En la sala de guerra subterránea de la capital de Ryloth, el aire estaba cargado de tensión. El Gobernador de Ryloth, Moden Vass, se encontraba de pie, con las manos entrelazadas detrás de su espalda, observando fijamente el holomapa proyectado en el centro de la habitación. A su alrededor, un grupo de generales y altos mandos militares discutían en voz baja mientras los datos de inteligencia sobre los movimientos de la flota de la Confederación de Comercio continuaban actualizándose en tiempo real.
La imagen del sistema de Ryloth flotaba en un azul tenue sobre la mesa de mando, con las principales colonias y puestos de defensa marcados en pequeños puntos de luz verde. Más allá del borde del sistema, en un tono rojo vibrante, flotaba la enorme flota enemiga que acababa de llegar al sistema. La flota de la Confederación, con sus características naves de transporte masivo y sus formidables cruceros de batalla, se dividía en dos grupos claramente diferenciados. Un grupo de naves, formado principalmente por cargueros pesados escoltados por destructores Lucrehulk, comenzaba a moverse lentamente hacia la periferia del sistema, dirigiéndose hacia una de las colonias mineras en los asteroides cercanos. El otro grupo, compuesto por fragatas Munificent y naves de ataque Providencia, se mantenía estático, pero en formación de batalla cerca de la órbita exterior del planeta.
Vass observó el mapa con una mezcla de frialdad calculada y preocupación evidente. Habían pasado semanas preparándose para un ataque de esta magnitud, reforzando las defensas planetarias y movilizando a cada soldado disponible, pero la llegada de la flota de la Confederación aún los había tomado por sorpresa. No por la invasión en sí, sino por el tamaño y la estrategia que los invasores estaban desplegando.
"Gobernador," dijo el General Darkan, un veterano curtido en innumerables campañas, señalando una de las líneas rojas que se extendían desde la flota enemiga hasta la colonia minera. "Parece que el primer grupo se dirige a la colonia minera de Treynak. Es uno de nuestros principales proveedores de materiales de construcción y componentes energéticos para nuestras defensas."
Vass asintió lentamente, sin apartar la vista del holomapa. "¿Cómo están las defensas en Treynak?"
El Comodoro Varik, encargado de la defensa espacial del sistema, revisó su datapad antes de responder. "Tienen una guarnición decente y algunas plataformas de defensa orbitales, pero no están preparadas para soportar una invasión a gran escala. Si ese grupo de la Confederación los alcanza, no durarán mucho sin refuerzos."
El silencio cayó sobre la sala mientras los oficiales comprendían el significado de esas palabras. Treynak no solo era una fuente vital de recursos para la guerra, sino también una posición estratégica clave para controlar el espacio exterior de Ryloth.
"Están tratando de dividir nuestras fuerzas," comentó el General Karun, uno de los estrategas más astutos del planeta. "Quieren que enviemos nuestras naves y tropas a defender la colonia, mientras que el otro grupo permanece aquí, listo para atacar cuando nuestras defensas estén debilitadas."
"Eso parece," agregó el Comodoro Varik. "Están jugando con nuestras líneas de suministro y defensa. Saben que no podemos perder Treynak, pero al mismo tiempo, dejar el planeta indefenso sería un suicidio."
El Gobernador Vass se inclinó hacia adelante, apoyando sus manos en el borde de la mesa mientras estudiaba el mapa. Sabía que la decisión que tomara en los próximos minutos determinaría el destino no solo de Treynak, sino de todo el sistema. Tenían que defender ambos objetivos sin dejar expuesto ni el planeta ni las colonias periféricas.
"¿Qué sabemos de su flota principal?" preguntó Vass, apuntando hacia el segundo grupo de naves que permanecía en una formación de batalla casi perfecta, apenas a unos saltos de distancia de la órbita de Ryloth.
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El Ascenso De La Humanidad
Science FictionDespués de que el mundo pasara por una terrible pandemia global la cual acabó con decenas de miles de vidas de todas las clases sociales y no solo eso si no que también el daño que dejó fue a a tal grado que dejó a decenas de países en quiebra. Las...