Al día siguiente, guapa y ejecutivamente lista para irse a laborar, Cande —al estar sobre la calle y saludar al mismo hombre barriendo su banqueta—, se detuvo frente a él que de inmediato miró hacia el interior del local, ya que claramente le parecía ver que alguien estaba a punto de estallar debido a los celos.
— Buenos días — saludó ella atrayendo la atención del encargado.
— Buenos días, señorita.
— Disculpe que lo interrumpa de su actividad.
— No, no tenga usted cuidado. ¿Qué puedo hacer por usted?
— Verá. Tengo en mi propiedad un... mueble, bueno, es una radio-consola muy, muy antigua. No recuerdo... —, ella sonrió apenada debido al olvido. — Fue un regalo y me pidieron cuidarlo mucho. Yo así lo llevaba haciendo, pero anoche definitivamente, ya no quiso tocar.
— ¿Sabe la marca?
— No, lo siento mucho.
— Está bien.
— ¿Podría ir a revisarle? — Cande apuntó con su pulgar. — Es que resultaría difícil traerlo hasta acá. Estoy en el piso catorce y...
— No se preocupe. Nosotros iremos hasta allá.
— ¿De verdad? —, Cande volvió a sonreír ante la confirmación. — Muy bien, gracias. Voy a comunicarme con el portero para que pueda abrirle mi departamento, ¿le parece?
— Como usted diga.
— ¿Cree que pueda arreglarlo?
— ¡Ya lo creo! Porque no es por alardear, pero conmigo trabaja el mejor de los técnicos en electrónica quien es capaz de componer hasta... las caderas aguadas de aquella señora.
Cande, no queriendo mirarla, rió abiertamente desconociendo que su acto era música celestial a los oídos de Terruce que de ya estaba amenazando a Bob por entretenerla tanto.
Sin embargo, quien iba a ser coronado en la cabeza por bastantes chipotes sería el insolente de Jimmy, el joven aprendiz que además de llegar como siempre tarde al trabajo, al verla, se le hizo fácil decir:
— ¡Ah! pero si es nada menos que la novia de Ter-robótico!
Cande paró su risa para exigir declaración:
— ¿Cómo dijiste?
Bob, aventando al joven hacia el local, respondía:
— No le preste caso, señorita —, a la cual para hacerle pasar el mal momento, se le recordaba de su trato: — En cuanto llegue el técnico lo enviaré de inmediato a revisar su mueble.
— Está bien.
Cande fingió no haberse molestado por el comentario del muchacho y diría:
— Gracias y buen día.
— Buen día, señorita.
Bob la vio partir; y Cande, emprendiendo su camino, miró hacia el establecimiento, alcanzado a distinguir a nadie en su interior, pero en sí Jimmy ya era duramente castigado por su osado atrevimiento.
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Oculta Pasión
FanfictionEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.