Legan hubo ido corriendo detrás de ella y también negando con la cabeza. Decirle que la condición de que estuviera presente a la entrega de su dinero, lo veía imposible; y más cuando al llegar a la avenida, no se vaciló en solicitar un taxi que ella cubriría al ver que en lo que lo abordaba, Neil, afuera, le decía:
— Cande, hay que pagar la habitación antes de irnos.
— Tú hazlo; yo mientras tanto me adelanto aguardando por ti en el aeropuerto.
La portezuela se cerró; y ese vehículo, seguido de indicársele adónde ir, inició retirada yendo Legan al interior del hotel para hacer lo que la mandona de su amiga le hubo ordenado, sorprendiéndole que al reunirse con ella, Cande, tomando ventaja de sus encantos femeninos con un chico del mostrador de una aerolínea, hubo flirteado para conseguir los boletos de regreso.
En todo el trayecto del viaje, la rubia efectivamente no se interesó en preguntar lo que Anthony Andrew había dicho con respecto a su negativa.
Su mente la llevaba ocupada pensando únicamente en Terruce y en la consecuencia de lo que ella hubo creído era lo correcto.
Sin embargo, un sentimiento resentido le nació; y casi de llegar adonde el técnico, consiguientemente de aterrizar e ir por el auto de Legan, precisamente él escuchó:
— ¿Tienes el modo de que hagan una auditoría?
Entre sus contactos sí, sólo necesitaba saber:
— ¿A quién?
— Al llegar te indico adónde.
Y es que si el hermano era delincuente ¿por qué no creer que la hermana también? So...
Sin la oportunidad de preguntar más, los amigos se concentraron en ir a casa.
Pero Neil no contaba con que Cande, consiguientemente de solicitarle hacer una parada en el hospital del condado, fuera adonde Terruce vivía; y que al buscar sus llaves en el bolso, tuviera justamente la que abría esa puerta en la cual su hubo ido a parar después de haber indicado dónde estacionarse.
Porque sus pertenencias las había dejado con él, Legan también bajó del auto siguiendo el camino que la rubia hubo tomado, haciendo el mayor esfuerzo por no molestarse al verlos besarse apasionada y necesitadamente.
Con el quejido que se escuchara, sin despegarse de su boca, Cande abrió los ojos para observar el gesto incómodo de Terruce.
Separándose en contra de su voluntad, ella quiso saber:
— ¿Estás bien?
Él sonrió para demostrarle que:
— Sí.
— No es verdad.
— Tienes razón. Duele un poco.
— Entonces, ven —, ella le ayudó a devolverlo a la cama.
Ahí con mucho cuidado lo acomodó, preguntándole:
— ¿Qué hay que darte?
— En aquella bolsa —, el enfermo la apuntó; — están los medicamentos y sus indicaciones.
La luz que había en el lugar no era suficiente para ubicar lo señalado, así que, se buscó un interruptor y la claridad se hizo, mirando Terruce la presencia de Neil que se había recargado en el marco de la puerta desde donde los estuvo observando y jugando con las llaves que en una cerradura se dejaron pegadas.
ESTÁS LEYENDO
Oculta Pasión
FanficEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.