El capitán Koss descendió de la cañonera LAAT con una mezcla de frustración y agotamiento en su rostro. Los eventos recientes lo habían marcado profundamente. El hangar del puerto espacial de la colonia Treynak, lleno de actividad militar frenética, no hacía más que recordarle el fracaso de la estación. Las luces rojas de emergencia parpadeaban intermitentemente, mientras ingenieros y soldados corrían de un lado a otro, preparando las defensas del planeta. Kos podía oír las órdenes constantes y los estruendos de las naves que despegaban para tomar nuevas posiciones defensivas. El bullicio no hacía más que acentuar la carga emocional que llevaba sobre sus hombros: la estación espacial estaba perdida, sus Venators destruidos, y sus hombres, aquellos pilotos valientes, caídos en combate. Sentía la derrota como un peso aplastante, y aún resonaba en su mente la imagen de los cazas Ala-X despedazados en medio del vacío, sin posibilidad alguna de victoria.
Al descender de la cañonera, fue recibido por el general Karun, un hombre robusto y de aspecto severo, con una cicatriz en su rostro que evidenciaba su vasta experiencia en combate. Karun extendió la mano hacia Koss, sin decir una palabra sobre la batalla perdida; ambos sabían que ahora había cosas más importantes en juego. Después de intercambiar saludos breves, Karun comenzó a darle el informe de la situación:
—La capital está fortificada en tres anillos concéntricos —dijo mientras caminaban por el puerto espacial—. Contamos con baterías láser antiaéreas y cañones de plasma desplegados en puntos clave. Los edificios están reforzados y utilizaremos la topografía de la ciudad a nuestro favor, con tropas de infantería estacionadas en puntos estratégicos. Aquí, en el puerto, tenemos tres líneas defensivas. El objetivo es retrasar su avance lo máximo posible y mantener la retaguardia abastecida.
Kos asintió en silencio, asimilando las palabras del general mientras observaba cómo se desplegaban los soldados y los tanques en las afueras del puerto. Un escalofrío le recorrió la espalda al ver a las tropas preparándose para lo que parecía una batalla inevitable y cruel. Las órdenes se daban con urgencia, y las preparaciones eran rápidas y precisas. A pesar de la reciente derrota, la colonia no estaba dispuesta a ceder sin presentar una resistencia feroz.
Entonces, el cielo comenzó a oscurecerse. Desde el horizonte, Kos pudo ver cómo descargas masivas de naves de transporte comenzaron a adentrarse en la atmósfera, escoltadas por cazas. No tardó en reconocer las siluetas de los transportes de tropas de la Confederación. Las naves gigantescas descendieron lentamente, liberando a miles de droides B1, B2, y algunas unidades de Droidekas, que se desplegaron con precisión matemática. Las legiones de droides de batalla comenzaron a ocupar posiciones alrededor del puerto y la capital, preparando el asalto.
Desde el crucero Providencia, el almirante neimoidiano Loss Korvo observaba el descenso con satisfacción. A través de la holopantalla en su puente de mando, veía cómo sus fuerzas se desplegaban a lo largo de la colonia. Tras la destrucción de la estación espacial y las naves enemigas, sabía que el siguiente paso era tomar la superficie. Su mente estratégica analizaba cada detalle, buscando debilidades en las defensas humanas.
—Concentren los disparos de artillería en el puerto espacial y en las fortificaciones más externas de la ciudad capital —ordenó Korvo a sus oficiales—. Que nuestras fuerzas de tierra avancen en formación cerrada y que los cazas continúen con el apoyo aéreo. Quiero que la infantería humana quede aislada y sin posibilidades de recibir refuerzos.
Los oficiales acataron las órdenes rápidamente. Los cañones pesados de la flota comenzaron a disparar desde la órbita hacia las defensas planetarias, mientras las primeras líneas de droides ya comenzaban su marcha incesante. Korvo sabía que la victoria era inevitable; solo era cuestión de tiempo antes de que la colonia Treynak cayera bajo el control de la Confederación.
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El Ascenso De La Humanidad
Fiksi IlmiahDespués de que el mundo pasara por una terrible pandemia global la cual acabó con decenas de miles de vidas de todas las clases sociales y no solo eso si no que también el daño que dejó fue a a tal grado que dejó a decenas de países en quiebra. Las...