Capitulo 120: Mi lugar en las estrellas

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El sistema Erekar, ubicado en la fría y distante región norte del sector galáctico, había sido tomado por los tecnofanáticos hacía varias semanas. El último bastión de su resistencia se concentraba en el planeta Erekar Prime, una roca cubierta de tundra helada y ciudades fortificadas. Los tecnofanáticos habían hecho de Erekar Prime un símbolo de su resistencia contra la federación humana. Pero después de incontables batallas y campañas agotadoras, solo quedaba un enfrentamiento final para terminar con la rebelión tecnofanática de una vez por todas.

A bordo del puente del acorazado de la clase Venator, Resolute, la Almirante Xandara observaba los monitores tácticos con una frialdad imperturbable. La batalla final se acercaba y cada movimiento debía ser preciso. La flota tecnofanática había sido derrotada; sus naves destruidas o deshabilitadas flotaban en la órbita inferior de Erekar Prime como restos espaciales.

-"Todas las naves, en formación de bombardeo orbital", -ordenó Xandara, su voz resonando con la autoridad de quien ha pasado toda su vida liderando tropas en la guerra. El sistema de comunicaciones zumbaba con confirmaciones de los comandantes de las otras naves de la flota. Xandara miró brevemente a su comandante de estrategias, el Capitán Lorak, quien la acompañaba desde hacía años en muchas batallas victoriosas.

-"El momento ha llegado. Que comience la primera oleada de bombardeos", -añadió.

Lorak asintió y se acercó a la consola de mando para coordinar los bombardeos. Un enjambre de destructores y fragatas comenzó a girar en órbita, posicionándose estratégicamente sobre las mayores fortalezas tecnofanáticas en el hemisferio norte de Erekar Prime.

 Un enjambre de destructores y fragatas comenzó a girar en órbita, posicionándose estratégicamente sobre las mayores fortalezas tecnofanáticas en el hemisferio norte de Erekar Prime

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Los cañones de bombardeo orbital del Resolute y sus naves acompañantes comenzaron a rugir, disparando con precisión devastadora hacia las instalaciones fortificadas en el suelo. Las primeras explosiones impactaron como meteoros, haciendo temblar la superficie del planeta. Fortalezas, búnkeres y sistemas de defensas terrestres que no poseían escudos de energía empezaron a colapsar bajo el incesante fuego orbital. Las ondas de choque arrasaron los complejos, levantando columnas de humo y polvo mientras la tundra se convertía en cráteres ardientes.

-"Líneas enemigas debilitadas, Almirante", -informó Lorak mientras observaba los monitores.

Xandara se cruzó de brazos, sabiendo que este sería el golpe preliminar antes del desembarco. Los tecnofanáticos eran resistentes, pero su infraestructura en Erekar Prime no había sido diseñada para resistir un bombardeo orbital sostenido. Tras veinte minutos de fuego ininterrumpido, Xandara levantó una mano.

-"Ordenen a los escuadrones de asalto planetario que se preparen para el desembarco", -dijo con una calma glacial. -"Escuadrones Ala-X, protéjanlos durante su descenso. Que los Ala-Y den apoyo aéreo en tierra".

Las cañoneras LAAT comenzaron a salir de los hangares de los transportes de la flota, mientras las formaciones de cazas Ala-X se desplegaban alrededor de ellas, formando un escudo aéreo para proteger a las tropas de las inevitables defensas antiaéreas tecnofanáticas. A la distancia, los escuadrones de Ala-Y se preparaban para barrer las posiciones terrestres de los enemigos, asegurándose de que las cañoneras tuvieran una ruta despejada para el desembarco.

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