UNA PROPUESTA INMORAL

Capítulo 134: Una vida no vivida

ANGELA

Me quedé mirando la pantalla de mi portátil, absorbiendo las fotos de Xavier como un yonki en busca de una dosis. La última vez que lo vi, parecía tan herido. Había huido, esperando recoger los pedazos destrozados de su vida del fondo de una botella.

Y fui yo quien le dio una patada mientras estaba en el suelo.

La primera imagen se cargó, y sentí que me llenaba de emociones.

Respiré profundamente.

Xavier estaba bien. Al menos seguía vivo.
Sus ojos parecían hundidos, con profundas bolsas que los agobiaban. Estaba más delgado que la última vez que lo ví, y no en el buen sentido.

Recordé que solía participar en carreras de coches cuando era más joven, especialmente después de que DiDi, su ex, le rompiera el corazón. ¿Era eso lo que estaba haciendo ahora?

¿Estaba lidiando con un corazón roto?

Miré una foto en la que le daban una ducha de champán junto a un elegante coche de carreras. Reconocí al hombre del moño que estaba a su lado, el mismo con el que estuvo en la gala de Marlena.

Shinji, ¿verdad?

Al menos estaba con un amigo.

Había otra mujer en la foto, bajo el brazo de Xavier, riendo mientras se bañaba también en el champán.

Mi corazón se desplomó. Era preciosa.
¿También era su amiga?

¿Tal vez más que amigos?

Sacudí la cabeza.

Xavier no me haría eso. Ya no era esa persona mala y rencorosa que era cuando nos conocimos. Estábamos pasando por una mala racha ahora, pero era mi marido. Habíamos prometido compartir nuestras vidas el uno con el otro.

Confiaba en él, aunque estuviéramos a medio mundo de distancia.

Hice clic en los distintos artículos hasta que uno me llamó la atención.

ROMANCE DE TOKIO: ¿EL
MATRIMONIO DE LOS KNIGHT ESTÁ
EN PELIGRO?

Parpadeé, y volví a leerlo una y otra vez.

Me encogí de hombros mientras hacía clic en el artículo.

Probablemente era otra historia inventada.
Como Knight, me había acostumbrado a esto.

Había una foto borrosa de un hombre y una mujer fuera de un club nocturno compartiendo un beso apasionado. Claro, se parecía a Xavier, pero no podía ser él.

Cerré la pestaña, sacudiendo la cabeza. Las cosas que los periodistas harían por una primicia...

Una gota de agua cayó sobre mi portátil.

¿Eh?

Miré hacia el techo. ¿Había una fuga? No que pudiera ver. Frunciendo el ceño, volví a bajar la vista hacia mi portátil cuando cayó otra gota de agua.

Y otra.

Sentí humedad en mis mejillas y me di cuenta con un sobresalto de que eran lágrimas.

¿Estaba llorando?

Probablemente no era ni siquiera Xavier.

Intenté secar las lágrimas, pero seguían saliendo.

Él no me haría eso.

Ahogué un sollozo, tapándome la boca.

No lo haría...