Capítulo 11: Parte D

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Desnuda y acostada boca abajo, además de sonreír más que satisfecha, Cande lo hacía al sentir en el cuello: la mano de Terruce que fue deslizándose descendentemente acariciando mayormente su espalda, glúteo, muslo, rodilla y justamente de la pantorrilla hacia arriba unas uñas consiguieron con su delicado arañar que la piel de ella se erizara.

Debido a que se movió ciertamente incómoda, él se acercó para besarle un hombro y preguntarle al oído:

— ¿Qué piensas?

— En... lo bien que me siento.

— ¿Estás segura?

— Sí; y en que mañana no podré levantarme de lo adolorida que estaré.

— ¿Por qué lo dices? — él mejor que nadie sabía la respuesta.

— No sé si se deba al tiempo de haber estado inactiva, pero... desconocía que fuera multiorgásmica. O será que... —, sonriente lo miró de reojo, — el que me los produjo ¿tiene mucho que ver?

— No lo sé —, Terruce seguía besándola sólo que ahora por la espalda.

— Sí, yo creo que sí.

— ¿Y eso es bueno o malo?

— Para mí ¡buenísimo! — como todo lo que había sentido. — Lo malo es para ti porque cuando se me antoje tú deberás estar ahí.

— En el día sabes dónde encontrarme ¿pero en las noches?

— También sabré e iré a buscarte.

— No sería mejor... — oportunidad no perdió para ofrecerle — ¿comenzar a vivir juntos?

— Me encantaría, pero...

Cande se giró para quedar boca arriba y mirarle directo a los ojos conforme le decía:

— Antes de planear algo más serio contigo quiero liquidar pendientes que tengo.

— ¿Como cuáles?

Con su gesto serio, la rubia subió la mano para acariciarle el rostro e informarle:

— El jueves salgo a Chicago.

— ¿Y cuándo regresas?

— Por mí inmediatamente.

Su boca le ofreció para darle a entender lo mucho que lo extrañaría.

Después de su beso, Cande continuaría diciendo:

— Pero no sé cuánto requieran de mí los abogados de allá.

— ¿Crees que sea mucho? Porque si sí...

— ¿Vendrías conmigo? — ella lo preguntó con un toque de sorpresa.

— Dispuesto a hacerlo — él afirmó.

— Entonces hagamos esto. Me voy con Neil; y dependiendo de lo que se me informe, te llamo. Y si hay que quedarse más tiempo ¿vas a reunirte conmigo?

— Me parece genial la idea.

— Bueno, entonces levantémonos para ir a cenar. ¿Me baño primero para ir a calentar la comida en lo que tú te aseas?

— Está bien.

Desinhibida y frente a él, después de ponerse de pie, Cande pasó para ir al baño y ducharse mientras que él en la cama se quedaría para cerrar los ojos y pensar en otro momento para formalizar su relación.

Oculta PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora