Capitulo 132: La guerra del sur

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Tarsis Prime: Gobernadora Irina Valern.

Tarsis Prime, uno de los bastiones más importantes en el frente sur de la Federación, era un mundo vibrante, de vastos valles fértiles, montañas cubiertas de nieve y océanos profundos. Bajo el liderazgo firme de la gobernadora Irina Valern, este planeta agrícola y comercial había prosperado durante décadas, proporcionando alimentos y materias primas a mundos cercanos y contribuyendo a las fuerzas militares en la región. Sin embargo, todo cambió cuando los Felifarianos, una raza de guerreros felinos con habilidades excepcionales en combate cuerpo a cuerpo, lanzaron un asalto masivo sobre la superficie del planeta.

Desde sus naves de guerra, los Felifarianos aterrizaron en los valles del norte, donde devastaron las defensas iniciales. Su naturaleza ágil y brutal les daba una ventaja en el terreno montañoso, y sus armas de energía de corto alcance eran devastadoras contra las tropas humanas. Los campos, antes verdes, se tornaron grises bajo la sombra de sus enormes y sigilosos vehículos de guerra. Las defensas orbitales del planeta habían sido comprometidas debido a un ataque sorpresa, lo que permitió que las naves de desembarco Felifarianas cayeran en varios puntos críticos.

La gobernadora Valern, refugiada en la Ciudadela de Valkor, un complejo fortificado en las montañas orientales, organizaba las fuerzas de defensa restantes. Su fuerza, compuesta por milicias locales, soldados profesionales y un pequeño destacamento de Helldivers, luchaba desesperadamente por mantener el control de las ciudades más grandes. Los Felifarianos ya habían tomado Varles, una ciudad minera al norte, y estaban avanzando rápidamente hacia Tarisca, el principal centro comercial del planeta.

En un esfuerzo por detener el avance enemigo, la 12da División de Defensa de Tarsis fue desplegada en el Paso de Karvik, un estrecho valle que conectaba las dos ciudades principales. Las tropas humanas, equipadas con armaduras mecanizadas y armamento pesado, intentaban bloquear el paso a los guerreros Felifarianos. Sin embargo, los Felifarianos no eran solo bestias brutales; eran estrategas calculadores. Utilizando su conocimiento del terreno, atacaron desde las alturas, emboscando a los humanos desde las montañas y atacando con una fuerza imparable.

Mientras la lucha en el Paso de Karvik continuaba, Irina Valern sabía que la clave para la supervivencia de Tarsis Prime radicaba en la resistencia organizada en Valkor y las ciudades al sur del planeta. Desde su comando, envió una señal de socorro a la Flota del Sur de la Federación, esperando refuerzos antes de que el planeta cayera completamente en manos enemigas.

Volturnum IV: Gobernador Matthias Rook.

El mundo industrial de Volturnum IV, conocido por sus vastas fábricas y minas automatizadas, había sido durante mucho tiempo una joya económica en el frente sur de la Federación. Gobernado por el pragmático y frío Matthias Rook, el planeta había prosperado bajo su mando, manteniendo una producción constante de armamento, blindajes y suministros vitales para el esfuerzo de guerra.

Sin embargo, Volturnum IV ahora se encontraba al borde del colapso. Los Autómatas, una amenaza mecanizada sin alma ni compasión, habían invadido el planeta con una eficiencia devastadora. Estos seres robóticos, diseñados para aniquilar cualquier forma de vida orgánica, no mostraban piedad mientras desmantelaban las defensas humanas. Sus naves de guerra, enormes y pesadas, habían descendido sobre las ciudades industriales de Brikar y Forgeport, y sus tropas, sin emoción alguna, comenzaron a exterminar a la población y convertir las fábricas en centros de producción para su propio ejército.

Matthias Rook, conocido por su frialdad incluso en situaciones desesperadas, había convertido la ciudad de Ironhaven en su centro de mando. Las calles estaban llenas de barricadas improvisadas y soldados exhaustos que intentaban mantener a raya a las legiones de autómatas. Los Helldivers habían sido desplegados en una serie de asaltos relámpago, saboteando las líneas de suministro de los autómatas y lanzando incursiones desesperadas para recuperar fábricas vitales. Sin embargo, cada victoria parecía ser seguida por una nueva ola de destrucción, ya que los autómatas replicaban sus fuerzas a un ritmo alarmante.

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