Relatos de guerra #11

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Helios Prime:

En la oscuridad de la sala de control de la instalación de inteligencia en Helios Prime, el zumbido constante de los sistemas de monitoreo y las pantallas holográficas proyectaban sombras sobre los operadores que trabajaban sin descanso. Helios Prime, la capital del mundo Haland, estaba en constante estado de alerta. El cielo exterior, siempre cubierto por la densa atmósfera del planeta, era iluminado esporádicamente por destellos de fuego láseres y explosiones distantes. Las legiones de droides se mantenían al acecho, esperando el momento oportuno para lanzar su siguiente ofensiva.

Dentro de la sala de inteligencia, cuatro operadores estaban al mando de los drones de reconocimiento furtivos que volaban más allá de las líneas enemigas. Su trabajo era vital para la defensa de las trincheras que protegían la ciudad. No había margen de error, ya que un solo movimiento en falso podría costar miles de vidas.

—"¿Alguna novedad en el Sector 7?" —preguntó Mila, una de las operadoras más experimentadas. Su voz era tranquila, pero había una ligera tensión en sus palabras. El enemigo había estado inusualmente silencioso en las últimas horas, lo que no era buena señal.

—"Nada hasta ahora," respondió Olek, el operador más joven del equipo, mientras examinaba las imágenes en su pantalla. "Los drones siguen sin detectar actividad significativa... solo algunas patrullas estándar de los droides. Pero ya sabes cómo es esto, demasiado silencio antes de una tormenta."

—"¿Cuánto tiempo llevan sin moverse?" —Mila frunció el ceño, concentrada en las estadísticas que mostraba su consola.

—"Dieciséis horas," respondió Olek, revisando los registros. "Y eso es lo que me preocupa."

Mila asintió en silencio. Era inusual que las legiones de droides permanecieran inactivas tanto tiempo. Su comportamiento estaba diseñado para ser implacable, siempre avanzando, siempre atacando. El hecho de que no hubieran hecho nada durante tanto tiempo solo podía significar que estaban tramando algo.

—"¿Y qué pasa en el Sector 12?" —preguntó Tevor, otro operador que estaba más alejado de la pantalla principal, ajustando las lecturas de uno de los drones furtivos.

—"El reconocimiento muestra que hay actividad mecánica considerable," respondió Kira, que había estado observando detenidamente los datos del Sector 12. "Los drones detectaron grandes cantidades de energía provenientes de lo que parecen ser fábricas de droides."

—"Maldición," murmuró Tevor, frotándose la frente. "Están fabricando más unidades. No me sorprendería si estuvieran preparando una oleada masiva."

Olek se giró hacia Tevor con una sonrisa nerviosa. —"Ya lo creo. A veces desearía que esas máquinas se tomaran unas vacaciones."

—"Dudo que el concepto de vacaciones esté en su programación," respondió Kira con un leve sarcasmo, sin apartar la vista de su consola. Luego, su tono cambió a uno más serio. "Mira esto."

Las imágenes del drone en el Sector 12 mostraban legiones enteras de droides siendo ensamblados en largas filas. Los operadores compartieron miradas de preocupación. Había más droides de los que esperaban.

—"Esas fábricas están produciendo a un ritmo alarmante," dijo Mila. "Si no informamos esto de inmediato, nuestros soldados en las trincheras no tendrán ni idea de lo que se les viene encima."

Tevor golpeó suavemente su teclado, enviando un mensaje cifrado a las líneas de comando del frente. —"Ya está hecho. Pero no sé si será suficiente... hay demasiados."

—"Siempre hay demasiados," dijo Olek, intentando mantener el ánimo en alto. "Pero eso no ha detenido a nuestros muchachos antes."

Mientras las pantallas continuaban mostrando las imágenes en tiempo real, Mila activó una vista más detallada de la situación en la línea de trincheras. Las fuerzas humanas estaban en posición, pero se veían pequeñas en comparación con la masa de droides que parecía acumularse. Las trincheras estaban fortificadas, pero todo dependía de que los refuerzos llegaran a tiempo.

—"¿Qué opinan?" preguntó Olek después de un largo silencio. "¿Creen que podremos resistir si deciden atacar en las próximas horas?"

Mila suspiró, observando los patrones de movimiento de los droides en su pantalla. —"Podremos aguantar, pero solo si jugamos nuestras cartas correctamente. Todo dependerá de cuán rápido podamos redirigir las fuerzas hacia los puntos débiles. Si nos superan en número como parece, será una pelea brutal."

—"Qué optimista," dijo Tevor, medio en broma, medio en serio.

Kira, que siempre había sido la más callada del grupo, habló por primera vez en varios minutos. —"Sobreviviremos. Lo hemos hecho antes, lo haremos de nuevo."

Su tono no tenía ni rastro de duda. Esa confianza, aunque escasa, era suficiente para que los demás recordaran por qué estaban allí. Día tras día, monitoreando cada movimiento, cada paso que las legiones de droides daban. No era una tarea fácil, y el peso de esa responsabilidad a menudo se sentía insoportable. Pero sabían que lo que hacían era crucial.

Mila se levantó de su asiento por un momento, estirándose antes de volverse hacia los demás. —"Está bien, sigamos con esto. No podemos permitir que nos sorprendan. Olek, mantén esos drones furtivos en el aire, necesitamos saber hasta el más mínimo cambio en su estrategia. Tevor, Kira, asegúrense de que las comunicaciones estén claras para nuestras fuerzas en las trincheras. No quiero que se pierda ni una sola advertencia."

—"Entendido," respondieron todos al unísono.

La tensión en la sala era palpable, pero también lo era la determinación. Cada segundo contaba, y en las profundidades de la guerra, sabían que no podían permitirse bajar la guardia ni un instante. Las legiones de droides nunca descansaban. Y ellos tampoco lo harían.

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