Oculta Pasión

Capítulo 9: Parte E

Con una enorme congoja, Neil hubo dejado a Cande que en silencio continuó su viaje hacia el doctor.

Legan el cual no quiso molestarla, al estar cerca, la sacó de su profunda divagación.

Despabilada, la rubia siguió los movimientos de Neil: salir del auto para empezar a caminar hacia el consultorio del galeno que los hizo esperar algunos minutos cuando se le anunció su presencia.

Ya que apareció quien les iba atender, les solicitó ingresar a la oficina.

Cande se veía con los nervios disparados. Por lo mismo, al ocupar su asiento, a ella se dirigieron:

— No tienes por qué preocuparte de nada. Tu sangre está complemente limpia de toda infección que ponga en riesgo tu vida.

— ¡¿Lo dice en serio?!

— No tendría por qué engañarte, señorita. Lo que sí...

— ¿Qué sucede? — preguntó Neil.

— Quiero recomendarte que visites un endocrinólogo.

— ¿Para qué?

— Por medio de tus niveles de colesterol, podías tener un desequilibrio de estrógenos.

— Además tu apetito sexual, ¿cómo está?

— ¡Neil! — otra vez lo reprendieron por haber sido el osado preguntón.

El doctor sonrió, pero cuestionando:

— ¿Es usted persona sexualmente activa?

— Sí, lo era; pero ya hace tanto que no, que creo que ya se le olvidó qué es eso.

Debido a que él estaba parado cerca de ella, un puñetazo recibieron las partes nobles del pobre de Neil, no pudiendo contener una carcajada el galeno que tuvo que pedir disculpas al recibir también la mirada seria de Cande la cual respondía:

— Inicié vida sexual a los diecisiete años. Pero es cierto, tengo diez sin practicarla.

Aún dolido, el mugre de Legan inquiría:

— ¿Y no te da pena decirlo?

— ¡Neil, estúpido! ¡Ya cállate, porque... ¿sabes qué? ¡Hoy eso se va a terminar!

— ¿Adónde va, señorita? — se le preguntó al vérsele poner de pie y buscar la puerta.

— De seguro... a violar al técnico.

— ¡Sí! ¡¿Y qué?!