Capítulo 3: Parte A

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Al ser informado que debía ir a revisar la radio-consola de Cande, Terruce, —en el establecimiento de antigüedades—, a cada rato e infantilmente lanzaba cuestión:

— ¡¿Y por qué yo?!

— Porque es tu trabajo y porque... ¡vamos, hombre! tendrás oportunidad de conocer cómo vive.

— ¿Y crees que eso me interesa de ella?

— Conocer la intimidad de una chica siempre es excitante.

— ¡Tú lo dices porque estás en la edad de la calentura!

— Pues tal parece que tú también — alguien se defendió; y debido a ello:

— ¡Lárgate de aquí, Jimmy!

A éste lo empujaron rudamente oyéndose la voz serena de Bob:

— ¿Entonces?

— Tienes razón. Es una cliente. Iré a verlo.

— ¿Quieres que vaya contigo?

— Absolutamente ¡NO! — fue la contestación áspera al entrometido de Jimmy.

Oculta PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora