A un ruido, el portero se asomó por una puerta.
Al enterarse de quién se trataba, con prontitud, el encargado se acercó para ayudarles también, acompañándoles él hasta el piso número catorce donde ella tenía su apartamento y les daría el acceso después de haber encendido luces.
Compensada su atención con agradecimientos por parte de ambos, el encargado del edificio los dejó solos encargándose Cande del resto.
Habiendo dejado lo que llevaba consigo, la rubia se acercó a su invitado para saber:
— ¿Cómo has sentido el medicamento?
— No sé si haya sido de la emoción, pero... no, no he sentido efecto negativo.
— Bien. Ahora vayamos a la cama para que estés más cómodo y descanses.
Cande se paró detrás de la silla para empujarla hasta la habitación.
Ahí, ella se concentró en bajar las sábanas y volvió a ayudarle a saltar a la cama donde ella con algunas almohadas lo acomodó.
Ya estando así, acomodado, él tomándole de la mano, le diría:
— Gracias por las molestias que te estoy causando.
— No tienes nada qué agradecer.
Cande se acercó para besar su frente; y dejando precisamente ahí su mejilla, observaba:
— De cierto modo, es lo menos que puedo hacer por ti al haber sido mía la gran estupidez de haberte mandado a que cumplieras tu palabra con la desquiciada esa de Susana. En verdad, lo lamento mucho.
Terruce levantó la cabeza para buscar su boca y entre besos decirle:
— Lo importante es que no pasó a mayores.
— Y qué bueno que no fue así; porque entonces sí, ella hubiera sabido de mí. Bueno, de todas maneras sabrá.
— ¿Cómo?
Él se sorprendió de eso y de la urgencia con que ella se separó para ofrecerle:
— ¿Quieres tomar un té antes de dormir?
— Cande...
Debido a la fina mano que sujetaba, la atrajo hacia él, mirando Terruce en sus ojos claros un dejo de enojo.
— No vale la pena que te molestes por ella.
— Entonces, si alguien intentara algo en contra mía, ¿tú no me defenderías?
— ¡Soy capaz de acabar con su vida! — su voz se hubo tornado violente al aclarar.
— Algo similar haría yo.
Cande se inclinó para ser ella ésta vez quien besara su boca y decirle en un susurro:
— Te quiero. Y te doy mi palabra que muy pronto las cambiaré por "te amo" ya que no será difícil sentirlo o hacerlo.
Por segundos, sus ojos se miraron; y gracias a que sus labios estaban unidos, prolongaron y profundizaron un beso que los inquietaría de sobremanera, siendo Cande la que volviera a controlar sus ansias de hacer el amor con él. Así que, separándose diría:
— Voy a preparar el té para que podamos dormir relajados. Mañana, ¿habrá modo de que Jimmy suba para hacerte compañía en lo que yo salgo?
— Se me olvidó que debes trabajar en sábado.
— Sí; pero intentaré volver antes del mediodía.
— Entonces, no te preocupes, yo me hago cargo de llamarle.
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Oculta Pasión
Fiksi PenggemarEl amor es así: reservado; y él, además de escondido, lo tenía por ella, la cual con solo mirarla lo hacía temblar. Qué será cuando estén frente a frente. Escrita y primera vez publicada: Febrero, 2014. Reedición y republicación: Junio 2023.