Capitulo 126: Asedio concluido

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La atmósfera en la sala de guerra de la Fortaleza Nova era pesada, casi opresiva. Los muros reforzados y los sistemas de escudos habían aguantado meses de asedio ininterrumpido, pero la resistencia estaba al límite. Fuera de los gruesos ventanales blindados, se extendían kilómetros de trincheras, nidos de ametralladoras laser y campos minados, todo dirigido hacia las líneas interminables de las legiones de droides de batalla. El constante golpeteo de artillería y el zumbido de los drones de reconocimiento eran parte del paisaje sonoro.

El Gobernador Kael, con sus ojos oscuros llenos de determinación, estaba frente al mapa táctico proyectado en la mesa central. A su lado, el comandante Grim, líder de las fuerzas militares planetarias, repasaba los informes más recientes. Ambos sabían que la situación era crítica. Si el asedio no se rompía pronto, los suministros y las fuerzas disponibles en la fortaleza se agotarían, condenando a la población y las tropas a una lenta derrota.

—"No podemos seguir aguantando indefinidamente, Grim," dijo Kael, su voz grave resonando en la sala. "Las líneas defensivas se están desgastando, y aunque nuestras defensas son formidables, los droides no se detienen. Siguen llegando."

Grim, un hombre robusto de cabello gris y cicatrices de años de campañas militares, asintió mientras revisaba la información proyectada. Su uniforme de batalla mostraba la insignia de la 4ta División Blindada Centuriana, la unidad que comandaba con mano firme. Era un veterano, acostumbrado al caos de la guerra, pero incluso para él, la presión de esta campaña era palpable.

—"Lo sé, gobernador," respondió Grim. "Hemos resistido hasta ahora, pero cada día que pasa, los drones de combate y los droides de asalto están mejorando su capacidad de adaptación. Han identificado nuestros puntos débiles. Si no actuamos, eventualmente nos desbordarán. Pero lanzar un contraataque ahora... es un riesgo inmenso."

Kael giró hacia él, su mirada intensa.

—"¿Riesgo? Claro que lo es. Pero si no tomamos la iniciativa, estamos condenados. Lo que me preocupa son las probabilidades de éxito. Si fallamos, perderemos no solo la fortaleza, sino toda la región. Necesito que me hables con franqueza, Grim. ¿Cuáles son nuestras posibilidades reales?"

Grim suspiró, colocando ambas manos sobre la mesa mientras estudiaba el mapa holográfico. En las afueras de la fortaleza, las formaciones de los droides estaban marcadas en rojo, mientras que las fuerzas locales y la 4ta División Blindada Centuriana aparecían en azul. Había un claro desequilibrio en la cantidad de fuerzas.

—"Los droides nos superan en número," comenzó Grim, "y su capacidad para regenerar fuerzas es abrumadora. A pesar de que hemos destruido decenas de miles, siguen trayendo refuerzos de sus fábricas. Sin embargo, tenemos una ventaja: ellos no piensan estratégicamente como nosotros. Son eficientes, pero predecibles."

Kael lo miraba en silencio, asimilando cada palabra.

—"Nuestra idea es usar las dos divisiones de infantería locales para realizar una maniobra de pinza alrededor de sus flancos. Simultáneamente, la 4ta División Blindada Centuriana lanzará un ataque directo al centro de su formación, aprovechando nuestras fuerzas de tanques y artillería móvil para romper sus líneas."

El mapa holográfico cambió, mostrando el esquema táctico que Grim había descrito. La idea era utilizar la movilidad superior de los tanques Centurianos para atacar los puntos débiles del frente enemigo, mientras que la infantería local flanquearía y eliminaría los droides que quedaran atrapados en medio.

—"El éxito depende de nuestra capacidad para coordinar estos ataques," continuó Grim. "Las líneas de droides son densas, y aunque sus fuerzas no son inteligentes, son implacables. Si logramos romper sus líneas centrales, podríamos colapsar toda su ofensiva. Pero si algo falla, si no logramos suficiente impulso, podríamos quedar atrapados en un contraataque masivo."

Kael asintió lentamente, procesando la información.

—"Entonces, lo que dices es que o ganamos ahora, o lo perdemos todo," murmuró. "¿Qué probabilidades nos das, Grim?"

Grim se tomó un momento antes de responder, sus ojos recorriendo el mapa y los informes de inteligencia.

—"Diría que nuestras probabilidades de éxito son de un 60%. Si ejecutamos el plan con precisión y nuestros tanques pueden atravesar las líneas, tenemos una buena oportunidad. Pero si cometemos algún error, o si los droides logran adaptarse antes de tiempo, será un desastre."

Kael cruzó los brazos, mirando el suelo mientras reflexionaba. Sabía que el riesgo era inmenso, pero también sabía que quedarse quietos no era una opción. Habían llegado a un punto de no retorno. La Fortaleza Nova no podía soportar más semanas de asedio.

—"Entonces debemos actuar," declaró Kael, su voz firme. "Confío en ti, Grim. Si alguien puede liderar este contraataque, eres tú."

El comandante lo miró con respeto y asentimiento.

—"Haré todo lo posible, gobernador. Mis hombres están listos, y las tropas locales tienen el suficiente entrenamiento para apoyar el ataque. No serán tan rápidos como los tanques, pero sabrán seguir la estrategia."

—"¿Qué hay de los refuerzos?" preguntó Kael, aún buscando opciones. "¿Hay alguna posibilidad de que lleguen antes de que lancemos el ataque?"

Grim negó con la cabeza.

—"No, gobernador. Hemos estado pidiendo refuerzos durante semanas, pero el resto de las fuerzas del sistema están ocupadas en otros frentes. Estamos solos en esto. Debemos ganar con lo que tenemos."

Kael se alejó un paso de la mesa táctica y miró por la ventana blindada, donde el humo de los continuos bombardeos se elevaba hacia el cielo gris. La fortaleza estaba rodeada, pero no derrotada. Aún no.

—"Entonces que así sea," dijo finalmente Kael, girando hacia Grim. "Prepara tus fuerzas. Daremos el golpe al amanecer."

Grim asintió, su rostro endurecido por la determinación.

—"Sí, señor. Que los dioses nos acompañen."

Con esas palabras, el comandante se dirigió hacia la salida, listo para organizar a sus tropas para el asalto que determinaría el destino de la Fortaleza Nova. Kael se quedó en la sala de guerra, mirando el mapa holográfico mientras la tensión crecía en su interior. Sabía que el destino de su planeta y de su gente estaba en juego, y que un solo error podría significar su fin.

El amanecer traería consigo una batalla feroz, pero Kael estaba decidido a luchar hasta el último aliento. No podían permitirse fracasar.

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