UNA PROPUESTA INMORAL

Capítulo 86: De dominio público

XAVIER

No podía creer lo que veían mis ojos.

Literalmente no podía creerlo.

Al principio, pensé que era un sueño. Una pesadilla.

Tal vez había comido un brownie que tenía algo de hierba mezclada sin saberlo, y este era el efecto.

Tal vez, sólo tal vez, era producto de mi imaginación.

Pero entonces parpadeé, y las alertas de noticias seguían ahí en mi teléfono. Y luego aparecieron más. Y luego aún más.

XAVIER KNIGHT COMPRÓ A SU NUEVA ESPOSA

EL MATRIMONIO DE ALTO STANDING DE LOS KNIGHT HECHO POR DINERO

ANGELA Y XAVIER KNIGHT SON UN MATRIMONIO DE CONVENIENCIA

Quería gritar. Quería golpear la pared con el puño, hacerle a algo que no fuera yo. Centrarme en herir a alguien, en lugar de centrarme en mi propio dolor.

Corrí hasta el edificio de mi padre, sin importarme una mierda que el viento enérgico me golpeara como una bofetada en la cara con cada paso que daba. Para cuando el ascensor privado se abrió en su vestíbulo, yo ya estaba gritando.

—¡PAPÁ! —Aullé.

Entró tambaleándose, medio dormido. —Shhh, Penny y yo hemos trasnochado, Xavier —dijo frotándose el cuero cabelludo.

—¿Supongo que no has visto las noticias? —pregunté.

—Acabo de salir de la cama. ¿Qué pasa? —Papá presionó.

—Alguien filtró el acuerdo. Ya sabes, el acuerdo al que nos obligaste a firma a Angela y a mí.

—Eso no es posible —dijo papá, con una voz fuerte pero nivelada. Ahora estaba totalmente despierto.

—Cada página, cada condición, cada detalle que le exigiste a Angela. Están publicadas para que el mundo las vea.

Me acerqué a él. —Todo el mundo piensa que tuve que pagar para conseguir una chica. Piensan que soy un gilipollas con la polla floja que necesita a su padre para echar un polvo.

—No me hables así, Xavier —me ordenó papá. Le ignoré.

—¡Y lo que es peor, creen que Angela es una novia a sueldo que buscaba dar un braguetazo! ¿Sabes lo que acabas de hacer con su vida? ¿Con mi vida? —Me enfurecí.

Ya no podía hacerme el simpático. No me importaba lo que dijera. No había nada más que pudiera perder. No podía chantajearme para hacer lo correcto usando la empresa, mi puesto, ni siquiera el recuerdo de mi madre.

Todo eso se había ido a la mierda cuando empezó a tirarse a mi antigua follamiga.

El poder de mi padre había desaparecido. No había nada más que pudiera quitarme.

Ni siquiera a Angela. Seguro que se avergonzaría incluso de estar cerca de mí, respirando el mismo oxígeno que yo. Y ahora la habían catalogado de chica de alquiler, como si fuera mi puta en lugar de la mujer a la que amaba y que me mantenía vivo.

No habría manera de que volviera a mí después de esto.

Y no podía culparla.

Yo tampoco volvería.