Dicho esto, Cande caminó hacia la silla que se hubo ofrecido, sin embargo, no se sentó, sino que se quedó parada frente a la ventana mirando a la calle oyendo detrás suyo el ruido de Terruce por darle lo solicitado.
Con un vaso de vidrio tomado de una pequeña alacena y una botella de agua de un servibar, él fue adonde Cande.
Ésta, al sentir su presencia cerca, se giró sonriente para aceptar lo que se le ofrecía.
Sujetando el cristal, ella aguardaba mirándolo conforme él destapaba la botella y luego vertía el vital líquido.
Después de agradecer su atención, Cande apenas mojaría sus labios que se abrirían para indagar:
— ¿Por qué te has quedado callado tan de repente?
Agachando la cabeza y sonriente él contestaba:
— ¿Te parece que lo estoy?
— Sí.
— Es que pensaba — confesó.
— ¿En qué?
Él miró a la calle, suspiró y diría:
— En ti, a pesar de tenerte aquí.
— ¿En serio? — ella se hizo y haría la interesada a partir de ese momento.
— Sí.
— ¿Y eso? —; unos artículos fueron puestos en la silla.
— Tal vez se deba a la emoción de que lo estés.
— ¿Lo estás?
— Tanto que precisamente ¡no sé qué decirte!
Terruce se desesperó, se llevó las manos al rostro y lo talló.
Tomándoselas, ella preguntaba:
— ¿Tan difícil se te hace abrirme tu corazón?
— Lo que se me dificulta es abrir la boca y decirte... — él calló.
Ella lo liberó para tocarle la cara y hacer que la mirara conforme instaba:
— ¿Qué?
— Con mi estúpida actitud tú también has de pensar que soy extraño, ¿verdad?
Cande, más valiente que él, comenzó a acariciarle su mejilla lisa ya que el rastrillo lo hubieron pasado temprano.
— Pienso que eres un hombre que raramente se ve en estos días.
Terruce agarró su mano para besársela y seguir oyendo:
— Normalmente, tu género flirtea con el mío; y porque se les devuelve una sonrisa o una mirada a su amable "atención" creen que estás aceptando una invitación a la cama.
— Por eso tú...
— Mi situación consiguió que yo... bueno, sabes como soy.
— Y quizá eso es lo que me ha tenido tan enamorado de ti.
La rubia hizo un gesto de sorpresa y el técnico también, que combinado con cierto espanto, diría:
— ¡Lo dije, ¿verdad?!
De la cara de él Cande rió. Y aunque por Jimmy ella lo sabía, no le cabía la menor duda de que por su boca se oía mejor.
— ¡No puedo creerlo! — él volvió a expresar besando repetidamente la mano femenina.
De pronto, Terruce reaccionó para decir:
— El problema ahora es que... no creo que tú sientas lo mismo que yo ¿cierto? Claro, es lógico. Apenas nos estamos tratando y...
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Oculta Pasión
FanfictionEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.