ANGELA
Iba a tener un bebé.
O al menos el mundo pensó que iba a tener un bebé.
Aparentemente, el mundo incluía a las personas de mi vida que deberían haber sabido definitivamente que no era así.
Los titulares fueron como disparos, marcando el comienzo de las interrogantes llamadas telefónicas que se precipitaban a mi buzón de voz. Cada segundo, otra llamada telefónica se agitaba en mi dirección.
Ahora todos a los que había dado mi número me tenían en marcación rápida.
Tenía el teléfono en silencio. Apenas podía escuchar mis propios pensamientos por encima de los sonidos de las alertas de noticias que se estrellaban en la pantalla de mi ordenador como si fueran aviones comerciales cayendo del cielo.
Hojeé los mensajes de voz, borrando los de mensajes preocupación como si eso pudiera borrar el caos.
BEEP.
—OMFG. ¿Estás preñada? —Dustin dijo en el buzón de voz —. Me han llamado de la revista In Touch, y me preguntaba si podría hacer algún comentario sobre tu estado emocional, siendo como soy tu persona favorita del mundo mundial.
BEEP.
—Angie, ¿Por qué no nos has contado la increíble noticia? —Papá intervino—. No me puedo creer que por fin vaya a ser abuelo y me haya tenido que enterar por el US Weekly. Tenemos que celebrar...
BEEP.
—Hola, cariño, soy Brad. Me imagino que esto es probablemente cosa de la prensa sensacionalista... Te juro que trataron de publicar que yo estaba embarazado hace unos años. Alguna narrativa extraña sobre extraterrestres, ya sabes, basura. Pero en caso de que esto no sea inseminación artificial de Neptuno, llámame rápido antes de que arruine a algunos medios.
BEEP.
—Angela, soy Lucille. En cuanto llegue a casa, haré mi guiso prenatal especial...
BEEP.
—¡SIS! Tienes que llamarme ahora mismo, ¿Vale? Esto es realmente enorme, y no puedes seguir ignorando las llamadas de todos...
Sabía que no podía seguir descuidando lo que todos decían. Pero podía pasarlo por alto por ahora, ¿No?
Xavier ya había salido en un vuelo a Japón para una cuestión de negocios este fin de semana, 2.000 millas por encima de la crisis. Yo estaba sola, y -según las noticias - con un hijo por nacer.
No podía soportar salir de sus sábanas de satén y enfrentarme al mundo, sobre todo porque aún conservaban su olor almizclado.
Era casi mediodía y me dolía el estómago porque necesitaba algo, cualquier cosa, para comer.
Pero tenía más hambre de estar cerca de él, de sentir su cuerpo inclinado sobre mí, presionando mis manos, su pecho contra mis pechos. La forma en que me besaba mientras me bajaba la cremallera del vestido, deslizándose entre esas sábanas...
Ahora sabía lo insoportable que había sido para él, tener que esperar todos esos meses por mí. Sólo se me había escapado esta mañana, y ya sentía que iba a implosionar de deseo.
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UNA PROPUESTA INMORAL
RomanceXavier Knight tiene claras que dos cosas garantizan la excitación de una chica: los coches deportivos y el dinero. Él tiene ambas. Cuando un escándalo le obliga a casarse con Angela Carson, una don nadie sin dinero, deduce que es una cazafortunas y...