Desde el interior de la habitación podía oír unas veloces y fuertes zancadas.
El que yacía acostado en su cama, después de masajearse los ojos, se dispuso a levantarse para arreglarse sus finas ropas y dedicarle una fingida sonrisa en el momento que lo vio ir a él, notándose en el rostro del recién llegado la preocupación que también salía por su boca al querer saber:
— ¡¿Cómo estás?!
— Bien.
— ¡¿Estás seguro?!
— Sí. ¿Por qué regresaste tan pronto del club?
— Hablé con John y me contó lo que te pasó.
— ¡Maldito bocón! ¡Le dije que no te dijera!
— ¡Ei!
El hombre que vestía deportivamente, entre sus manos, tomó el rostro del otro para decirle:
— Él sólo está obedeciendo a mis indicaciones.
— Lo siento. Pero no debió alarmarte por algo tan insignificante.
— Tu salud no lo es. Así que —, al convaleciente se tomó de los hombros y se le giró para ser guiado: — vuelve a la cama.
— No quiero — se dijo con terquedad y a la vez soltándose delicadamente del agarre.
— Vamos, Arch.
Éste necearía:
— Te aseguro que ya me siento bien.
— ¿Lo prometes?
— Sí.
— Bueno. Entonces, ya que estoy aquí... ¿te gustaría hacer algo en especial?
— De hecho —, se miraron de frente; — quiero pedirte un favor.
— Tú sabes que lo que me solicitares, nada te negaría.
— Lo sé; pero esto es totalmente diferente —, Arch tomó una mano; y a la orilla de la cama llevó a su pareja para sentarle y oírsele decir: — se trata de...
— ¿Dinero? Sabes que lo mío está a tu entera disposición.
— ¡Por favor, déjame terminar!
Ante la alteración se diría:
— Lo siento, no volverá a pasar —. Y cruzando una pierna lo instaría a decir: — Dime qué te sucede.
— No sé si se deba a esta enfermedad desconocida que hallaron en mí, pero... estos últimos días he estado pensando en... Cande.
Arqueando un ceja, se indagaba:
— ¿Tu ex pareja?
— Sí. Y quisiera... ir y hablar con ella.
— ¿Para qué?
— Charlie, no sé cuántos días me queden por vivir.
Con la desahuciadora sentencia, el hombre se puso de pie para abrazarlo y afirmarle:
— ¡Y yo te he dicho mil veces que voy a gastar hasta el último de mis centavos para que sean muchos y los pasemos juntos ¿me escuchaste?!
Aún así, el pesimismo hizo, que apartándose, se informara:
— Hasta hoy ningún doctor ha podido diagnosticarme qué es lo que tengo.
— Pero encontraremos al correcto y te dará la cura a eso que se adueñó de ti.
— Mis esperanzas de salvarme han ido disminuyendo; y en su lugar han venido los duros remordimientos y necesito hablar con ella para pedirle perdón por todo el mal que le causé.
Por instantes, los dos hombres se quedaron en silencio. Y aunque celos sintieron por aquel pasado, se inquiría:
— ¿Sabes dónde encontrarle?
Archivald sonriente informaba:
— Dando con Neil Legan es fácil dar con ella.
— Bien. Entonces ¿lo averiguas tú o lo hago yo?
— Hacerlo por teléfono o computador me distraerá un rato. No te molesta, ¿verdad?
— No, claro que no. Bueno, estaré abajo para cuando tengas los datos.
— Gracias.
Pero el cuerpo de aquél que se había propuesto buscar una salida, de repente se giró para decir:
— Sé que te lo digo todo el tiempo, pero quiero que sepas que eres muy importante para mí y que fácilmente no te dejaré ir.
— Yo lo sé — contestó Archivald; y para compensar la consternación a él fue para darle un beso y también un poco de amor.
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Oculta Pasión
FanfictionEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.