Capítulo 17: Parte C

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La cabeza de Neil Legan reposaba sobre muchos papeles regados en el escritorio.

El cansancio y el desvelo que de él se hicieron, no le dieron tiempo de llevarlo a casa para hacerlo dormir en su respectiva cama.

La noche anterior, —consiguientemente de haber dejado a Cande—, se dirigió a la oficina.

Ahí, se la hubo pasado pensando, e inclusive trabajando, al estar contactando la gente en la solicitud de su amiga con respecto a la auditoría que sería realizada en el negocio de Susana Marlo.

A ésta también se mandaría a la ruina por no tener lo suficiente para pagar su fianza carcelaria, obligándose así, a vender sus muebles estéticos, y de las anomalías que encontraran siendo la primordial: la falta de declaración de impuestos; y es que el local estaba registrado como desocupado cubriéndose única y anualmente una pequeña cuota en los servicios públicos.

Con esa noticia, Neil iría adonde Cande.

Claro que primero se despertaría y se marcharía a su domicilio para asearse, llevando la idea de que con su amiga, terminada la jornada laboral de ella, se alimentaría.

No obstante, algo lo hizo llamarla; y al ser enterado de unos planes...

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