Oculta Pasión

Capítulo 12: Parte D

Con el más delicado de los cuidados, fue removiendo las sábanas que lo cubrían. Expuesta su total desnudez, fue turno de quitar el brazo que por la cintura lo rodeaba y la pierna que también tenía encima.

Porque Cande no sólo estaba adoloridamente cansada, sino noqueada, no sintió cuando Terruce se puso de pie, ni mucho menos cuando él, al caminar apenas dos pasos, en una pata de la cama con dosel, el dedo más pequeño de su pie derecho se estrelló y un saltito con gritito de dolor pegó.

Aguantándose como los machos, finalmente fue al baño para asearse; luego salir y vestirse e ir a la cocina donde increíblemente el desayuno prepararía.

Pero, al acordarse de lo exigente que era para ciertos alimentos, regresó adonde estaba ella, la cual al sentir su ausencia...

Boca abajo y con los brazos extendidos, Cande dormía.

La mejilla que estaba a la vista, él se inclinó a besarla y decirle con musites al oído:

— Tengo que bajar al local para abrirlo. ¿No irás a trabajar?

— No. ¿Qué hora es?

— Cerca de las ocho.

— No puedo ni abrir los ojos, Terry. For sure, I'm dead!

El diminutivo de su nombre no le extrañó mucho ya que en el clímax de su último orgasmo así lo hubo llamado, como él:

— Entonces sigue durmiendo, cariño —, que otro beso en la mejilla le dejó.

— La verdad sí lo haré.

— Cuando te sientas mejor, bajas para que vayamos a desayunar.

— No — ella contestó llevándose la mano para tallarse un ojo. — Sólo tomaré cereal.

— En la alacena hay unas cajas. Ahí verás lo que te gusta.

— Ajá — Cande apenas pudo decir al sentirse nuevamente vencida por el sueño.

Terruce, sonriente, después de cubrirla con las sábanas, abandonó la alcoba para descender al local y hacer como le hubo dicho.