliz.
Cogí una revista. —Sólo estoy emocionada por ti.
—No me lo creo —se burló Dustin desde el otro lado de la mesa. Tenía una ramita de aliento de bebé en la oreja y se estaba abanicando con un puñado de retazos de tela—. Creo que nuestra pequeña reina del baile tiene un secreto.
Miré la cafetería, asegurándome de que estaba vacía antes de dar cualquier detalle. Sabía muy bien lo rápido que se propagan los rumores y se convierten en noticias cuando llegan a los oídos equivocados.
Puede que esta vez no se trate de mi cuerpo desnudo, pero estaba segura de que si alguien se enteraba de que mi relacion con Xavier estaba en ruinas, lo vería en las noticias de las seis.
—Xavier y yo estamos saliendo
—Oh. Em. Bingo! —dijo Dustin, aplaudiendo—. ¡Sabía que acabarías cediendo!
Mis mejillas se calentaron y sentí que me encogía de hombros. —Ha estado tan... diferente últimamente.
—Sí, desde que viste su...
—¿Em? —corté antes de que Dustin pudiera terminar la frase.
La cara de mi amigo se había desvanecido ante mi anuncio, y un poco de mi confianza con él.
Em cerró su revista. —Me alegro por ti. De verdad, lo hago. Es sólo que... ha sido tan capullo contigo, Angie. Estabas pensando en divorciarte hace una semana. No quiero verte herida.
Cogí su mano, apretando sus dedos. —Lo sé. Pero ahra es diferente. Puedo sentirlo.
Ofreció una pequeña sonrisa y asintió. —Estoy aquí, pase lo que pase. Siempre.
—Bueno, yo, por mi parte, estoy encantado. —Dustin dejó caer sus antebrazos sobre la mesa, sus palmas golpeando la madera como para hacerse notar—. No estaría aquí si no fuera por vosotros dos. Tú y tu a veces marido sois las razones por las que mi carrera ha despegado. ¿Quién sabe dónde estaría si no me hubierais ayudado a presentar mi primera exposición?
Movió la mano en el aire. Podría haber seguido tan mal como entonces si no nos hubiéramos sentado en la cafetería donde todavía trabajaba a tiempo parcial.
Emily se rió, ganándose una mirada.
—Odioso —respondió Dustin
—Bueno, ha sido fácil —le tranquilicé—. Tienes mucho talento.
—Tienes que dejar que te pague de alguna manera.
Sacudí la cabeza. Xavier tenía cosas más que suficientes para los dos. Además, me parecería mal aceptar algo de mi amigo por un favor tan simple. —No podría.
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UNA PROPUESTA INMORAL
RomanceXavier Knight tiene claras que dos cosas garantizan la excitación de una chica: los coches deportivos y el dinero. Él tiene ambas. Cuando un escándalo le obliga a casarse con Angela Carson, una don nadie sin dinero, deduce que es una cazafortunas y...