Capítulo 17: Parte B

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Cande llevaba un año de estar al cuidado del pequeño enfermo.

La familia, que era bastante adinerada, sólo requería de sus servicios ese día de la semana: sábado.

Sin embargo, la aparición de un guapo hombre a su vida y el que la necesitara también, la hicieron pensar en el futuro que le deparaba a su lado conforme era conducida a su trabajo y del cual decidida, ese mismo día renunciar.

Además, de que su presencia no era tan imprescindible al no ser la única que estuviera al pendiente de ese niño de siete años de edad con parálisis cerebral.

Y aunque era una ternura estar cerca de él, Cande le daría prioridad a su felicidad.

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