ANGELA
Las puertas del ascensor se abrieron. Entré en el salón y me desplomé en el sofá. Miré mi teléfono y vi mi ceño fruncido en el reflejo negro de la pantalla.
Xavier no cogía el teléfono.
Le envié un mensaje. Con suerte, eso al menos lo vería.
Miré por las ventanas a la ciudad de abajo. Manhattan estaba tan bulliciosa como siempre, incluso de noche.
¿Dónde estás, Xavier?
Me hice un ovillo, abrazando las rodillas contra el pecho.
Recibí la noticia justo al llegar a casa desde la clínica. Los resultados habían sido positivos.
Estaba embarazada de dos meses.
Medio reí, medio sollozé contra mis rodillas.
Iba a tener un bebé.
Mi corazón se hinchó de amor, lleno a rebosar, tanto que estaba segura de si se desbordaría y explotaría en la habitación.
Estaba muy emocionada por conocer a mi hijo. ¿A quién se parecería? ¿Sería un niño o una niña? ¿Se parecerá más a mí o a su padre?
Su padre...
Así de fácil, mi felicidad fue perforada.
Volví a leer mi mensaje, tres pequeñas palabras cargadas de mucho significado. Seguro que sonaba un poco dramático y tópico, pero ¡teníamos que hablar!
Xavier tenía que saber que estaba embarazada. Tenía que decírselo.
¿Pero cómo podría hacerlo si ni siquiera estaba sobrio la mayor parte del tiempo? ¿Cómo podría hacerlo si apenas hablábamos, si se negaba a intentarlo a veces?
Me permití revolcarme unos instantes más antes de arrastrarme lejos de los cojines e ir hacia mi portátil. No quería hundirme en un pozo de desesperación. Probablemente sería malo para el bebé.
Encendí mi MacBook y todas mis pestañas de trabajo aparecieron en la pantalla. Marlena Marlboro nos había pedido a Zoe y a mí que organizáramos su gala en Tokio. Cerré esa ventana, no quería centrarme en el trabajo ahora mismo.
Me quedé mirando la pestaña vacía durante un rato antes de que se me ocurriera una idea. Entré en Pinterest y mis manos volaron por el teclado.
ROPA DE BEBÉ BONITA.
Me desplacé por las imágenes, sonriendo.
Vi un adorable body de dinosaurio para bebé, con suaves pinchos en la espalda. Un bonito vestido rosa con un lazo atado a la cintura me encantó, y me reí a carcajadas cuando vi un body con las palabras "Yo he desayunado tetas, ¿y tú?"
Mi búsqueda me llevó finalmente a las cunas, y me enamoré de una de color beige suave, diseñada para parecerse a la carroza de calabaza de Cenicienta.
Mi imaginación hizo el resto. Podríamos utilizar el otro dormitorio del apartamento para el bebé.
Lo repintaríamos. Tal vez podríamos poner un hermoso mural en la pared, algo con estrellas, o animales, o, o...
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UNA PROPUESTA INMORAL
RomanceXavier Knight tiene claras que dos cosas garantizan la excitación de una chica: los coches deportivos y el dinero. Él tiene ambas. Cuando un escándalo le obliga a casarse con Angela Carson, una don nadie sin dinero, deduce que es una cazafortunas y...