Con los párpados hinchados de tanto dormir, un hambre atroz y constantes nauseas, la joven se presentó en el juzgado. Su abogado que hablaba con un oficial conocido, al ver llegar al marido de ella, abandonó su conversación para ir a su lado.
Ignorándolo por completo, la mujer posó su mirada en la bandera nacional de su país y así se quedó hasta que se anunció la llegada de la juez.
— Todos de pie — hubo sido la orden, pero rápidamente se les pidió regresar a sus asientos.
Antes de que la ministro dijera algo, la demandada, no habiendo ocupado su lugar, pidió atención.
Dada, se oía en la sala:
— Señoría, sé que esto no es usual; pero le pido me otorgue inmediatamente el divorcio.
— ¿Ya lo hablaron? ¿no quieren darse otra oportunidad? ¿asistir a grupos para recibir ayuda y...?
— No — ella se había mantenido diciendo; y por lo mismo...
— ¿Usted? — se miró al demandante que decía:
— También estoy de acuerdo.
— Bien. A esto llamo "un caso sencillo de resolver".
La juez miró al oficial que yacía a su costado derecho. Y a los que tenía enfrente:
— Entonces, por favor, pasen y firmen el acta. Señora, usted primero...
La joven así lo hizo; y se devolvió a su asiento.
Cuando vio firmar a su ex compañero, Cande se levantó y volvería a llamar la atención de la juez al pedir:
— Señoría, también quisiera una orden de restricción.
— ¿Por qué, para qué o quién?
Todos pusieron atención:
— Porque no quiero ningún trato con este hombre y tampoco lo quiero cerca de mí o de mi hijo.
— ¡¿Qué has dicho?!
Cande finalmente lo confrontaba:
— Tu urgencia por separarte no te dio la paciencia suficiente para esperar. Ayer que me enviaste a tus abogados y te largaste de casa, yo te llevaba la noticia de que ibas a ser padre.
Como alguien que todo lo puede, el ex esposo de ella se olvidó del lugar que estaba y solicitaría al encargado del juzgado:
— ¡Señoría, anule esa acta!
— ¡¿Disculpe?!
— ¡Por favor!
Él había corregido su error demasiado tarde, porque alguien se molestaba seriamente:
— ¡¿Y usted cree que vengo aquí para sentarme, verlos jugar a hacer y pedir lo que mejor les plazca?! ¡Por supuesto que no, señor! Y a la señora le concedo su petición.
Golpeando con el mazo se sentenciaba:
— ¡Orden de restricción para Archivald Cornwall!
Éste se giró a su ex mujer para decirle:
— ¡No puedes hacerme esto!
— ¿Pero tú si pudiste humillarme como lo hiciste?
— ¡Es mi hijo! ¡No me lo puedes quitar!
— Es tu hijo; y desde hoy ya lo hice.
— ¡Te lo pelearé!
— Así mismo lo hagas, la ley me ampara. ¿O no es así, señora Juez?
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Oculta Pasión
FanfictionEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.