Capítulo 6: Parte G

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Vida de Cande desde su perspectiva

. . .

"Fui una niña sin mascotas y también feliz".

"Mis padres me consentían mucho; y a cierta edad, comencé a aprovecharme de eso aún después de la llegada de dos hermanos hombres y una que tomaron en adopción".

"Nuestra forma de vivir era buena".

"Papá trabajaba para una reconocida agencia de autos y le iba muy bien".

"Mamá se dedicó a cuidarnos; y en sus ratos libres, hacía muy lindos trabajos con las migas del pan".

"Estudiosa no fui; pero en un reto, mi padre me propuso mejorar mis calificaciones".

"Él me las pagaría con dinero".

"Acepté su idea y me hice de una gran alcancía cuando llegué a la secundaria donde conocí a Neil".

"Al principio, él me pretendía; pero después de tantos rechazos, lo entendió y optó por quedarnos como amigos".

"Eso sí, cuando necesitaba de él para ahuyentar a algún chico que no fuera de mi agrado, le daba permiso de usar el título de novios y hacerlos correr".

"Así llegué a la preparatoria".

"Y debido a mi cuerpo y cara, la líder de las porristas escolares me invitó a unírmeles".

"Lo hice quedándome con ellas aún en la universidad; aunque yo asistía a una pública, mis años anteriores me respaldaron mi permanencia en el grupo".

"En el cuarto semestre, ya para finalizar y elegir una carrera que sería la abogacía como Neil, éste que era parte del equipo de Softball, al ganar el campeonato estatal estudiantil, me invitó a una fiesta donde conocí a..."

— Archivald — Terruce lo nombró.

— Así es.

"Entonces, inexperta en el amor, en el momento que lo vi llegar en ese Jaguar último modelo ¡estúpidamente! me enamoré de él importándome absolutamente nada".

"Por estar con él, dejé mi casa y a mis padres que me rogaron no hacerlo".

"Pero como según yo era correspondida, no escuché razones y... a los 17 años, asesorada por expertos, me emancipé de mis progenitores".

"Para mi padre fue un golpe muy bajo; y a pesar de que ellos mandaban llamarme para hacerme recapacitar nunca lo hice bastando lo suficiente para que él, en aquel momento, sentenciara que para ellos yo había muerto"

"¿Crees que me importó? No — fue irónica al decir: — ¡Yo tenía el amor de un hombre y era tanto que no tuve necesidad de tener el de alguien más!

"Con el dinero que le pude sacar al señor White (gracias a Neil, él lo guardó para mí) me casé en el instante que yo cumplí la mayoría de edad; y con eso Archivald y yo vivimos dos años sin problema alguno".

"Cuando el dinero empezó a escasear, él se puso a trabajar como cualquier persona responsable, sí era presumido y poco amable ¡claro, con la demás gente! porque conmigo era completamente diferente".

"Yo me sentía muy bien a su lado y volví a necear que no necesitaba a nadie mientras él estuviera conmigo".

"De formar una familia, los dos estábamos de acuerdo en esperar porque éramos muy jóvenes además estudiábamos y un hijo, aunque sí podría unirnos más, también retrasaría nuestros planes futuros".

"Por eso, cuando supe de su demanda fue algo verdaderamente sorpresivo para mí".

"De hecho, la anulación religiosa ya estaba en proceso cuando me llegó la solicitud de divorcio y yo... bien ignorante de todo".

— De haberlo sabido, ¿qué hubieras hecho? — Terruce quiso saber.

— No busco el embarazarme. Y aunque fue una decisión propia, lo hice pensando únicamente en él. En el hombre que según amaba hasta con el tuétano y conocía de pies a cabeza. Sin embargo, nada de eso era cierto. El marido tierno, comprensivo y amoroso no existía y me enfrenté al verdadero Archivald Cornwall: un hombre interesado, egoísta y aunque muy guapo por fuera, por dentro era la cosa más fea que puedas imaginarte.

"Después del juzgado, ya que supo que iba a ser padre y a pesar de la orden de restricción que recibió por parte de la Juez, día tras día no paraba de molestarme".

"Con decirte, que ante mí, desfilaron cuánto abogado hubiera en Nueva York excepto Neil que me defendió con garras y dientes".

"Creo que a mi amigo en lugar de leche le dieron a mamar las Leyes porque desde que lo conocí, en él se veía lo que es hoy: un excelente abogado; y buscó la manera para que yo... no le pasara manutención a mi ex pareja. Así que, además de quedarme huérfana, me declaré en bancarrota, abandoné estudios, pasé a ser obligadamente desempleada y mantenida por mi amigo".

"Sólo así pude vivir al hacer absolutamente nada ya que de cualquier cosa que me encontraran haciendo, al estar yo vigilada, sesenta porciento debería ir a manos de Archivald".

"Hasta que Neil, tres años después, llegó con la noticia de que era finalmente libre".

"Sí, lo era; pero un hijo mío tuvo que morir para conseguirlo".

Minutos permanecieron en silencio; y ella volvió a hablar:

"Luego y de nuevo gracias a Neil, comencé a trabajar".

"Él y sus recomendaciones me instalaron en un asilo para cuidar ancianos quienes por supuesto tienen dinero".

"Con eso, fui haciendo mi capital, invertí en mi apartamento y lo que tengo".

"El último año estuve elaborando para un hombre multimillonario; y al morir solo, me ha heredado".

"Pero de repente y de la nada, le ha surgido un hijo bastardo el cual intenta impugnar el testamento".

"El resto lo sabes: trabajo apoyando a Neil en su oficina durante la semana y el sábado cuido a un infante de 7 años de edad que sufre parálisis cerebral y creo que es todo lo que hoy pudiera decirte porque ahora es tu turno".

— ¿No puedo hacer más preguntas?

— No — ella fue a su lado. — Así que anda, levántate de ahí para que ocupe la piedra y te pueda oír.

Haciéndolo, Terruce alegaría:

— Cande, lo que acabas de contarme, te juro que no le he digerido. Además...

— Nada, nada — ella se sentó. — Quiero escuchar lo que tú tienes por decir. Así que, empieza y no quiero excusas — se lo hubo recomendado al verlo mirar su reloj.

Resignadamente perdedor, él resopló para decir su historia... 

Oculta PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora